domingo, 28 de agosto de 2022

omingo, 28 de agosto de 2022

LOS OJOS DE BOLÍVAR - FRUTO

 

LUIS BRITTO GARCÍA

I.-LOS OJOS DE BOLÍVAR                                                                                                                         

                              Cuando despertó, el dinosaurio seguía allí.                                                     Augusto Monterroso

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Cuentan que tuvo en su faz/ lo que salva y lo que aterra/ rayo de muerte en la guerra/ y arcoíris en la paz. Así imagina Tomás Ignacio Potentini el rostro del Libertador,  cuyos retratos sólo se parecen entre sí por la penetrante mirada con la que sus ojos  nos interrogan. Bolívar quería hacer una Revolución; algunos de sus seguidores un  negocio. Por eso mientras estuvo en vida siempre se les impuso.

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El Presidente José Antonio Páez se revuelca en su lecho. Desde hace años su alma se desgarra entre la admiración y el odio hacia el patiquín que se le fue por encima en aquello de terminar como Padre de la Patria. No sólo lo sobrepasó a él, caudillo de los lanceros que doblegaron al Pacificador Morillo, sino que se fue quién sabe dónde, a la Nueva Granada, a Pichincha, al Chimborazo, al Potosí, a destronar virreyes, fabricando patrias de la nada. Los espías de Páez lo enteran de todo. El Congreso del Perú  ofrenda al Libertador un millón de pesos oro, y éste lo rechaza. Le otorga sueldo de quince mil pesos anuales como Presidente, y el Libertador lo declina, alegando que ya recibe estipendio como primer mandatario de  Colombia. El Congreso en Bogotá  otorga el jugoso monopolio de la navegación por el río Magdalena a un inglés, Bolívar lo rescinde y prohíbe que sobre las riquezas de la Patria se otorguen monopolios a extranjeros. Páez intenta separar a Venezuela de la Gran Colombia, Bolívar regresa a Caracas y basta una mirada suya para acabar con la conjura. En la ceremonia de bienvenida, una niña le ofrece dos coronas de laurel. Bolívar arroja una al Ejército Libertador, otra al pueblo. En ese instante, consigna el cónsul inglés sir Robert Ker  Porter, “Vi lágrimas en los ojos de su Excelencia”.

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Pero dicen que Bolívar murió y lo enterraron con camisa prestada.   Borrarlo es librarse  de su mirar hiriente. Ahora puede Páez hacerse el hombre más rico del país.  Confiscar los cultivos de tabaco dispuestos por el Prócer para pagar la Deuda Externa, y rematarlos a precio vil. Despedazar la Gran Colombia. Encadenar de nuevo los esclavos liberados por Bolívar. Regresar los indios a la servidumbre. Retrasar el cumplimiento de los títulos del reparto de tierras entregados a los soldados, hasta que éstos los vendan por centavos a la nueva oligarquía. Desterrar la moneda nacional creada por el Prócer, para que circulen libremente el dólar y la libra esterlina. Negociar con España la devolución de todos los bienes confiscados a los realistas, para que las monarquías absolutas nos reconozcan. Quizá, hasta dar monopolios sobre el Orinoco, sobre La Guaira,  sobre Puerto Cabello, sobre tantas cosas que están mejor en manos de extranjeros. Borrar  por siempre   obra y  memoria del Libertador sería  escapar por fin de la pesadilla.  

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Cuando despertó, Bolívar seguía allí.

 

II.-FRUTO

Un armonioso bienestar  se experimenta al visitar  las edificaciones diseñadas por el Gran Arquitecto del Universo José Fructuoso Vivas, o más bien Fruto Vivaz, como lo llamábamos todos. Militante del entusiasmo, de él decía Alfredo Chacón que no entendía cómo alguien podía vivir en un estado de exacerbación permanente. Más difícil es comprender que se pueda existir de otra manera.

Para Fruto  todo era objeto de maravilla o bien de airada condena. Antes de graduarse de arquitecto ya diseñaba y hacía construir audaces estructuras  colgadas al borde de abismos o coronando colinas caraqueñas. Por ese camino hubiera podido consagrarse como magnate del brutalismo,  esa política del concreto armado fundada sobre el sacramento de lo masivo que agobia nuestras ciudades  de clima paradisíaco. 

