lunes, 18 de abril de 2016

REDUCCIÓN DE LA POBREZA SEGÚN EL BANCO MUNDIAL.

17 de abril de 2016
Germán Saltrón Negretti

La pobreza extrema está vinculada al conjunto de problemas que caracterizan la situación de emergencia planetaria, desde la degradación de los ecosistemas o el agotamiento de los recursos, a la explosión demográfica y se traduce en enfermedades, hambre literal y, en definitiva, en baja esperanza de vida. Y esa terrible pobreza se produce mientras parte del planeta asiste a un espectacular crecimiento del consumo. Es decir, estamos ante una pobreza que coexiste con una riqueza en aumento, de forma que en los últimos 40 años señalan los informes del Banco Mundial y se han duplicado las diferencias entre los 20 países más ricos y los 20 más pobres del planeta.

El Banco Mundial asevera, que si no actuamos ahora las desigualdades serán gigantescas en los próximos años, existiendo el peligro de que la pobreza acabe estallando como una bomba de relojería. Y no se trata únicamente de desequilibrios entre países: es preciso salir también al paso de las fuertes discriminaciones y segregación social que se dan en el seno de una misma sociedad y, muy en particular, de las que afectan a las mujeres en la mayor parte del planeta.

Según el Banco Mundial, el total de seres humanos que vive en la pobreza más absoluta, con un dólar al día o menos, ha crecido de 1.200 millones en 1987 a 1.500 en la actualidad y, si continúan las actuales tendencias, alcanzará los 1.900 millones para el 2015. Y casi la mitad de la humanidad, no dispone de dos dólares al día. Como señalan Sen y Kliksberg (2007, pp. 8), “el 10% más rico tiene el 85 % del capital mundial, la mitad de toda la población del planeta solo el 1%”. El Banco Mundial con el mayor cinismo propone, un nuevo compromiso para cumplir con las metas de reducción de la pobreza para el año 2030, pero no hay programa para recaudar los fondos necesarios para ayudar a los países pobres.

Los verdaderos defensores de derechos humanos sostenemos que los alimentos no son mercancía. Si bien desde hace décadas, en instancias internacionales, los gobiernos han asumido compromisos para lograr un planeta que garantice una alimentación digna para todos y todas, el hambre perdura como un asunto crítico inconcluso. El no haber cumplido Naciones Unidas con las metas del milenio para el año 2015, demuestra la incapacidad del sistema agrícola y alimentario mundial capitalista para satisfacer las necesidades de los más de 7000 millones de habitantes y de evitar las millones de muertes anuales en los países en desarrollo por desnutrición crónica y la degradación ambiental. Comento que es inaudito el malgastan un billón de dólares anuales en armamento para destruir al planeta. Por tales razones, considero que nuestros líderes mundiales deben acudir urgentemente a tratamiento psiquiátrico, para tratar de salvar nuestro planeta.

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