19 de abril de 2016
Crédito: CubaDebate
Discurso
del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz,
en la clausura
del 7mo Congreso.
Constituye
un esfuerzo sobrehumano dirigir cualquier pueblo en tiempos de
crisis. Sin ellos, los cambios serían imposibles. En una reunión
como esta, en la que se congregan más de mil representantes
escogidos por el propio pueblo revolucionario, que en ellos delegó
su autoridad, significa para todos el honor más grande que han
recibido en la vida, a este se suma el privilegio de ser
revolucionario que es fruto de nuestra propia conciencia.
¿Por
qué me hice socialista, más claramente, por qué me convertí en
comunista? Esa palabra que expresa el concepto más distorsionado y
calumniado de la historia por parte de aquellos que tuvieron el
privilegio de explotar a los pobres, despojados desde que fueron
privados de todos los bienes materiales que proveen el trabajo, el
talento y la energía humana. Desde cuándo el hombre vive en ese
dilema, a lo largo del tiempo sin límite. Sé que ustedes no
necesitan esta explicación pero sí tal vez algunos oyentes.
Simplemente
hablo para que se comprenda mejor que no soy ignorante, extremista,
ni ciego, ni adquirí mi ideología por mi propia cuenta estudiando
economía.
No
tuve preceptor cuando era un estudiante de leyes y ciencias
políticas, en las que aquella tiene un gran peso. Desde luego que
entonces tenía alrededor de 20 años y era aficionado al deporte y a
escalar montañas. Sin preceptor que me ayudara en el estudio del
marxismo-leninismo; no era más que un teórico y, desde luego, tenía
una confianza total en la Unión Soviética. La obra de Lenin
ultrajada tras 70 años de Revolución. ¡Que lección histórica! Se
puede afirmar que no deberán transcurrir otros 70 años para que
ocurra otro acontecimiento como la Revolución Rusa, para que la
humanidad tenga otro ejemplo de una grandiosa Revolución Social que
significó un enorme paso en la lucha contra el colonialismo y su
inseparable compañero, el imperialismo.
Quizás,
sin embargo, el peligro mayor que hoy se cierne sobre la tierra
deriva del poder destructivo del armamento moderno que podría
socavar la paz del planeta y hacer imposible la vidahumana sobre la
superficie terrestre.
Desaparecería
la especie como desaparecieron los dinosaurios, tal vez habría
tiempo para nuevas formas de vida inteligente o tal vez el calor del
sol crezca hasta fundir todos los planetas del sistema solar y sus
satélites, como gran número de científicos reconocen. De ser
ciertas las teorías de varios de ellos, las cuales los legos no
ignoramos, el hombre práctico debe conocer más y adaptarse a la
realidad. Si la especie sobrevive un espacio de tiempo mucho mayor
las futuras generaciones conocerán mucho más que nosotros, aunque
primero tendrán que resolver un gran problema. ¿Cómo alimentar los
miles de millones de seres humanos cuyas realidades chocarían
irremisiblemente con los límites de agua potable y recursos
naturales que necesitan?
Algunos
o tal vez muchos de ustedes se pregunten dónde está la política en
este discurso. Créanme que me apena decirlo, pero la política está
aquí en estas moderadas palabras. Ojalá muchos seres humanos nos
preocupemos por estas realidades y no sigamos como en los tiempos de
Adán y Eva comiendo manzanas prohibidas. ¿Quién va a alimentar a
los pueblos sedientos de África sin tecnologías a su alcance, ni
lluvias, ni embalses, ni más depósitos subterráneos que los
cubiertos por arenas? Veremos que dicen los gobiernos que casien su
totalidad suscribieron los compromisos climáticos.
Hay
que martillar constantemente sobre estos temas y no quiero extenderme
más allá de lo imprescindible.
Pronto
deberé cumplir 90 años, nunca se me habría ocurrido tal idea y
nunca fue fruto de un esfuerzo, fue capricho del azar. Pronto seré
ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero
quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en
este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir
los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y
debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A nuestros hermanos de
América Latina y del mundo debemos trasmitirles que el pueblo cubano
vencerá.
Tal
vez sea de las últimas veces que hable en esta sala. He votado por
todos los candidatos sometidos a consulta por el Congreso y agradezco
la invitación y el honor de escucharme. Los felicito a todos, y en
primer lugar, al compañero Raúl Castro por su magnífico esfuerzo.
Emprenderemos
la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad
meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha
indetenible.
Fidel
Castro Ruz
Abril
19 de 2016, al cierre del Séptimo Congreso del Partido
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