15 de marzo de 2016
Crédito: RT
Hoy
en día la Unión Europea se ve amenazada por cuatro problemas
graves: tres internos y uno externo, que parece ser el más
peligroso. En conjunto, estos 'jinetes del apocalipsis' podrían
poner fin al bloque comunitario, opina Roberto Savio, fundador y
exdirector general de la agencia internacional de noticias Inter
Press Service (IPS), en un artículo para el portal 'Global
Research'.
Según
Savio, el
primer problema de
la UE es la división entre la Europa oriental y la occidental, la
que viene justo después de la división norte-sur. Esta última se
produjo sobre la política de austeridad que Alemania y otros países
protestantes querían imponer sobre el sur católico y ortodoxo.
El
analista afirma que la reciente ola de refugiados ha puesto en
evidencia las controversias existentes entre la parte oriental y
occidental de la región. La Europa del Este se unió a las
instituciones comunitarias para recibir beneficios, no obligaciones,
y, además, cree que la parte occidental le debe proporcionar los
medios para eliminar la brecha económica y social, creada por el
'telón de acero'.
De
acuerdo con el periodista, la
segunda amenaza para
la UE es la decadencia de la democracia y la inclinación de Europa
del Este hacia nacionalismo y xenofobia. El autor del artículo
destaca que en toda la parte oriental de Europa se observa una
tendencia clara de "rebelión" contra los valores europeos:
solidaridad, democracia e inclusión social. Savio agrega que hay
pocos países europeos donde el ala derecha y los partidos
xenófobos no han crecido desde la crisis del 2009. Además, en las
próximas elecciones un cambio hacia la derecha va a notarse en toda
la región, incluso en los países que eran ejemplo de
tolerancia e inclusión, como los países nórdicos y Países Bajos.
El
tercer problema grave con
el que se enfrenta el bloque es evidente para todos, asegura Roberto
Savio: es el hecho de que Europa tuvo que ajustar sus reglas
para hacer una excepción al Reino Unido con el fin de
convencer a los ciudadanos británicos de seguir siendo parte de la
UE. Sin embargo, aún no está claro si esta medida va a tener éxito,
afirma el periodista. Si el Reino Unido deja de formar parte de la
Unión, será una pérdida total de legitimidad por parte de
Bruselas, y el caso de Londres podrá servir de ejemplo para otros
países miembros, el cual estarían tentados a seguir.
Y
por último, Savio menciona un
peligro más
para la UE, esta vez externo:
la reducción del peso de Europa en el mundo. En 1900, la
región constituía el 24% de la población mundial. Al final de
este siglo, según los pronósticos, este índice se reducirá a un
4%. Por supuesto, esta tendencia va acompañada por una disminución
de la importancia de la UE para el resto del mundo, resume
el analista.
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