Miércoles, 03/09/2014
Por: Diego Olivera
La información ha sido manipulada por los monopolios de Medios de Prensa
En la primera parte de nuestro trabajo, advertíamos sobre las campañas tendenciosas de los medios privados de prensa, los cuales volvían invisibles los logros de las naciones del tercer mundo. Esta estrategia no es casual, ha sido aplicada sistemáticamente por los grandes monopolios de la información. Pero también advertíamos que esta visión capitalista se aplica a las leyes del mercado mundial, donde de manera hegemónica se monopoliza la producción mundial de alimentos, de materias primas, de los recursos naturales tales como el petróleo, los minerales, el agua, la energía, buscando los EEUU, la Comunidad Económica Europea (CEE), ser el epicentro del modelo unipolar del Mundo. Toda esta estrategia de dominación y control, se aplica de manera imperialista, pero ¿Por qué? Caracterizamos este concepto porque el capital monopólico actúa como el gendarme del mundo, hoy lo vemos aplicando sanciones a Venezuela y a varios países de América Latina y el resto del mundo, como Rusia, Siria, Irán.
Es por eso que se habla de la lucha contra el poder hegemónico, que no es una propuesta fuera de la realidad política y social del mundo. Ha sido parte de la crisis en EEUU y Europa, donde millones de estadounidenses y europeos, han sentido los efectos de los ajustes económicos desarrollados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), artífice de las dictaduras militares en la décadas del 60 al 90 en Latinoamérica, para aplicar los paquetes de ajustes, que derivaron en la peor crisis económica continental. Pero los medios privados esconden la verdad, asumen la defensa del modelo capitalista en crisis, atacan de manera despiadada a las naciones en vías de desarrollo, porque cualquier modelo alterno al modelo neoliberal significa comunismo, como se acusa a Venezuela de ser satélite de Cuba, tratando de desfigurar la solidaridad y el intercambio en estas naciones y los avances en la integración nuestra región y el mundo.
El poder del monopolio sobre la prensa nacional e internacional del mundo
En un artículo publicado de nuestra autoría, informábamos citando a Ernesto Carmona “que diez mega corporaciones poseen o controlan los grandes medios de información de Estados Unidos: tanto prensa, radio y televisión. Esa decena de imperios controla, además, el vasto negocio del entretenimiento y la cultura de masas, que abarca el mundo editorial, música, cine, producción y distribución de contenidos de televisión, salas de teatro, Internet y parques tipo Disneyworld, no sólo en el país del norte sino en América Latina y el resto del mundo”.
Además señalaba que Carmona “En EEUU la información fue suplantada lisa y llanamente por la propaganda corporativa. Dejó de existir el “derecho a la información”, garantizado por la Primera Enmienda de la Constitución. A lo que agregaba que “Los ciudadanos estadounidenses perdieron su derecho a la información veraz y oportuna sin darse cuenta y sin que hayan sido formalmente derogados. Las frecuencias para las señales de radio y televisión constituyen un bien público, de toda la sociedad, pero su control pasó a manos de unos pocos mega-imperios mediáticos”.
Estas citas publicadas del periodista chileno, nos hacen percibir que los hechos objetivos han dejado al descubierto que la desinformación o las constantes noticias manipuladas violan los principios del periodismo, se apartan de la ética profesional, transformándose estos comunicadores en verdaderos mercenarios de la desinformación. Esta actitud del capitalismo nos muestra que las nuevas tecnologías no son para el desarrollo o el bienestar de los seres humanos, son para repetir a gran escala los beneficios de una sociedad consumista, donde se depredan lo recursos del mundo, beneficiando a solo el 20 por ciento de los intereses privados, condenado al 80 por ciento de los seres humanos, a suertes diversas, repartiendo las migajas que quedan de la explotación mundial de este sistema.
Las grandes mayorías de seres humanos son manipulados mediáticamente
La verdad del capitalismo no es darle un equilibrio a la humanidad, por el contrario busca crear un modelo fantasioso de bienestar y de falsos éxitos personales, buscando crear una imagen de grandes oportunidades económicas y profesionales. Pero la pobreza mundial, el analfabetismo, los millones de desocupados, tanto como las fiebres endémicas, como la gran crisis ambiental, ponen al descubierto la falsedad del paraíso estadounidense.
Esta realidad ha sido mostrada en los informes de la ONU, UNESCO, CEPAL, entre otros organismos internacionales, pero estas investigaciones o informes, son mediatizados por los grandes monopolios de prensa, que bajo la égida de EEUU y la CCE ocultan la verdad, para hacer una cortina de humo, a los verdaderos intereses de las naciones industrializadas, que solo buscan el control de las riquezas del mundo y que para lograrlo no tienen escrúpulos en invadir naciones, aplicar su estrategia de “golpes suaves”, así como boicots a las mercancías de las naciones emergentes.
Para estos países capitalistas “desarrollados” que muestran una grave crisis, es de suma importancia el control de las “masas”, a través de sus grandes industrias de “entretenimiento”, para crear una conciencia subjetiva sobre la verdad. Para ello aplican el modelo del consumismo, que va desde los productos de alimentos, a los electrodomésticos, vehículos, ropa, hasta una imagen de la sociedad de EEUU como la tierra de oportunidades, donde en realidad hay un 20% pobreza crítica y un 50% de pobreza, desempleo, inseguridad social, etc. Es decir, nos venden un paquete de mentiras con un envoltorio de lujo.
Hoy nuestras sociedades latinoamericanas son bombardeadas por este modelo capitalista de consumismo, que deriva en crear un modelo individualista de forma de vida. Hace que nuestros ciudadanos compitan entre ellos, nos muestran a la clase media como modelo para las mayorías, creando de esa manera no solo una brecha con los ricos, sino marginando al pueblo que son la mayoría, a un nivel de clase inferior. Esta realidad clasista se muestra en los calificativos a los pobres de nuestra región, en Chile “rotos”, en Venezuela “pata en el suelo”, o “tierrudos”, en Bolivia “cholos”, para poner algunos ejemplos. Pero estas caracterizaciones o estratificaciones sociales, son parte de la verdadera sociedad capitalista, que antepone las ganancias y el capital, a las mayorías de los pueblos del mundo.
diegojolivera@gmail.com
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