jueves, 15 de febrero de 2018

LA NASA QUIERE SALVAR AL MUNDO DE LA ERUPCIÓN DEL SUPERVOLCAN DE YELLOWSTONE.







































































En un intento de salvar la humanidad, a la NASA se le ha ocurrido un plan de película. Enfriar la caldera de Yellowstone inyectándole agua para evitar que pueda producirse la tan temida erupción del Supervolcán de Yellowstone. Podría parecer una buena idea, aparentemente inofensiva, sin embargo, también podría provocar
una erupción en lugar de evitarla.
El Parque Nacional de Yellowstone es un lugar turístico muy conocido por la belleza de sus parajes. Pero, bajo las maravillas del parque acecha un peligro a escala mundial: un supervolcán que, en el caso de entrar en erupción con toda su potencia, podría poner en riesgo a toda la humanidad. Por esta razón, la NASA ha ideado este plan ambicioso.
La Tierra cuenta aproximadamente con una veintena de supervolcanes. Suelen entrar en erupción una media de cada 100.000 años. En el caso de Yellowstone, según los cálculos realizados por los científicos, hace unos 600.000 años que no sucede. En aquella época, lanzó 1.000 kilómetros cúbicos de lava a la atmósfera, haciendo que la temperatura, a nivel mundial, bajara considerablemente. Una erupción de este tipo hoy en día, provocaría un invierno nuclear prolongado y una hambruna global. Este es el motivo por el que existe una gran preocupación entre los científicos que temen que su erupción pueda ser catastrófica para la humanidad. Evitarlo ha sido su objetivo desde hace mucho tiempo.
Para uno de los científicos del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA (Instituto de Tecnología de California), la amenaza de un supervolcán es mucho mayor que la de un asteroide o cometa.
Los científicos piensan que si refrigeran la cámara de magma que hay bajo el cráter, podrán evitar su erupción. Yellowstone suele liberar su exceso de calor en un 60-70% a través de los geiseres y fuentes de agua que existen en todo el parque, pero ese 30-40% restante, se va acumulando en su interior.
La alternativa consiste en perforar hasta el fondo del volcán de Yellowstone, e inyectar agua a presión a diez kilómetros de profundidad, para enfriar la cámara de magma del supervolcán. Se trata de una táctica muy difícil, costosa, puesto que podría suponer alrededor de 3,46 millones de dólares, y extremadamente arriesgada, que – accidentalmente – incluso podría provocar la erupción que se intenta evitar. El agua que retornaría del fondo tendría unos 350ºC, proporcionando al volcán un medio para aliviar el calor acumulado, que bien podría ser utilizada para generar electricidad.
Desgraciadamente, siguiendo este método de perforación e inyección de agua, probablemente harían falta miles de años para poder enfriar el supervolcán por completo, aunque tampoco habría una garantía de éxito, por lo que habría que esperar cientos o miles de años para saber si el resultado es el que se pretende. Sin olvidar el riesgo de poder impulsar una erupción en lugar de evitarla.
La semana pasada, los científicos admitieron que se llevan registrando más de 1.500 seísmos en la zona de Wyoming, en el supervolcán de Yellowstone.  El enjambre de movimientos sísmicos comenzaron el 12 de junio de 2017 y no cesan desde entonces.
El nuevo mapa trazado por el USGS revela que el suelo de alrededor de la caldera se ha deformado a lo largo de dos años, ya que los seísmos alivian la presión que provoca la elevación, permitiendo que vuelva a hundirse de nuevo.
Dicen que esta actividad suele relacionarse con cambios producidos en el magma y gases acumulados profundamente bajo la superficie, aunque afirman que no hay nada por lo que preocuparse, ya que los enjambres suele ser algo frecuente en la región de Yellowstone. Sin embargo, también es cierto que la actividad sísmica podría ser una señal de una erupción inminente del supervolcán, pero en realidad se trata de un hecho imposible de predecir con exactitud.
Para el USGS, la elevación y hundimiento del suelo es debido a los gases, magma y agua que se desplazan a profundidades de 5 a 15 kilómetros bajo el suelo. Un ciclo que es común y que parece relacionado con el enjambre de seísmos, que contribuyen a aliviar la presión acumulada.
Conforme continúa el enjambre, los científicos siguen muy pendientes de esta actividad y proporcionan información según proceda. Por ahora, el nivel de alerta en la zona sigue en el verde, lo que significa que para ellos, la actividad sigue considerada como normal.
Eso sí, en el caso de que el Supervolcán de Yellowstone entre en erupción, sería miles de veces más potente que la que registró el Monte Santa Helena en 1980.
EL ARTICULO CONTINUA SI USTED QUIERE MAS INFORMACIÓN. http://www.alertatierra.com/supervolcanes/3461-la-nasa-quiere-salvar-al-mundo-de-la-erupcion-del-supervolcan-de-yellowstone 

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