Estos seis ejes de desarrollo que son debatidos en torno a su IV Congreso Nacional, que realizará sus plenarias del 28 al 30 de julio son los siguientes: Avanzar hacia una economía productiva; Apoyar desarrollo de las fuerzas productivas de propiedad pública, social y privada; Desarrollar un sistema de innovación, ciencia y tecnología; Consolidar un sistema de protección y seguridad de la soberanía económica de la Nación; Afianzar el modelo de economía mixta diferenciada; y Ejecutar políticas en el área de hidrocarburos.
En ese sentido, Maduro indicó -al momento de dar esta línea- que concretar un acuerdo económico productivo con los sectores empresariales, productivos, públicos, mixtos y privados, permitirá dar al país “un proceso de crecimiento y recuperación sostenida de todo el sistema económico venezolano”, pues se podrá “lograr la estabilización de la economía” de manera “creciente, sostenida y sostenible”, en función de “la prosperidad económica, de la producción de la riqueza y la satisfacción de necesidades”.
Este acuerdo permitirá generar entonces -resalta Maduro- “riqueza nacional e internacional y satisfacción de las necesidades materiales de nuestro pueblo, de la vida material de nuestro pueblo, el fortalecimiento de los CLAP (…) que llegaron para fortalecerse y quedarse como gran sistema de atención y distribución justa para el pueblo”.
Primer eje del PSUV
Para avanzar hacia una economía productiva, el partido plantea -en su boletín N° 116- varios escenarios para alcanzar esta meta prioritaria para la nación.
El primer objetivo para lograr ese cometido es defender el poder adquisitivo de los trabajadores a través de un conjunto de acciones que permitan controlar la especulación y estabilizar el sistema de precios.
Con base en esa premisa, la organización plantea establecer un nuevo equilibrio en el tipo de cambio “donde por primera vez en la historia económica de Venezuela los actores económicos privados deban sostenerlo en función a la real demanda y su propia oferta de divisas, mediante un mecanismo transparente de Casas de Cambio y subastas amplias”.
Este proceso -resalta el documento del PSUV- “requiere despenalizar el manejo de divisas y permitir que se haga un juego libre del equilibrio de las diversas divisas con relación al Bolívar”.
Además, sugiere que “las divisas provenientes de la renta petrolera soberana y de otras exportaciones del sector público” sean dirigidas de forma prioritaria para “sostener las necesidades básicas del pueblo” y su protección social. En ese sentido, el Gobierno deberá utilizar las divisas “según los criterios de carácter estratégico”, para el nuevo mercado cambiario y para los fondos especiales de ahorro e inversión.
El partido también insta a “aplicar, de inmediato, un plan para atacar evasión fiscal y pechar la acumulación excesiva de riqueza material”; para ello -indica el PSUV- “se requiere establecer medidas eficientes y eficaces para controlar la brecha de evasión fiscal existente en Venezuela”.
Es decir, no sólo se definirán metas de recaudación sino también la disminución de “brechas existentes” con la implementación de porcentajes de metas semestrales y anuales que permitan implementar “un modelo fiscal de carácter progresivo”.
La dinámica económica-productiva también debe amparar los subsidios directos que recibe la población por parte del Estado a través del Carnet de la Patria, así como la sinceración de los precios del combustible para el consumo interno en todo el país “a montos que eliminen la propensión al contrabando y la corrupción que lleva consigo”.
En ese sentido -dice el PSUV- “la política de precios internacionales para los combustibles y lubricantes, acompañada de la política de subsidios, va a permitir a nuestro gobierno un flujo de dinero orgánico, esencial para la regularización de la economía”, lo que ayudará a disminuir la pérdida de divisas por contrabando de extracción -cercana a los 10 mil millones de dólares por año- y facilitará la venta en divisas “a precios ligeramente beneficiosos a los Estados vecinos” en estaciones de servicio que vendan en moneda extranjera.
Para complementar este primer eje que propone avanzar hacia una economía productiva; el partido plantea diseñar un plan especial de importación y exportación que le permita a emprendedores importar y comercializar productos indispensables para el transporte, la salud y alimentación con requerimientos mínimos. “Esto ameritará la creación de un equipo del PSUV responsable para hacer seguimiento garantizando a la transparencia de los procesos hasta su destino final”.
Segundo
El documento del PSUV describe que el desarrollo de las fuerzas productivas de propiedad pública, social y privada, deben ir dirigidos hacia dos sectores fundamentales: El sector agrícola y el sector industrial.
En el caso del agrícola se debe trabajar sobre tres aristas, un bono de soberanía alimentaria que permita crear una política de subsidios directos a las comunas, pequeños, medianos y grandes productores que pueda entregarse mensualmente a través del Carnet de la Patria, con el fin de proteger a “campesinos y productores del campo de los embates de la guerra económica”.
