El primer vehículo volador ultraligero y eléctrico acaba de ver la luz. Se llama BlackFly y su empresa, la 'start-up' canadiense de Silicon Valley OPENER, asegura que no se necesita ninguna licencia en EEUU para hacerlo volar.
Añade que la nave está diseñada para despegar tanto desde el agua como desde "pequeñas zonas verdes". Su batería tiene una autonomía de hasta 40 kilómetros y alcanza los 100 kilómetros por hora. Sus creadores subrayan que su precio será competitivo.
"OPENER está dándole un tremendo empujón al arte de volar gracias a un vehículo seguro y asequible y que libera a quienes lo conduzcan de las limitaciones del transporte terrestre habitual", explica Marcus Leng, presidente de la compañía, en su página web. "Lo lanzaremos a un precio competitivo", asegura. La empresa hace especial énfasis en la seguridad en la conducción, lo que ha sido su principal objetivo durante el tiempo que han estado desarrollando el producto.
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