La situación en Siria es complicada y habrá muchos obstáculos en el camino hacia la estabilización, pero para Europa "no es un asunto de altruismo, sino una opción estratégica" financiar la reconstrucción del país, argumenta Gilles Kepel, profesor universitario especializado en el mundo árabe.
Para el académico, entrevistado por el medio La Depeche, el fin del conflicto sirio dependerá de cómo se solucione el problema de la provincia de Idlib, llena de terroristas y objeto de posturas diferentes por parte de los mayores actores de la región.
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Según Kepel, tanto Damasco como Teherán optarían por una opción militar mientras que Rusia se muestra más reservada y da una oportunidad a las negociaciones, sobre todo con Turquía. Ankara, a su vez, no quiere enfrentarse a una nueva crisis de refugiados dada su precaria situación económica, así que está optando por la distensión.
El analista subraya que el manejo turco del caso del periodista saudí asesinado Jamal Khashoggi debe analizarse desde el punto de vista de Idlib también:
"El presidente [Recep Tayyip] Erdogan está divulgando poco a poco más información sobre el asesinato de Khashoggi y así logra controlar el desarrollo de la principal noticia de Oriente Medio," explica.
Ankara logró ensombrecer la alianza saudí-estadounidense y puede sacar beneficios tanto para sí misma por parte de Washington como para su aliado Catar, que tendrá más fácil enfrentar el bloqueo saudí en su contra sin que los estadounidenses apoyen a Riad en este proceso.
Así, Erdogan se puso en el centro del tablero de ajedrez sirio y ganó puntos incluso ante Rusia, algo que le permitiría aplazar aún más la solución militar del problema de Idlib.
Pero Europa también es la que se beneficia de la 'congelación' de la situación en la última provincia siria llena de yihadistas, subraya el profesor, dado que será difícil acomodar a centenares de extremistas religiosos una vez que regresen a sus países de origen.
Francia estaría entre los países más afectados por este desarrollo debido a una fuerte presencia de yihadistas franceses en las filas de los radicales.
Pues ¿qué se puede hacer para salir de este caos?
"El mandatario anterior de Francia [François Hollande] llevó una política más bien ideológica e idealista hacia Siria y no se dio cuenta de la potencia de los yihadistas que se habían apoderado de la rebelión siria desde el inicio", afirma Kepel.
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Hoy, el presidente Emmanuel Macron tiene una postura diferente y "está dispuesto a colaborar con los rusos y los turcos con el fin de buscar un arreglo de posguerra".
Según el especialista, Rusia carece de poderío económico para reconstruir Siria a solas y necesita otras potencias para promover un arreglo político. Los países asiáticos, como China o Japón, solo se interesan en las ganancias y no les importa la transición política en el país.
Así, recae en Europa la tarea de involucrarse e invertir, "y no es por altruismo". Los temas como el regreso de los yihadistas y la migración, así como las consecuencias políticas de estos fenómenos —"el auge de la ultraderecha"—, serán de importancia primordial en las próximas elecciones europeas.
"Actuar en Siria, permitir la reconstrucción del Levante, hoy es una opción estratégica fundamental para Europa, aunque no estoy seguro de que los líderes [europeos] se hayan dado cuenta de esto", sostiene.
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