La vida es la morada  que disponemos para  nuestro espíritu. A veces nos conformamos con los prefabricados tristes que nos impone el sistema; a veces la dejamos florecer  por las vías de la invención hasta abarcar el esplendor de las posibilidades. Fructuoso decidió transitar veredas  de utopía en  vida y  obra, que en los grandes hombres son una sola y misma cosa. Eligió  la única germinación posible,  la Revolución. De arquitecto favorito del poder pasó a perseguido por su militancia de izquierda, la cual lo llevó por los caminos duros de la clandestinidad, el exilio y  la marginación a su regreso a Venezuela.

En nuestro país hubo una canción de protesta, pero no una arquitectura protestataria, salvo las baladas habitables de Fruto Vivas. Tras el virtuosismo geométrico  de acero y  concreto pasó Fruto a postular una arquitectura integralmente revolucionaria en las viviendas individuales, no sólo por la disposición extrovertida de los espacios, que unen sala, comedor y cocina en el ágora familiar, sino además en el retorno al patio interno, a los materiales tradicionales de la teja, la madera e incluso el bahareque, expuestos a veces sin remilgo de frisos. Imitó la naturaleza en sus casas árbol o en la Gran Orquídea del pabellón venezolano en Hannover,  manejó las corrientes de aire para la ventilación natural en el  Hotel La Cumbre de las colinas de Ciudad Bolívar,  y  la luz solar para calentar  residencias en el Valle Grande de Mérida.

Pero lo que interesa a Fruto, más que el resultado, es el proceso. A veces deja secciones de sus proyectos para que los habitantes terminen de disponerlas a su gusto. En otras oportunidades, logra que las comunidades populares mismas edifiquen sus viviendas, con desechos o  con los materiales tradicionales, como un acto de suprema solidaridad. En otros casos de sus talleres salen módulos para que los usuarios dispongan libremente los  espacios habitables.

No aprovecharon a plenitud ninguna de las sucesivas  autoridades los espléndidos talentos de Fruto. La India llamó a Le Corbusier para que le diseñara Chandigar; Brasil comisionó al camarada Niemeyer para que proyectara Brasilia. En Venezuela la urgencia  dejó  a veces que nos transáramos  por una arquitectura de puertos, que importó desde los planos hasta los equipos laborales para levantar edificaciones.

Ello no nos quita la libertad de soñar una Venezuela Nuestra diseñada por Fruto, con espacios acogedores, casas árboles, villas jardines y ciudades leves como bosques, tan  libres como nuestras vidas.  Fruto Vive. La Utopía sigue.


 

 

 TEXTO/FOTOS: LUIS BRITTO

 

domingo, 21 de agosto de 2022

EL GATO DE SCHRODINGER

 LUIS BRITTO GARCÍA


 MASCOTAS   VIRTUALES

     En la escuela de mi sobrinita Yanina María maestras neuróticas decomisaban mascotas virtuales.    

     Es la mascota virtual una cajita con la imagen de un animalito que crece y que a cada momento hace ruido requiriendo cuidados.

     Pulsando ciertos botones se alimenta, limpia, medica o acaricia así a un pollito, un perrito o un niñito imaginarios que nunca pondrán un huevo ni defenderán ni querrán a quien los protege.

     La única recompensa del amo o del esclavo es saber que incesantemente trabaja en favor de algo que no existe. La única semejanza de la mascota virtual con la verdadera es que, al igual que teléfono celular en concierto, pita como si fuera a morirse y sus llamados molestan a todo el mundo menos al propietario.

     Se agrava la situación cuando la mascota virtual toma el control del amo real. Ocurre entonces lo del niñito que no atiende a clase limpiando una gracia virtual; lo de la mamá que no duerme porque el aparatico de su retoño necesita afecto a las tres de la mañana, lo de la jueza que no concluye la sentencia porque su morrocoy virtual anda perdido entre las gacetas oficiales. 

     Gracias a las mascotas virtuales conocemos los arrasados por el espíritu del sacrificio sin objeto que nuestra entrada en el mundo de la informática no será más que una nueva oportunidad de inmolarnos ante el fetiche de la pura pérdida.

     Ahora los amantes del bolero sabemos por qué entregamos alma, vida y corazón a una pérfida que jamás nos devolvió ni una mirada: se trataba de una hipócrita con corazón de disco duro y alma de virus informático.                

