miércoles, 13 de enero de 2021

Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de ‎prensa sobre la COVID-19 del 5 de enero de 2021‎

5 de enero de 2021

Buenos días, buenas tardes y buenas noches.‎

Dondequiera que estén, les deseo un feliz año nuevo. ‎

En nuestra primera rueda de prensa de 2021 quisiera dedicar rápidamente unos momentos a ‎comentarles lo que está por venir en las próximas semanas. ‎

La pandemia sigue siendo una importante crisis de salud pública. ‎

Estamos en una carrera para salvar vidas y medios de subsistencia y poner fin a esta pandemia, y en ‎breve les hablaré más sobre el particular.  ‎

Ahora bien, la OMS no solo se enfrenta a la pandemia; también nos enfrentamos a muchos otros ‎brotes epidemiológicos en todo el mundo, y cada semana compilamos y analizamos cientos de señales ‎de posibles enfermedades. ‎

Y nuestra labor va mucho más allá de las emergencias. Trabajamos para mejorar la salud humana en ‎todos sus aspectos, desde el nacimiento hasta la vejez. ‎

Como se ha demostrado en el último año, la OMS trabaja día y noche para impulsar los conocimientos ‎científicos, aportar soluciones a los desafíos que van surgiendo sobre el terreno y promover la ‎solidaridad mundial. ‎

Todo ello es igual de importante para hacer frente a la pandemia y para que los servicios esenciales ‎vuelvan a funcionar. ‎

Desde la prevención de la muerte de las madres y sus hijos en el parto, hasta la lucha contra ‎emergencias silenciosas, como la resistencia a los antimicrobianos y la salud mental, pasando por la ‎prevención, el cribado y el control del VIH, la tuberculosis, el paludismo y las enfermedades tropicales ‎desatendidas. ‎

Este mes, por ejemplo, es el mes de la sensibilización sobre el cáncer cervicouterino, para el que la ‎OMS trabaja con asociados de todo el mundo con el fin de impulsar la primera estrategia sanitaria ‎mundial para la eliminación de un cáncer. ‎

Hemos aprendido mucho en el último año; y una de las enseñanzas más importante es que la salud es ‎una inversión en el desarrollo general, fundamental para que las economías prosperen y un pilar clave ‎de la seguridad nacional. ‎

La salud no puede ser lo último en lo que se piensa cuando nos encontramos ante una emergencia.‎

Debemos garantizar sistemas de atención primaria de salud verdaderamente integrados que permitan ‎la prevención, cribado y tratamiento eficaces de enfermedades infecciosas y enfermedades no ‎transmisibles como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardíacas y pulmonares. ‎

Estas últimas provocan en conjunto la muerte de más de 40 millones de personas al año. ‎

La pandemia de COVID-19 nos ha mostrado una vez más que las personas con afecciones subyacentes ‎corren mayor riesgo de muerte ante un nuevo virus infeccioso. ‎

Y que los sistemas sanitarios de los países con un gran número de personas con afecciones de salud ‎están sometidos a presiones adicionales.    ‎

Y que debemos trabajar con quienes luchan contra la crisis climática, que afecta directamente a la ‎salud. ‎

En última instancia, debemos invertir en la preparación y la vigilancia para frenar la próxima pandemia y ‎garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud de calidad. ‎

En el año que empieza, seguirán trabajando con nosotros científicos y expertos en salud pública de ‎dentro y fuera de la OMS para revelar los últimos conocimientos científicos e innovaciones y presentar ‎soluciones que nos permitan reconstruir los sistemas de salud para que sean más respetuosos con el ‎medio ambiente y más robustos. ‎

Solo aspiro a que la salud se politice menos en el este año venidero. ‎

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Hemos entrado en una nueva fase de la pandemia en la que se necesita solidaridad como nunca antes. ‎

En estos momentos estamos en una carrera por salvar vidas y, como señaló mi colega el Dr. Mike Ryan ‎en marzo del año pasado, en cualquier crisis es importante actuar rápido y sin arrepentirse.‎

La carga de casos es tan alta en algunos países que los hospitales y las unidades de cuidados intensivos ‎se están llenando hasta niveles peligrosos. ‎

En algunos países, durante el reciente periodo vacacional y por el frío, las reuniones se han celebrado ‎más en espacios interiores, lo cual sabemos que es más arriesgado y que tendrá consecuencias. ‎

La aparición de nuevas variantes, que según parece son más transmisibles, está exacerbando la ‎situación. ‎

Hacemos un llamamiento a todos los países para que aumenten el número de pruebas y la ‎secuenciación de virus para que podamos monitorear los cambios y responder a ellos. ‎

En última instancia, los países tienen que examinar su situación epidemiológica y tomar medidas ‎adecuadas basándose en los datos. ‎

Es un equilibrio difícil, pero, al fin y al cabo, salvar vidas y proteger a los trabajadores de la salud y los ‎sistemas de salud debe ser lo primero. ‎

Sé que es agotador, pero es mucho peor para quienes trabajan o son atendidos en un hospital ‎abarrotado, o para las personas cuyo tratamiento oncológico se ha postergado. ‎

Así que debemos actuar para proteger a las personas más vulnerables que necesitan ayuda ahora ‎mismo. ‎

Además de reducir los contactos al mínimo en este periodo crucial, los gobiernos deben apoyar a las ‎personas que tienen que aislarse o ponerse en cuarentena. ‎

