14 de octubre de 2015
Crédito: RT
En
las últimas décadas, China se ha convertido en un centro de
inversiones para las economías emergentes, sobre todo para los
grandes proyectos de infraestructura en América Latina, y en algunos
casos, Pekín ha asumido una parte del riesgo. La profesora de la
Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Carmen Reinhart, sostiene que
esta "generosidad" del gigante asiático puede provocar una
nueva crisis financiera mundial.
"Si
bien no hay dos crisis financieras idénticas, todas tienden a
compartir algunos síntomas reveladores", escribe
la profesora en un nuevo artículo para elportal 'Project Syndicate'.
Entre
estos síntomas, Reinhart enumera "una
importante desaceleración
en el crecimiento económico y de las exportaciones, la anulación de
los auges de precios de activos, un creciente déficit fiscal y
de cuentas corrientes, el aumento de apalancamiento, la reducción o
reversión de la entrada de capitales".
"En
diversos grados, las economías emergentes están mostrando ahora
todo esto", sentencia la analista.
No
obstante, también pueden estar experimentando "otro síntoma
común de una crisis inminente, que es mucho más difícil de
detectar y medir: deudas ocultas", prosigue la autora
del artículo,
que considera que "la gran pregunta de hoy es dónde se esconden
las deudas de economías emergentes".
Durante
el auge de este tipo de inversiones China financió grandes proyectos
de otros países, a menudo relacionados con la minería, la energía
y la infraestructura, recuerda Reinhart.
Sin
embargo, explica la experta, el volumen exacto de estos préstamos se
desconoce, ya que una gran parte de ellos provino de los bancos de
desarrollo de China que no están incluidos en los datos recopilados
por el Banco de Pagos Internacionales (la fuente global principal de
dicha información), ni tampoco en las bases de datos del Banco
Mundial. Incluso cuando estos datos existen, deben interpretarse con
cuidado, agrega.
En
opinión de Reinhart, aunque las deudas de las economías emergentes
parecen moderadas para los estándares históricos, es probable que
estén siendo subestimadas.
"Si
es así, la magnitud de la actual reversión de los flujos
de capital que están experimentando las economías emergentes
puede ser mayor de lo que generalmente se cree, y potencialmente lo
suficientemente grande para desencadenar una crisis", asevera la
analista.
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