21 de febrero de 2016
Crédito: Correo del Orinoco
Alí
Rodríguez Araque, comandante guerrillero, abogado, dirigente
político, militante del socialismo, parlamentario opositor en casi
absoluta minoría en pleno auge del neoliberalismo y de la Apertura
Petrolera; con el Presidente Hugo Chávez Frías fue ministro de
Energía y Minas, presidente de Petróleos de Venezuela, secretario
general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo,
ministro de Finanzas, Canciller, Secretario General de Unasur y
actualmente es Embajador en Cuba.
“Para
entender lo que ocurre en Venezuela hay que estudiar el problema
petrolero. Ahí está la esencia del problema, no es si hay o no hay
democracia, si un ministro es tal o cual cosa, o si el Presidente es
esto o aquello… nada de eso. El asunto problema se llama petróleo
y más aún: regalía, impuestos, participación accionaria, y
solución de controversias”, sostiene el exsecretario general de
Unasur “Si no se comprende el programa petrolero, no se comprende
el fenómeno político venezolano, ni se comprende el fenómeno
social ni se comprende el fenómeno cultural del país, porque todo
ha estado alimentado por el problema petrolero y por la distribución
de la renta”.
Hay
que ubicarse históricamente en el momento en el cual se producen los
descubrimientos de petróleo en el Zumaque. En 1914 se da inicio a la
explotación y en 1917 comienza la comercialización del petróleo
venezolano. Venezuela vivía la circunstancia, en comparación con
otros países productores de petróleo, de haber conquistado su
independencia política en 1830. Digo independencia política
relativa, porque todos sabemos lo que ocurrió a partir de esa fecha
con el ejercicio de esa independencia, por parte de las sucesivas
dictaduras y las montoneras. Sabemos que se mantiene una constante
inestabilidad del poder en Venezuela, hasta que, precisamente, la
aparición del fenómeno petrolero contribuye de manera
significativa, con la integración del país, gracias a un ingreso
creciente que permitió la construcción de carreteras.
Y
eso coincide, justamente, con el otro factor que quiero subrayar: la
dictadura de Juan Vicente Gómez. Esa dictadura, gracias y
precisamente al fenómeno petrolero, puede trabajar en la integración
del país. Se derrotan las montoneras porque, además, ya cuenta con
recursos para crear un ejército moderno para ese entonces, equipado.
Y eso, aparte de las habilidades militares que podía tener Juan
Vicente Gómez, permitió acabar con el problema de los alzamientos
continuos y la formación de montoneras, y en consecuencia, también
terminó con la inestabilidad del país. Y el hecho de encontrarse
súbitamente con un ingreso que no era generado en el proceso
interno, porque independientemente de que las regalías fueran bajas
y de que fueran diversas en los distintos lotes de concesiones que se
otorgaron, representaban ingresos que no era generado en el proceso
productivo interno, ni por inversión ni por salarios, sino
simplemente por el ejercicio del Estado sobre la propiedad del
recurso natural. Se inicia así un proceso de distribución que
incluso alcanza un salto importante a partir de 1934, cuando ocurre
una devaluación del dólar, y prácticamente todas las monedas del
mundo siguen esa devaluación. Venezuela no lo hizo.
Venezuela, por
el contrario, de 5,20 bolívares, que era la tasa de cambio para ese
entonces, fue a una tasa de cambio de 3,09 bolívares. De esta manera
los que tenían bolívares podrían comprar dólares baratos e
importar, y de allí surgió un sector importador muy fuerte, muy
poderoso. Eso fue un golpe demoledor para la agricultura, como lo
predijo Alberto Adriani, que era, por el contrario, partidario de una
drástica devaluación. Así lo señala en uno de sus artículos
recogidos en un libro que se llama Labor Venezolanista, que se lo
recomiendo a los jóvenes que hacen investigación y quieren ubicarse
en los problemas de aquella época que posteriormente generaron
diversas consecuencias.
Ahora,
lo que hay que destacar es que progresivamente Venezuela, gracias a
esa independencia política, desarrolla una estrategia de incrementar
la participación de la nación en los proventos petroleros; mediante
las regalías y los impuestos. LARGA LUCHA. Los impuestos modernos
surgen con Isaías Medina Angarita, al introducir la Ley de Impuesto
Sobre la Renta en 1942-1943, y al hacer lo que llamaron La Gran
Reforma Petrolera, que unificó todas las concesiones en cuanto a
superficie y, además, lo más importante, unificó todas las
concesiones en cuanto a regalías a 16 2/3%. Esta tasa de regalía se
mantuvo hasta los días de la Apertura Petrolera, cuando se reduce
drásticamente a cero. ¡Aunque luego en un fuerte debate en el
Congreso Nacional se incrementó a 1%! ¡La bajaron de 16 2/3% a 1%!
