jueves, 28 de enero de 2021

EUROPA
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ROMA (Sputnik) — Giuseppe Conte busca desesperadamente el apoyo suficiente en el Parlamento para formar un nuevo Gabinete y evitar las elecciones anticipadas, en medio de la pandemia del coronavirus, que en Italia aún no se ha vencido.

Este 26 de enero Giuseppe Conte convocó la última reunión del Consejo de ministros bajo su presidencia para agradecer a los ministros por su trabajo, después de que fue al Palacio del presidente de la República Sergio Mattarella para presentar su dimisión. La crisis política italiana entró en una nueva fase, en la cual son posibles varios escenarios.

Conte ter

El mismo Conte espera poder formar un nuevo Gabinete bajo su liderazgo. Si lograse hacerlo sin recurrir al apoyo del partido Italia Viva, cuya salida de la coalición gobernante provocó la crisis actual, podría reforzar su posición, creando una coalición más compacta y sin tener que contar con el ambicioso líder de Italia Viva Matteo Renzi.

Hace unos días esta opción, denominada 'Conte ter', o sea el tercer Gobierno de Conte, parecía la más plausible, pero ahora surgen cada vez más dudas de que se realice.

El Sistema político italiano requiere que el Gobierno goce del apoyo de la mayoría absoluta en ambas Cámaras del Parlamento: esto en parte explica la crónica inestabilidad política del Ejecutivo.

La semana pasada, 321 de 630 diputados dieron el voto de confianza a Conte, pero en el Senado le faltaron 5 votos para obtener la mayoría, por lo tanto, el voto definitivo de los senadores fue positivo para Conte únicamente gracias a la abstención de los representantes de Italia viva.

Esta fue la razón por la que el jefe del Ejecutivo prefirió pedir la dimisión y buscar el apoyo de los senadores, a los que define de "responsables", para no depender de ninguna manera de Renzi y su partido.

Matteo Renzi, líder del partido Italia Viva
© REUTERS / PRESIDENTIAL PRESS OFFICE
Matteo Renzi, líder del partido Italia Viva

Sin embargo, las consultas con diferentes formaciones políticas centristas en el Senado aún no han producido el resultado deseado. Por mucho que se esfuerce, Conte todavía no logra obtener el apoyo de los 161 senadores necesarios para llegar a la mayoría.

  • Consultas entre el presidente italiano, Sergio Mattarella, y los partidos políticos sobre formación de un nuevo gobierno
  • Consultas entre el presidente italiano, Sergio Mattarella, y los partidos políticos sobre formación de un nuevo gobierno
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© REUTERS / FRANCESCO AMMENDOLA/PRESIDENTIAL PRESS OFFICE
Consultas entre el presidente italiano, Sergio Mattarella, y los partidos políticos sobre formación de un nuevo gobierno

Mayoría Úrsula

Esto abre el camino a otra solución. Una nueva coalición gobernante podría incluir no solo las fuerzas políticas presentes en la coalición gobernante, sino también el partido Forza Italia de tendencia centroderechista. Esta composición política reproduciría la alianza táctica creada por los representantes de algunos partidos italianos en el Parlamento Europeo en julio de 2019 para apoyar la candidatura de Úrsula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, por lo cual que los medios italianos la tildaron de "mayoría Úrsula".

Para Conte esta opción sería un problema, ya que no todos los partidos que la componen lo quieren ver como jefe del Gobierno. Como alternativa, los medios italianos mencionan a varios personajes, como, por ejemplo, exlíder del M5S y actual ministro de Exteriores Luigi Di Maio, o Paolo Gentiloni, primer ministro de Italia entre 2016 y 2018 y actual comisario europeo de Economía. Sin embargo, es dudoso que uno u otro logre obtener el apoyo tanto del M5S, como del PD, dos fuerzas cruciales para crear cualquier coalición gobernante en las condiciones actuales.

Elecciones anticipadas

Si todo este complicado juego político no produce ningún resultado, Italia se enfrentará a la necesidad de convocar las elecciones anticipadas, que podrían celebrarse en junio. Es una opción muy poco deseable para las fuerzas políticas de centroizquierda que gobiernan ahora, porque no tienen ninguna probabilidad de ganar, pero parece que ni siquiera los partidos de derecha estarían muy contentos con ir a las urnas.

De los sondeos de intención de voto emerge que la coalición de derecha ganaría las elecciones, obteniendo un 45% de votos. Sin embargo, en los últimos tiempos el balance de fuerzas dentro de la coalición cambió de manera considerable. Si hace un año y medio, cuando estalló la precedente crisis de Gobierno, la Liga de Matteo Salvini podía presentarse como la fuerza predominante de la derecha italiana al tener el apoyo del 40% de los italianos, ahora esta formación soberanista apenas llega al 24% y tendrá que compartir el poder con sus aliados políticos.

La Forza Italia de Silvio Berlusconi sigue perdiendo el apoyo de los electores y, según los sondeos, apenas llega al 7,5% de votos, lo que la condena a la posición de un socio menor dentro de la coalición de derecha. A su vez, el partido Fratelli d'Italia, considerado el más radical de todos, logró ampliar su base electoral en los últimos dos años (a expensas de la Liga en primer lugar), pero, con un 16% de los italianos dispuestos a apoyarlo, aún se encuentra muy por detrás del partido de Salvini.

Matteo Salvini, líder del partido italiano la Liga
© REUTERS / YARA NARDI
Matteo Salvini, líder del partido italiano la Liga

Por lo tanto, ninguna de estas fuerzas políticas puede pretender a la supremacía en el campo de la derecha, lo que causaría tensión y luchas por el poder si la coalición de derecha ganase las elecciones.

Ambiciones políticas vs. intereses nacionales

Para el país, la crisis política actual no podía llegar en un peor momento. La pandemia del coronavirus retrocede muy lentamente, dejando cada día miles de infectados y centenares de muertos, mientras la campaña de vacunación se estanca a causa de los retrasos en el suministro de fármacos. Además, las autoridades tienen que cumplir las condiciones necesarias para que Italia pueda acceder a las ayudas financieras europeas, acordadas el pasado julio en el marco del fondo para la recuperación.

Organizar las elecciones anticipadas en estas condiciones no solo retrasaría el cumplimiento de los requisitos necesarios para obtener los fondos europeos, que la economía italiana necesita desesperadamente para recuperarse del impacto de la pandemia, sino también pondría en peligro la salud pública. Desafortunadamente, en un momento tan difícil los políticos italianos no parecen estar a la altura de los desafíos con los cuales se enfrenta el país, y ponen sus ambiciones personales por delante de los intereses de la nación. 

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