      Cada cierto tiempo el Vaticano decomisa numerosos santos virtuales que hicieron malgastar su vida a todas las beatas que les suplicaron en vano. Se sospecha que los medios nos comunican guerras, ídolos, creencias, éticas neovirtuales.    

      Abandonadas quedaron en gavetas o en el fondo de closets, atornillados a sus cuerpos mínimos los botones dolorosos que ya nadie aliviaría. Sólo en algunas de ellas el diseñador compasivo previó la muerte tras algún período de desatención, mas: eran muertes virtuales en animación suspendida, siempre presentes los circuitos atormentadores de hambre sed frío y el gran anhelo de amor que enrancia las baterías perdurables las indestructibles neuronas de sílice en un lapso que, desconectado el reloj que simula los latidos, es la eternidad sin alivio, millones de infiernos encendidos en la gran juguetería del olvido cruel de los niños.

        Al igual que la mascota informática, hay  una clase política virtual de derecha que lo pide todo a cambio de nada: se la alimenta, se la legitima electoralmente, se limpia sus suciedades y todavía pide que le entreguen el país para subastarlo.

         Si su mascota, su adorada o su clase política virtuales se han convertido en un pozo sin fondo, ha llegado el momento de tirarlos al fondo del pozo. Querer a quien lo quiere a uno es también quererse uno mismo.

 ROMANCE

Problemas que ocurren al intentar profundizar relaciones  con la adorada que se atisba en  redes sociales o  Metaverso. A) Su cara y su cuerpo no son ideales, sino  rompecabezas armado con Power Point de rostros y cuerpos en las páginas web de modelaje. B) Su conversación inteligente se debe a la aplicación Corrección de Dicción, que no sólo enmienda errores sino que además sugiere y desarrolla temas, diálogos, insinuaciones C) Su edad y su peso son el doble de los declarados D) Ella no es Ella sino Él, con ligera perturbación de identidad de género. Por mi parte A) No soy audaz deportista capitán del equipo B) No soy prestigioso cirujano plástico ni habitante de ensoñadora mansión en Fort Lauderdale C) No tengo 21 años, sino  21 nanosegundos de edad D) No soy un ser humano, sino un cookie implantado en las redes sociales para pescar datos de seres solitarios a quienes se podría vender mascotas virtuales.

EL GATO DE SCHRODINGER

Adopto un gatito al cual llamo Schrodinger en homenaje a la paradoja del fundador de la mecánica cuántica según la cual no se puede saber si un gato encerrado está vivo o muerto o si un cuanto está o no en una posición determinada. Schrodinger cumple los deberes de todo gato bebé de acechar ratones imaginarios pero su delirio es atacar el ratón informático del mouse enredándose en su cola digital. No hay forma de disciplinar a Schrodinger para que deje su presa virtual ni para saber si Schrodinger lo ataca para impedir que domine el mundo, si Schrodinger o yo o tú estamos vivos o muertos y el ratón informático que domina la computadora y por tanto el mundo es lo único viviente.

MUNDOS

Según la alucinación que puedas costearte, existen muchos mundos virtuales.  El primero equivale a lo que las religiones llaman Gloria y los traficantes inyección de Trance. El segundo remeda los bunkers con piscinas del tamaño de lagos y casinos con barraganas de academia de modelaje del 1% que posee el mundo. El tercero ya sabemos cuál es, caro todo, escaso todo, todo plagiado, feo o lastimero. El cuarto es el horror con sus maquilas, sus ventas de países, de  órganos  y del alma. Cada quien sueña con el  estrato superior a medida que aquél que habita va hundiéndose en el inferior como témpano que se disuelve.                                     

PROCUDELMO

De qué abismo del Metaverso irrumpe Procudelmo Amasidecro, monstruo que es tesis, antítesis y  negación de la negación de todo. Resumen de incompatibilidades y divergencias en el odio o en el deseo, nunca se sabe si va o viene, sino todo lo contrario. Enciclopedia y antología de contradicciones, simultáneamente progresista  retrógrado, defensor de pobres contra ricos o viceversa o sea nacionalista entreguista, hay un Procudelmo para todos los gustos y otro para cada una de las ambiciones. Tan perfectamente en cada rasgo Procudelmo coincide con su antítesis, que cuando trata de tragarse el mundo valiéndose del amasijo de sus discrepancias implota, cada atributo disolviéndose en su contrario, hasta la nada.

TEXTO/FOTO: LUIS BRITTO 

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