Lo
que quiero destacar con esto es que hubo una lucha continua por
incrementar la participación del Estado y del país sobre la base
del manejo de la regalía y, particularmente, del Impuesto Sobre la
Renta, porque lo que permitió aumentar esa participación fue ir
elevando sucesivamente ese impuesto, hasta llegar a cerca de o por
encima de 70%. Eso sucede ya para los días de la Apertura Petrolera.
La nacionalización del año 1975 provocó un conjunto de efectos
políticos, e, incluso, ideológicos. Se consideró que como el
petróleo ya era venezolano y se habían nacionalizado todas las
actividades, salvo la comercialización y la asistencia tecnológica,
pues no había mayores conquistas que alcanzar. La nacionalización
aparecía como la máxima victoria en todos los programas de todos
los partidos políticos, desde el socialcristiano Copei hasta el
Partido Comunista. De manera que se había logrado el máximo
objetivo. Esa era la sensación que se tenía, pese a advertencias
como las que hizo Juan Pablo Pérez Alfonso, cuando hablaba de la
nacionalización “chucuta”. Lo decía precisamente porque no se
había nacionalizado, para ese momento, ni el comercio de los
hidrocarburos y ni el sector tecnológico. La consecuencia de todo
esto es que, prácticamente todos los partidos políticos se quedaron
sin programa político.
Eso
se observa al analizar el proceso político venezolano, a partir de
los años 70, sobre todo como consecuencia de los auges de los
precios petroleros, que significaron un incremento enorme del ingreso
nacional, independientemente de aspectos que uno pueda criticarle a
la nacionalización, particularmente el famoso artículo 5. Y, por
cierto, no fue solamente ese artículo, sino muchos otros, como lo
explica de manera muy profunda el doctor Bernard Mommer.
DESARME
IDEOLÓGICO ¿Qué ocurre?
La
clase política dominante se dedica al disfrute de esos inmensos
ingresos. Hace eclosión el fenómeno de la corrupción, así como el
de los grandes subsidios, créditos que no retornaban al Estado. Se
formó eso que llamaron “una nueva clase” en Venezuela; una nueva
clase de ricos, no voy a llamarla burguesa porque ese es un término
que históricamente tiene una clara definición. Eso desarmó
ideológicamente al país, y creó las condiciones para que toda la
oleada neoliberal que agitaba el mundo llegara también a Venezuela y
se expresara en la política petrolera. La visión en el país era
incrementar la producción de crudo, sin importar las consecuencias
que esto tendría en el escenario petrolero mundial. Eso condujo a
que Venezuela entrara en un conflicto interno dentro de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), porque su
objetivo era llegar a 6 millones de barriles diarios, muy por encima
de las cuotas que se establecieron en su seno.
Entendamos
que el sistema de cuotas es un mecanismo que se ideó en la OPEP a
fin de evitar una competencia dañina entre sus socios y garantizar
la estabilidad de los precios mediante, un adecuado manejo de la
oferta petrolera, en correspondencia con la demanda, para lo cual se
crearon sistemas internos en el Secretariado de la Organización.
Cada país entonces comienza a violar sus cuotas: Arabia Saudita,
Venezuela, y otras naciones que, incluso, tenían mayores
posibilidades de un manejo más rápido que Venezuela en cuanto a la
administración de la producción de sus yacimientos. Por las
características de nuestro petróleo, esos incrementos o reducción
de la producción, sobre todo los recortes de producción, deben
realizarse mediante un tratamiento bastante cuidadoso. El resultado
de esto es que se produce una violenta caída de los precios del
barril de petróleo. Cuando el presidente Hugo Chávez asume el mando
en Venezuela, todos lo recordamos, los precios estaban cerca de 7
dólares por barril. Anecdóticamente puedo afirmar que desde
Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) me plantearon ese año –me
estoy refiriendo a 1999– que no habría ingresos por concepto de
Impuesto Sobre la Renta, que bajarían drásticamente las regalías y
que no habría declaración de dividendos, toda vez que no habría
rentas que declarar y no habrían ganancias sobre las cuales declarar
dividendos. Así que la perspectiva para ese año era muy dura desde
el punto de vista económico.