Este subsidio mensual directo se entregaría -según la propuesta del partido- de acuerdo a la producción arrimada a los silos y a la agroindustria nacional.
La segunda arista es el necesario incremento de financiamientos a los productores del campo. En este caso, la banca debería contar con una cartera agrícola obligatoria mínima de 37% de los créditos entregados y de esa forma dar acceso a recursos “a grandes, medianos y pequeños productores, individuales, asociados y comunales”.
La última arista plantea garantizar precios que cubran los costos de producción a los productores, proceso que se debe lograr a través de revisiones periódicas de los costos y gastos operativos que garanticen “una rentabilidad que les permita principalmente reinvertir en su producción y lograr un ingreso familiar”.
En el caso del sector industrial, el PSUV sugiere que tres puntos. El primero es que tengan acceso al financiamiento a través del incremento de la cartera obligatoria de la Banca Privada; el segundo establece la reconstitución y expansión del Fondo Bicentenario para otorgar -en condiciones preferenciales- a empresas prioritarias dedidacas a la metalurgia, plástico, textil, farmacéutico y construcción.
Y el tercero insta a desarrollar una política de abastecimiento de insumos y bienes de capital necesarios para reimpulsar el aparato industrial y agroindustrial nacional.
Tercero
Para desarrollar un sistema de innovación, ciencia y tecnología, el partido tiene como meta para el año 2025 que se haya logrado sustituir el 50% de importaciones de insumos y repuestos para el aparato productivo nacional, “mediante un Programa de estímulo a jóvenes innovadores que desarrollen productos y servicios para la sustitución de importaciones a lo largo de la cadena productiva”.
En ese sentido, el PSUV sugiere que el Estado debe ser garante del desarrollo de investigaciones para definir los insumos y servicios que se requieran. Además, debe financiar la investigación y la constitución de empresas que desarrollen las innovaciones; y también lograr que estos trabajadores -innovadores- tengan plena protección social para ellos y sus familias.
Cuarto
El partido también insta a consolidar el sistema de protección y seguridad de la soberanía económica de la nación, a través de la disminución “a su máxima expresión” de las vulnerabilidades de la economía y el impacto de la guerra económica, meta que debe concretarse antes del año 2025.
En ese sentido, sugiere defender el Bolívar como moneda nacional a través del fortalecimiento de la producción nacional y el desarrollo de un régimen cambiario que satisfaga las necesidades básicas de la población y evite la fuga de las divisas generadas por el Estado.
Además, el PSUV pide incrementar los niveles de vigilancia, control y regulación del sistema financiero nacional y en paralelo a innovar en el desarrollo de criptomonedas “con el Petro a la vanguardia”, para romper el cerco financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos y sus aliados internacionales.
El partido también propone crear una institución especializada para proteger zonas estratégicas como fronteras, aduanas, materiales estratégicos, yacimientos naturales, producción y comercialización agrícola e industrial y de los sistemas de servicios públicos. Para ello, las personas que sean formadas en este centro deberán egresar con “los más altos estándares técnicos, éticos y de amor a la Patria, para minimizar el impacto del contrabando de extracción, erradicar el bachaquerismo y el saqueo de nuestros recursos y activos”.
Quinto
Para afianzar el modelo de economía mixta diferenciada que establece el modelo de Socialismo Bolivariano en Venezuela, la agrupación política resalta que deben ser tomados en cuenta los tres tipos de propiedad que existen en los medios de producción: pública, social y privada.
En tal sentido, el PSUV ratifica “el derecho de propiedad del Estado sobre las empresas públicas que posee o pudiera poseer, sin menoscabo de las asociaciones mixta con la propiedad social o privada, con mayoría accionaria estatal en los niveles que se requieran, en estricto apego a lo previsto en la Constitución”.
Además, plantea que se deben promover nuevas formas de propiedad social; familiar, cooperativa y comunal, con garantía de acceso al financiamiento, a activos, insumos y a la colocación de sus productos.
El partido también reconoce y apoya la propiedad privada existente, “siempre bajo el papel regulador del Estado y la subordinación al interés general de la población”.
Sexto
Con respecto a las políticas para el área de los hidrocarburos, el PSUV insta abordar este eje a través de cinco líneas.
La primera sugiere separar las funciones estratégicas de las operacionales y que sea el Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería el rector de Petróleos de Venezuela y de Pequiven.
La segunda línea pide recomponer los perfiles gerenciales para las áreas claves de producción; la tercera solicita crear un plan especial para detener el descenso de la producción y al mismo tiempo incentivar la recuperación y expansión del sector.
En el caso de la cuarta línea se insta a priorizar las inversiones en costo, producción y tiempo; y la quinta plantea normalizar las relaciones laborales, salariales, así como los métodos de dirección ejecutados en el sector.
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