Martes, 20/05/2014
Por: Toby Valderrama y Antonio Aponte
Vivimos tiempos de inestabilidad, la amenaza de golpe es denunciada por altos voceros del gobierno. Las aguas, a pesar de unasur, del vaticano, de los llamados a la paz, no se aquietan. El momento precisa reflexión, lectura de la realidad y preparación de la Revolución para resistir la tormenta. Veamos.
Ha fracasado la estrategia de regresar a una democracia burguesa, donde reine una paz en la superficie aunque en el fondo impere la explotación y la violencia. Vanos los intentos de diálogo, insuficientes los regalos a los capitalistas, el dólar sigue alto, las fuerzas productivas no despegan, el entusiasmo no aparece… y la violencia hace presencia como arma política. Sin duda, hay una profunda crisis que no se resuelve con medias tintas. La realidad habla y pide rectificación hacia el Socialismo, esta Revolución no tiene otro camino.
Ahora estamos bajo estado general de sospecha de un golpe, los gringos lo aprueban, todos lo denuncian, tiene fecha, dicen que para junio. Es hora de desechar las ilusiones y prepararnos para el combate. ¿Cuántos funcionarios del gobierno, cuántos venezolanos crecieron bajo esta consigna? Es hora de ponerla en práctica, de desempolvar los viejos bríos, las enseñanzas de Jorge Rodríguez, de Fabricio, de Argimiro, de Américo Silva.
¿Qué hacer?
La primera condición de la preparación contra el golpe es dotar a la masa de razones sagradas por las cuales luchar, por las cuales defender al gobierno, razones que desde el sentimiento profundo guíen la batalla en las calles. Sólo el pueblo alzado, diciéndole, demostrándole al oligarca que la empresa golpista le saldrá cara, podrá derrotar la amenaza de golpe. Que sepa el oligarca que si se atreven, si se meten contra el Presidente Maduro, del capitalismo no quedará piedra sobre piedra, no habrá estabilidad, no podrán hacer aquí otra Honduras, aquí habrá combate hasta la instauración del Socialismo.
Esa necesaria movilización de la masa sólo será posible si el pueblo humilde conoce al enemigo, al sistema capitalista y sus personalizaciones, y las bondades del Socialismo. Que sepa que no es un combate mercenario por prebendas materiales, sino que somos convocados para la empresa más grande a la que se puede convocar a un ser humano: para defender, para construir, un mundo donde todos vivamos como hermanos, el reino de Cristo, para darle a nuestros hijos un mundo donde sólo su capacidad sea el límite de su desarrollo.
Es necesario, entonces, decretar que ya el periodo de extender la mano al oligarca, al capitalista, fue superado. Ahora, sólo los humildes, los desposeídos, deben construir su destino, se demostró que oligarca no construye el mundo socialista que queremos.
Organizar a la masa, que los mejores entre los buenos formen los destacamentos de vanguardia, los primeros a la hora del sacrificio, los últimos a la hora de los beneficios, que su ejemplo guíe la lucha.
Debemos recordar al Comandante Chávez, sus enseñanzas, su ejemplo, la firmeza con la que derrotó al golpe de Abril, al Sabotaje petrolero, nunca conciliando.
El Comandante cayó en combate contra la oligarquía, seguiremos su lucha. ¡Venceremos!
¡VIVA CHÁVEZ, VIVAN SUS HIJOS!
¡HORROR A LAS OLIGARQUÍAS!
¡AL CAPITALISMO NI TANTICO ASÍ!
¡UNIDAD EN EL SOCIALISMO!
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