Se
planteó incluso la necesidad de contratar un empréstito por 3 mil
millones de dólares para poder cubrir los gastos del Estado y
particularmente el pago de salarios y sueldos. Yo asumí en esa
oportunidad una doble tarea: buscar una solución en el seno de la
OPEP y buscar un empréstito que nos permitiera encarar una situación
muy crítica. Bueno, gracias a la política que desarrolló el
presidente Chávez, logramos resolver los problemas internos en la
OPEP, sus contradicciones, retornar a la política de cuotas, regular
la producción, que es lo que está establecido en sus estatutos,
para lograr la estabilidad de los precios y, al mismo tiempo pues, ir
mejorando el ingreso, que ya para finales de 1999 estaba en alrededor
de 16 dólares por barril.
Así
finalmente no fue necesario contratar un empréstito tan elevado, y
pudo irse normalizando el problema de la economía nacional. Yo fui
presidente de la Comisión de Energía y Minas de la Cámara de
Diputados y vicepresidente de la Comisión del Congreso Nacional que
reunía Senado y Diputados. Eso me obligaba, por supuesto, a leer los
contratos para poder trabajar en los informes. Pero, finalmente los
informes, después de todo el proceso, los redactaba el presidente,
que era el senador Virgilio Ávila Vivas, quien los remitía al
Gobierno. Ahora, aquí hay que aclarar lo siguiente: quien representó
siempre las posiciones del Gobierno en el Congreso Nacional durante
la Apertura Petrolera fue la gerencia de Pdvsa. Eran personajes de
Pdvsa, ocasionalmente iba el Ministro de Energía y Minas, Erwin
Arrieta, pero acompañado siempre de los asesores de Pdvsa. No
olvidemos que la directiva de Pdvsa, como la gran mayoría de su
plana gerencial, había pertenecido a empresas multinacionales:
Standard Oil, en este caso la Creole, y la Shell, y se habían
formado en la mentalidad de esas empresas, tanto ideológicamente
como desde el punto de vista gerencial. Tanto fue así que incluso
era frecuente oír que venían de Maraven o Lagoven, que eran las dos
grandes fuerzas internas; Corpoven era el resultado de todas las
pequeñas empresas que se fusionaron con la nacionalización.
PDVSA
NEOLIBERAL
Eso influyó mucho en las posiciones que asumió Pdvsa y
facilitó enormemente la adopción de las políticas neoliberales que
enfatizaban las ganancias de capital, y el aumento de la producción,
independientemente de lo que ocurriera en el escenario petrolero
mundial. Fue así como se trazó ese plan de expansión de la
producción, a como diera lugar. El objetivo era llegar a 6 millones
de barriles diarios, desde un piso de 3 millones de barriles diarios
en que nos encontrábamos. Era una estrategia que no tomaba en cuenta
el impacto que iba a tener en los precios a escala mundial, es decir,
una estrategia que favorecía ampliamente a los consumidores por los
precios bajos, básicamente a los grandes consumidores como, por
ejemplo, de Estados Unidos, que tiene apenas 5% de la población del
planeta, pero que consume 25% de la energía y del petróleo que se
consume en el mundo.
Los
grandes países consumidores iban a ser los más favorecidos y,
además de estos, también salían ganando las grandes empresas por
el abatimiento de la regalías y de los impuestos, y en consecuencia
iban a obtener superganancias. Era una estrategia para favorecer a
los grandes consumidores y las grandes corporaciones extranjeras.
Eso, por supuesto, anunciaba una drástica caída del ingreso
petrolero, como consecuencia de la caída de los precios, cosa que
había comenzado a ocurrir en 1998-1999, y provocaba todos estos
problemas, incluso el del forzoso endeudamiento del país para poder
cubrir los gastos del Estado. En cuanto a la Apertura Petrolera, yo
planteé el debate en el Congreso Nacional, porque se veía
evidentemente que la casi totalidad de los parlamentarios no habían
leído los contratos relacionados con las empresas que iban a operar
bajo esa figura. Y si los habían leído era por encima, sin ir a la
esencia del problema.
Lo
dije en el Congreso. Incluso irónicamente alguien en la prensa
señaló que yo me jactaba de ser el único que los había leído, a
lo mejor es correcto, pero no lo dije así. Hay que clarificar, para
la verdad histórica que los contratos si fueron entregados con
tiempo para leerlos, yo los leí de cabo a rabo. Era bastante
fastidioso porque uno lo que tenía que buscar era donde estaba su
esencia. A fin de cuentas, la política petrolera se define en los
contratos. Bien, en el Congreso se llevaron entonces los contratos y
como ya dije, en el caso de los crudos pesados llevaban las regalías
a cero por ciento; el caso de los crudos livianos ataban la regalía
al movimiento de los precios, lo que llamaban la tasa interna de
retorno: si los precios bajaban, entonces bajaba también la regalía,
lo cual va absolutamente en contra de lo que en términos elementales
significa ese concepto.
