29 de noviembre de 2015
Crédito: Últimas Noticias
Eleazar Díaz Rangel
Eleazar Díaz Rangel
El
próximo domingo se celebrarán importantes elecciones que el
presidente Nicolás Maduro en algún momento dijo que eran “las más
difíciles”, aunque nunca explicó por qué. Ocurre que en esta
ocasión hay suficientes razones para que exista descontento en la
población, pues el Gobierno no ha podido resolver el problema de la
escasez y altos precios de los productos alimenticios y otros de
primera necesidad, lo que ha generado interminables colas buscando
adquirirlos en las principales ciudades.
En la última
fase de la campaña electoral, los voceros de la unidad
revolucionaria (el Psuv y sus aliados del PCV, el PPT y otros
partidos menores que integran el Gran Polo Patriótico) parecen haber
persuadido a sus respectivas militancias de que esa situación es
efecto de una “guerra económica” estimulada desde el exterior y
con sólido apoyo en el país, lo que tiene mucho de verdad y lo he
escrito en esta página, y que pese a esas dificultades hay que votar
para preservar el proceso y darle continuidad al legado de Chávez.
Esa guerra económica se ha comparado con la habida en Chile para
provocar la desestabilización y posterior derrocamiento del gobierno
del presidente Allende.
Entre tanto, los voceros de la MUD
y, en general, todos sus partidarios, están convencidos de que la
inmensa mayoría de ese descontento se volcará en votos de castigo
al Gobierno, o en la abstención, lo que les asegura una victoria
holgada. Hay que sumarle las encuestas y medios, como la mayoría de
las emisoras de radio y buena parte de la prensa del interior del
país, que repiten porcentajes hasta de 30% de ventaja, real o
supuesta de la oposición, y naturalmente, un significativo
porcentaje de ciudadanos les cree. Ese convencimiento de triunfo
abrumador los lleva a negarse a firmar cualquier tipo de acuerdo
donde se comprometan a reconocer los resultados que, de no ocurrir,
denunciarán un fraude, que les han robado la victoria. En tales
circunstancias es cuando se torna peligroso el desenlace de las
votaciones.
Esta situación nos hace recordar lo
sucedido recientemente en Argentina, donde los medios,
abrumadoramente, repetían que Macri, el candidato de la derecha,
ganaría hasta la segunda vuelta con 30% de ventaja, y demasiada
gente se lo creyó. Hasta un analista como el periodista Víctor Hugo
Morales admitió, al final de un programa de TV la noche del domingo
22, que él también lo pensó y mostró un papel donde según su
estimación el candidato derechista ganaba con 10%. La verdad fue
otra bastante distinta; a medida que crecía el número de votos
contabilizados, se reducía la ventaja, y al final, ésta fue de 3%.
Nuevo fracaso de las encuestas y de los medios. ¿Ocurrirá algo
parecido en Venezuela en las parlamentarias del domingo 6? El
chavismo daría una respuesta positiva.
A diferencia de
cinco elecciones anteriores, donde se disputaba la Presidencia de la
República, todas ellas ganadas por Hugo Chávez y la última por
Maduro, en esta ocasión está en juego la renovación total de la
Asamblea Nacional, que hoy domina la mayoría del Psuv con 100
diputados de los 168, y entran en juego otros factores, regionales y
locales, en los 87 circuitos.
En las encuestas referidas a
las 18 elecciones que ganó el chavismo (presidenciales, de
gobernadores y alcaldes, diputados estadales, municipales,
referendos), y a un referendo sobre reforma constitucional, que
perdió, siempre hubo encuestas y la oposición utilizaba para su
propaganda los resultados de la mayoría de esas mediciones. Como
seguramente ocurre con los partidos perdedores en otros países.
Hoy
les muestro esa página de un aviso pagado por la oposición, donde
se manipulan varias encuestas y se inventan otras, para tratar de
demostrar que la candidatura de Chávez estaba en decadencia mientras
la de Capriles se veía en ascenso. Por supuesto, todo era mentira,
un engaño, como quedó demostrado en las votaciones. Chávez, pese a
estar agobiado por el cáncer, ganó con 55,25%, mientras Capriles
obtuvo 44,13%.
Cabría preguntarse ¿cuántos de los
votos de la oposición fueron producto de ese engaño?
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