La decisión de Rusia, que vendió la mayor parte de sus bonos del Tesoro de EEUU, podría estar detrás del aumento de los tipos de interés en el país norteamericano, escribe el periodista Tobias Schmidt en un artículo para el portal Business Insider.
Entre abril y mayo los fondos que Rusia invirtió en bonos estadounidenses se redujeron de los 96.000 millones de dólares hasta los 15.000. Schmidt opina que esta reducción provocó el aumento de las tasas de interés en EEUU.
© SPUTNIK / ALEXANDR DEMIANCHUK
Según el autor del artículo, a Donald Trump no le gusta que se incrementen las tasas de interés dado que los créditos caros ralentizan el crecimiento de la economía estadounidense y no son beneficiosos para el presidente de EEUU, que quiere demostrar los efectos positivos de sus políticas, que el periodista califica de proteccionistas.
Schmidt destaca que varios expertos consideran que las acciones de Rusia son una especie de golpe deliberado contra el talón de Aquiles de EEUU. Esta idea, según el periodista, tiene sentido si se tiene en cuenta que el país norteamericano se ha vuelto más dependiente de sus acreedores debido al incremento de su déficit presupuestario.
"No obstante, Rusia, en comparación con China, es un acreedor relativamente pequeño. Si Pekín cierra el grifo financiero a EEUU las consecuencias serán aún más serias. En enero, los rumores de que China dejaría de adquirir bonos estadounidenses provocaron un brusco aumento de las tasas de interés en EEUU", recalca el autor del artículo.
De acuerdo con el ranking publicado por el Departamento del Tesoro de EEUU China disponía de bonos estadounidenses por un valor de 1,18 billones de dólares en mayo de 2018.
Tras la amenaza de Trump de imponer aranceles a todas las importaciones procedentes de China, Schmidt considera que Pekín le puede "agradecer con creces" el golpe. La venta de bonos estadounidenses sería una de las medidas de respuesta.
Al mismo tiempo, actualmente China está sufriendo por el débil tipo de cambio del yuan en relación al dólar. Para evitar el pánico que se vivió en las bolsas chinas entre 2015 y 2016 tras una brusca depreciación del yuan, Pekín podría llegar a vender los bonos estadounidenses para fortalecer su moneda nacional.
No obstante, el autor del artículo destaca que seguir ese camino no es del todo seguro, dado que amenazaría con provocar un efecto bumerán que se traduciría en la depreciación del resto de los bonos de EEUU que quedarían en manos de Pekín y los demás acreedores del país norteamericano.
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