La
regalía es la contribución que impone el propietario del recurso
natural a aquel que quiera acceder al mismo y obtener un beneficio
por su explotación. Esa es la regalía, independientemente de que
los precios estén altos o bajos. Bueno, por dondequiera que se le
miraba eso resultaba un impacto negativo enorme, terrible, para las
finanzas del Estado y, en consecuencia, para un país que vive
básicamente de ese ingreso. Eso se tradujo en el incremento de la
pobreza existente, como efectivamente ocurrió. Todo eso sucedió
hasta la llegada del presidente Chávez. Acción Democrática (AD),
que en sus comienzos tuvo un discurso radical, nacionalista, fue
decayendo progresivamente, fue degenerando progresivamente, quedó
completamente desarmada desde el punto de vista ideológico,
particularmente por la degradación de Rómulo Betancourt, que era el
máximo líder de ese partido, y de quienes lo acompañaban.
De
manera que cuando se llega al momento de la Apertura, en el Congreso
Nacional, mientras estuvimos el doctor Álvaro Silva Calderón y yo,
éramos quienes votábamos en contra de decisiones de esa naturaleza
y otras decisiones, no solamente en el ámbito petrolero. Entonces el
rol de AD terminó siendo de complicidad total, con lo que venía
desde Pdvsa, empresa que, a su vez, estaba influida o prácticamente
gobernada por las ideas neoliberales. Así que fue muy triste el
papel de AD y consecuentemente también de Copei. FACTOR DECISIVO El
factor decisivo en la política venezolana sigue siendo el petróleo,
era y sigue siendo el petróleo. Prácticamente el origen de todos
los conflictos en Venezuela, la caída de Carlos Andrés Pérez, por
ejemplo, tiene que ver con el problema petrolero. Cuando el
presidente Chávez llega a Miraflores, me designa ministro de Energía
y Minas. Entonces comenzamos a tomar ciertas medidas. Una de las
medidas que recuerdo mucho fue rescindir el convenio que se tenía
con varias empresas para la explotación del gas en el noreste del
país (Proyecto Cristóbal Colón), porque, bueno, no cumplieron con
los términos que se establecían en el mismo, ni habían iniciado
las operaciones de explotación del gas en el plazo acordado.
Entonces yo que me había opuesto a ese contrato en el Congreso
Nacional, años después, como Ministro, procedí a la rescisión del
contrato. Pero todavía Pdvsa seguía siendo el poder… Todavía
cuando yo era ministro no ocurrió mayor cosa. Luego yo tuve que
salir para la OPEP para ocupar la Secretaría General. Los conflictos
ocurrieron progresivamente cuando el presidente Chávez decide elevar
de nuevo las regalías petroleras de 1% a 16,67%, eso ya de nuevo
provoca un efecto en las empresas petroleras y en sus agentes
internos, que estaban alojados aquí en Pdvsa.
Además,
luego se aprueba la Ley Orgánica de Hidrocarburos y se modifica el
Impuesto sobre la Renta hacia arriba. Por supuesto que el ataque se
hace cada vez más feroz contra el presidente Chávez, y se llega a
tal grado que terminan con el golpe de Estado del 11 de abril de
2002. Como consecuencia del golpe de Estado me llama el presidente
Chávez y yo vine de inmediato a Caracas a reunirme con él. En ese
momento él me pidió que me ocupara de la presidencia de Pdvsa,
cargo que yo no habría querido nunca. Incluso inmediatamente después
de las elecciones él me planteó que lo asumiera y yo fui partidario
de ocupar el Ministerio, porque siempre he sostenido que el Estado, a
través del ministerio de Petróleo y Minería, es el que debe dictar
las políticas, debe ejercer el control de la industria, porque la
industria petrolera es del Estado. Es por esa razón por la que en la
primera experiencia que tuve en el Gobierno Bolivariano fui
directamente al ministerio.
Es
en la gestión de Rafael Ramírez cuando vienen estas dos medidas y
viene el conflicto. El conflicto, el golpe de Estado, tiene, como ya
lo dije, un claro origen petrolero, es decir, en fin de cuentas
¿dónde está el conflicto permanente? Está en cuánto pagan las
empresas por regalías, cuánto pagan por impuestos, cuál es la
participación de las empresas en las empresas mixtas, cuál es la
participación accionaria en las empresas mixtas, y cómo se
resuelven las dudas y controversias y los conflictos que puedan
surgir entre la industria y las compañías petroleras. Esa es la
esencia del problema. Incluso, lo que hoy vemos, los conflictos que
hoy vemos, tienen como esencia, como razón fundamental, esencial,
esos cuatro factores.