Al igual que los gobiernos han generado estímulos para sostener las economías, es importante ‎encontrar formas innovadoras de ofrecer a las personas la oportunidad de aislarse de los demás de ‎forma segura. ‎

Para romper las cadenas de transmisión, debemos identificar y encontrar a las personas infectadas, ‎proporcionarles la atención que necesitan y ayudarlos a aislarse de forma verdaderamente segura.  ‎

Estamos en una carrera para prevenir infecciones, reducir el número de casos, proteger los sistemas ‎de salud y salvar vidas, a la vez que administramos vacunas sumamente eficaces y seguras entre las ‎poblaciones de alto riesgo. ‎

No es fácil; este es el recorrido más arduo que debemos transitar juntos. ‎

Pero si colaboramos podemos ganar las dos carreras y adelantarnos al virus, a la vez que ponemos coto ‎a la posibilidad de que el virus mute de nuevo y amenace las herramientas de salud que tenemos ‎actualmente. ‎
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La semana pasada, la OMS publicó su primera Lista de uso en emergencias, en la que incluyó una ‎vacuna contra la COVID-19: la vacuna Pfizer-BioNTech.  ‎

Y ayer también fue alentador constatar que la vacuna de Astra-Zeneca empezaba a administrarse en el ‎primer país. ‎

Un año después de que la  OMS publicara su primer parte de Brotes epidémicos sobre este virus, más ‎de 30 países han comenzado a vacunar a sus poblaciones de alto riesgo con diferentes vacunas contra ‎la COVID-19.‎

La comunidad científica ha establecido una nueva norma para el desarrollo de vacunas.‎

Ahora la comunidad internacional debe establecer una nueva norma de acceso. ‎

El Mecanismo COVAX ha recibido apoyo de 190 países y economías, y me gustaría ver que todos los ‎fabricantes canalizan el suministro a COVAX rápidamente para que la administración de vacunas pueda ‎comenzar y que las personas que corren un riesgo alto estén protegidas en todo el mundo. ‎

Es una deuda moral que tenemos con los trabajadores de la salud de todo el mundo, que han ‎luchando contra esta pandemia incesantemente durante casi un año entero: vacunarlos a todos lo ‎antes posible. ‎

Las personas deben ir antes que los beneficios a corto plazo. Va en interés de los países evitar el ‎nacionalismo vacunal. ‎

Vacunar a los trabajadores de la salud y a los que corren un alto riesgo de padecer enfermedades ‎graves es la forma más rápida de estabilizar los sistemas de salud y garantizar que todos los servicios ‎esenciales de salud funcionen correctamente y que pueda tener lugar una recuperación económica ‎verdaderamente mundial. ‎
Insto a todos los gobiernos a que colaboren y cumplan sus compromisos para con la distribución ‎equitativa a nivel mundial y a todos los grupos farmacéuticos a que aumenten la oferta lo antes posible ‎y que participen plenamente en el Mecanismo COVAX. ‎

La iniciativa «cien-cien», impulsada por la OMS, el UNICEF y el Banco Mundial, presta apoyo a más de ‎‎100 países para que puedan llevar a cabo evaluaciones rápidas de su disposición operativa y elaborar ‎planes nacionales específicos para las vacunas y otras herramientas contra la COVID-19. ‎

Hasta la fecha más de 90 países han completado las evaluaciones y nuestros equipos trabajan día y ‎noche para garantizar que los gobiernos y los sistemas de salud estén listos para la distribución mundial ‎de las vacunas, pero necesitamos un suministro coherente, previsible y asequible de vacunas seguras ‎y eficaces. ‎

Desde un punto de vista ético, económico y social, y por la seguridad mundial, debemos actuar juntos ‎ahora mismo para garantizar una distribución equitativa de las vacunas. ‎

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Tras la publicación de la Lista de uso en emergencias la semana pasada, el SAGE se ha reunido hoy con ‎el fin de debatir las recomendaciones normativas para el uso de la vacuna Pfizer/BioNTech. ‎

Quisiera invitar al Presidente del SAGE, el Dr. Alejandro Cravioto, a que nos hable de las ‎recomendaciones. ‎

Alejando, tiene usted la palabra. ‎


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Muchas gracias, Alejandro. ‎

Todos los países deben remar al unísono y en la misma dirección para vencer esta pandemia. ‎

La solidaridad, el multilateralismo y la colaboración son claves para ganar rápidamente la carrera contra ‎la pandemia y salir juntos de las aguas turbulentas.‎

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Por último, en las últimas 24 horas, los miembros del equipo científico internacional que estudia los ‎orígenes del virus de la COVID-19 salieron de sus países de origen con rumbo a China. ‎

Así lo acordaron conjuntamente la OMS, el gobierno de China y los países por los que el equipo debía ‎transitar de camino a Wuhan. ‎

Hoy hemos sabido que los funcionarios chinos aún no han finalizado los permisos necesarios para la ‎llegada del equipo a China. ‎

Esta noticia me decepciona mucho, dado que dos miembros ya habían iniciado su viaje, mientras que ‎otros no pudieron viajar en el último momento.  ‎

Con todo, he estado en contacto con altos funcionarios chinos y he dejado claro una vez más que la ‎misión es una prioridad para la OMS y el equipo internacional.‎

Me han asegurado que China está acelerando el procedimiento interno para hacer posible el ‎despliegue a la mayor brevedad. ‎

Tenemos gran interés en que esta misión arranque lo antes posible. ‎

Les doy las gracias y una vez más feliz año nuevo. Fadela, tiene de nuevo la palabra.‎ 

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