8 de noviembre de 2015
Crédito: Últimas Noticias
Eleazar Díaz Rangel
Eleazar Díaz Rangel
Estamos
entrando en las últimas semanas antes de las elecciones, lo que
significa que será acentuada la campaña contra el CNE, contra todo
el sistema electoral venezolano y contra su presidenta, Tibisay
Lucena. Afortunadamente, tenemos al frente de ese organismo a una
mujer de temple, probada en siete plazas (10 elecciones nacionales)
con un eficiente equipo de colaboradores y expertos que han podido
hacer del sistema de votación el más confiable del mundo. Imposible
un fraude que adultere la expresión de los votantes, reconocido no
solo por la oposición cuando les organiza sus votaciones internas,
sino por decenas de observadores extranjeros que han conocido todo el
proceso.
Hace poco, cuando el presidente Nicolás
Maduro estuvo en Nueva York con motivo de los 70 años de la creación
de la ONU, se entrevistó con el ex presidente Jimmy Carter, y
hablando de los próximos comicios, Carter le dijo que seguía
teniendo la misma opinión del sistema venezolano por su garantía de
confiabilidad.
Ningún sistema electoral del mundo es tan
auditado como el venezolano, objeto de 22 auditorías distintas cada
vez que hay elecciones, donde no solo participan técnicos y expertos
sino representantes de casi todos los partidos que postulan
candidatos. Seguramente no lo hacen todos porque son más de 90
partidos, y algunos locales apenas tienen dos o tres candidatos. En
esas auditorías avaladas por los partidos están las garantías de
la pureza de nuestras elecciones.
En cuanto a los
observadores del exterior, se justificaba su presencia a poco del
derrocamiento de la dictadura porque se trataba de un proceso
democrático en formación, con debilidades, pero hoy, y así lo
recordó hace poco Tibisay, Venezuela está en capacidad hasta de
orientar a Estados Unidos para mejorar su sistema de votación y
ofrecerles garantías a sus electores de las que carecen hoy. Pero la
oposición está empeñada en convertir en “observadores” a sus
numerosos invitados, que los trae de países europeos para generar
disturbios y provocar escándalos noticiosos, para deformar la imagen
de las elecciones del 6D.
No obstante tantos
indicadores positivos, la oposición persiste en su campaña de
descrédito, ahora con el apoyo exterior, y no cesará hasta el mismo
día de las votaciones, el próximo 6 de diciembre. Vendrán
eurodiputados, ex presidentes y decenas de políticos traídos por
los partidos de la MUD con el único propósito de intentar sabotear,
hacer ruido, entorpecer el proceso, escandalizar hacia sus países,
en fin, perturbar las elecciones y la imagen democrática de
Venezuela así como la pureza de los comicios y denunciar presuntos
fraudes. ¿De dónde saca la oposición que el Psuv o el Polo
Patriótico tienen intenciones de desconocer resultados que
favorezcan a candidatos opositores? ¿Cuándo un solo postulado por
la oposición, a cualquiera de los cargos representativos y que
hubiese sido electo, ha perdido esa representación por gestiones del
oficialismo ante el CNE? ¿Cuándo? ¿Alguien puede mencionar a uno
solo? Entonces, ¿de dónde sacan esa especie del desconocimiento de
triunfos opositores mediante el fraude?
Vean en la
tabla de abajo estos cinco ejemplos de votaciones para alcaldes en
2008 que ganó la oposición por márgenes muy finos, y que el Psuv
nunca pretendió desconocerlos ni pedir su revisión. ¿Cuántas
elecciones ha ganado la oposición? Decenas, centenares. ¿Cuántos
gobernadores? ¿Cuántas alcaldías? ¿Y qué ha ocurrido con esos
votos que la misma gente del CNE contó uno a uno, para comprobar los
resultados electrónicos que daban la victoria a postulados por los
opositores? Sencillamente que fueron esos votos, reconocidos por el
mismo CNE que cuenta los votos favorables al GPP, los que eligieron a
los candidatos opositores, los que dieron tantas victorias a la
oposición. El 6D será imposible que el CNE distinga en un mismo
circuito y cuente votos para unos y no para otros. Todo eso lo saben
bien en la oposición.
Seguramente era
ignorado que el domingo 6 de diciembre habrá 114 elecciones en todo
el país en 87 circunscripciones; de ahí la complejidad de esas
votaciones, que unas apenas tienen relación con las otras.
Y
a propósito, y pese a los esfuerzos de la derecha de aquí y de
allá, Unasur debe enviar una delegación de unas 40 personas como
acompañantes.
El domingo recibí tres mensajes de
lectores que habían leído la columna después que el ministro de la
Defensa, Padrino López, la recomendó por Twitter, preguntándome
dónde había obtenido esas informaciones y si me había reservado
alguna otra. La verdad, más bien me preocupa lo que puede hacer la
potencia del Norte, si la oposición desconoce con fuerza una derrota
acusando al CNE por promover un fraude. Las advertencias del gral.
John Kelly y de Thomas Shannon hacen suponer que no se quedarán de
brazos cruzados.
La guerra económica tiene las más
diversas expresiones. ¿Cómo puede llamarse esta: un pasaje
México-Caracas es vendido en más de 3 mil dólares, pero de México
a Bogotá sólo cuesta 300 dólares? Pero está recibiendo duros
golpes, en pocos días de esta semana fueron decomisados 162 mil
kilos de alimentos y otros productos de uso doméstico.
No
termino de entender cómo si un general de Brigada dateaba a la
gente de “El Picure”, no se abrió la correspondiente
investigación, ni se le reemplazó del alto cargo, y se permitió
que renunciara.
Como lo habíamos previsto, el alto
valor de los boletos para el estadio Universitario provocó una caída
de la asistencia de los aficionados. El año pasado, el promedio fue
de 12.474 por partido, mientras que en este año (en el mismo
período) fue de 9.124, y en el caso de Caracas han entrado 176.347,
pero el año pasado esa cifra fue de 274.365. En la misma proporción
ocurre la baja en partidos de La Guaira y, seguramente, se repite en
otras plazas. Faltaría por conocer las cifras en bolívares que,
seguramente subieron, y pareciera que es lo que más interesa a los
dueños de equipos. Más que los fanáticos.
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