Para
entender lo que ocurre en Venezuela hay que estudiar el problema
petrolero. Ahí está la esencia del problema, no es si hay o no hay
democracia, si un ministro es tal o cual cosa, o si el Presidente es
esto o aquello… nada de eso. El asunto problema se llama petróleo,
y más aún: regalía, impuestos, participación accionaria y
solución de controversias. El conflicto interno se da por la
distribución del ingreso, y principalmente del ingreso petrolero. El
presidente Chávez invirtió la relación de la distribución del
ingreso: antes de su mandato era cada vez mayor la remuneración
destinada al capital, y cada vez menor la remuneración dirigida al
factor trabajo. El presidente Chávez fue incrementando las
remuneraciones al trabajo, eso es público y notorio, así que no
tengo que ahondar mucho en el tema. Le dedicó cada vez mayores
recursos al Estado para resolver el problema social, el problema de
la pobreza, el problema de la alimentación, el problema del empleo,
en fin, toda esa gama de problemas que han venido castigando durante
muchos años al sector mayoritario de la población.
En
estos 15 años se han dedicado 634 mil millones de dólares a
resolver el problema social. Y este era un problema de tal dimensión
que, a pesar de todo lo que se ha hecho, aún queda un porcentaje de
pobreza, y aún quedan problemas considerables por resolver. Pero no
hay duda de que en el caso de la educación se dio un salto enorme,
igual que en el caso de la salud y en otros ámbitos del problema
social. Yo creo que el presidente Chávez ayudó mucho a salvar la
OPEP.
La
OPEP estuvo y todavía se encuentra en peligro, la OPEP marchaba
hacia la destrucción como consecuencia de las políticas
neoliberales que tenían como foco la expansión irracional de la
producción de petróleo. Al desarrollarse una política que
retornaba a la racionalidad de la OPEP, pues uno puede decir que
influyó mucho, no solamente él o Venezuela, pero obviamente que
jugó un papel clave y así fue reconocido prácticamente por todos
los países integrantes de la organización. En buena medida, el
hecho de que después de seis años sin poder nombrar a un secretario
general, me mencionaron a mí, pues es producto del eco que tuvo la
política petrolera venezolana entre los países socios de la OPEP.
En
el caso de la directiva de Pdvsa, salvo uno que otro momento no hubo
expresiones abiertas en contra de la política que se llevó ante la
OPEP. Nunca fue explícita. Hay que ser muy claro en esto. Muy
honesto con la verdad histórica. Sin embargo, en una que otra
oportunidad hubo expresiones como la de Luis Giusti, cuando planteaba
que se privatizara 15% de las acciones, con lo cual se podía pagar
la deuda del país. El hecho de vender un porcentaje de las acciones
implicaba necesariamente la reforma de la Ley de Nacionalización, y
abrir una puerta a la privatización de la industria, que ya, de
alguna manera, había quedado abierta con el artículo 5º de ese
instrumento legal, cuando se señalaba que en casos especiales y
cuando así conviniera al interés nacional, se podría llegar a
convenios con sectores operativos, sectores privados para desarrollar
la industria, cuando fuera necesario. Bueno, ese fue el punto de
apoyo para la Apertura Petrolera. Yo creo que la mayoría del pueblo
venezolano, independientemente de que uno haga los análisis que
podamos hacer los que hemos tenido alguna experiencia en este sector,
percibe que el petróleo es suyo y que de alguna manera le
corresponde una participación, la participación a través de la
distribución del ingreso.
Yo
creo que la privatización de Pdvsa se hubiera encontrado con una
fuerte resistencia en el pueblo venezolano. Cuando se inicia el
proceso de la Apertura Petrolera, la izquierda estaba diezmada, en
ese momento se encontraba fragmentada en muchos pedazos. No tenía
fuerza suficiente y sobre todo no tenía claridad en torno a lo que
era el problema que se estaba presentando. Una de las grandes
debilidades de la izquierda venezolana es que no estudiaba en
profundidad el problema petrolero. Y si no se comprende el programa
petrolero, no se comprende el fenómeno político venezolano, ni se
comprende el fenómeno social ni se comprende el fenó meno cultural
del país, porque todo ha estado alimentado por el problema petrolero
y por la distribución de la renta. Aquí el problema que ha ocupado
la atención de la gente es el destino del ingreso petrolero más no
el origen del ingreso petrolero. Y allí está la esencia del
problema.
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