13 de mayo de 2015
Crédito: RT
Desde hace muchos años el mandatario ruso declara públicamente que "Occidente no escucha a Rusia", escribe el autor del artículo. "Washington y sus Estados vasallos en Europa, Canadá, Australia y Japón no escuchan cuando Rusia dice 'no nos presionen tanto, no somos el enemigo, queremos ser su socio'", lamenta Roberts.
Por culpa de la política de Washington, "Rusia y China finalmente se han dado cuenta de que tienen que elegir entre el vasallaje y la guerra", opina el politólogo, advirtiendo que "Washington ha cometido un error que podría ser fatal para la humanidad".
La
Casa Blanca está decidida a bloquear el surgimiento de las dos
potencias nucleares clave, Rusia y China, ninguna de las cuales
aceptará la hegemonía de EE.UU., opina el politólogo y economista
norteamericano Paul Craig Roberts, quien considera que "Washington
cometió un error que podría ser fatal para la humanidad".
"EE.UU.
siempre ha tenido una buena opinión de sí mismo, pero con la caída
de la Unión Soviética la autosatisfacción alcanzó nuevas
cumbres. Nos convertimos en el pueblo excepcional, el pueblo
indispensable, el país elegido por la historia para ejercer la
hegemonía sobre el mundo", escribe el politólogo en un
artículo publicado en su sitio web. Agrega que "esta
doctrina neoconservadora libera al Gobierno de EE.UU. de las
limitaciones del derecho internacional y permite a Washington usar la
coerción contra Estados soberanos con el fin de rehacer el mundo".
Debido
a esta política, Pekín
actualmente se está confrontando con la estrategia
estadounidense conocida como 'Pivot to Asia' (giro
a Asia), y con "la construcción de nuevas bases navales y
aéreas de EE.UU. para asegurar el control de Washington en el mar de
China Meridional, que ahora se define como una de las áreas de
interés nacional para los estadounidenses", señala el autor.
Sepa
más: "El giro a Asia de EE.UU. hizo a China doblar las
apuestas en su contra"
Por
otro lado, el intento de contener a Rusia es el origen de "la
crisis que Washington ha creado en Ucrania y de aprovecharla para
hacer propaganda antirrusa", explica Roberts.
Rusia y China finalmente se han dado cuenta de que tienen que elegir entre el vasallaje o la guerra
En
su opinión, "la agresión y la propaganda descarada" de
EE.UU. no han hecho más que convencer a Rusia y China de que
"Washington
tiene intenciones de guerra,
y haberse dado cuenta de ello ha empujado a los dos países hacia una
alianza estratégica".
Ni
Rusia, ni China aceptarán el llamado "estatus
de vasallaje aceptado
por el Reino Unido, Alemania, Francia y el resto de Europa, así como
Canadá, Japón y Australia", afirma el analista político, que
añade que "el precio de la paz mundial es que todo el
mundo acepte la hegemonía de Washington".
"En
el frente de la política exterior, la arrogancia de la autoimagen de
Estados Unidos como el país 'excepcional e indispensable' y con los
derechos hegemónicos sobre otros países significa que el
mundo se prepara para la guerra",
escribe Roberts.
A
su juicio, "a menos que el dólar, y con él el poder de EE.UU.,
se derrumbe o que Europa encuentre el coraje para romper con
Washington y llevar a cabo una política exterior independiente
diciendo adiós a la OTAN, una
guerra nuclear es nuestro probable futuro".
El precio de la paz mundial es que el mundo acepte la hegemonía de Washington
En
su columna, Roberts también aborda la cuestión de las celebraciones
en Moscú del Día de la Victoria sobre el nazismo, que los políticos
occidentales boicotearon, mientras que "los chinos estaban allí
en su lugar", con el presidente sentado junto a Vladímir
Putin durante el desfile militar en la Plaza Roja, lo cual,
según el politólogo, marcó un "punto de inflexión
histórico".
Aunque la comparación de las bajas soviéticas con las de EE.UU., Reino Unido, y Francia juntas "deja totalmente claro que fue Rusia quien derrotó a Hitler", en su discurso con motivo del 70.º aniversario de la rendición de la Alemania nazi el presidente estadounidense solo mencionó a las fuerzas de EE.UU. En cambio, el presidente Putin "expresó su agradecimiento a los pueblos de Gran Bretaña, Francia y EE.UU. por su contribución a la victoria", recuerda el exasesor económico del Gobierno de Ronald Reagan.
Aunque la comparación de las bajas soviéticas con las de EE.UU., Reino Unido, y Francia juntas "deja totalmente claro que fue Rusia quien derrotó a Hitler", en su discurso con motivo del 70.º aniversario de la rendición de la Alemania nazi el presidente estadounidense solo mencionó a las fuerzas de EE.UU. En cambio, el presidente Putin "expresó su agradecimiento a los pueblos de Gran Bretaña, Francia y EE.UU. por su contribución a la victoria", recuerda el exasesor económico del Gobierno de Ronald Reagan.
Desde hace muchos años el mandatario ruso declara públicamente que "Occidente no escucha a Rusia", escribe el autor del artículo. "Washington y sus Estados vasallos en Europa, Canadá, Australia y Japón no escuchan cuando Rusia dice 'no nos presionen tanto, no somos el enemigo, queremos ser su socio'", lamenta Roberts.
Por culpa de la política de Washington, "Rusia y China finalmente se han dado cuenta de que tienen que elegir entre el vasallaje y la guerra", opina el politólogo, advirtiendo que "Washington ha cometido un error que podría ser fatal para la humanidad".
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