Mundo 2022-08-01 08:08 GMT
Nueva York ha declarado una emergencia de salud pública, debido al aumento de los casos de viruela del mono. Estados Unidos registra hasta la fecha cerca de 5.000 casos confirmados, más que cualquier otra nación. Y para muchos, la implementación de vacunas ha sido dolorosamente lenta.
Más de una cuarta parte de los casos de viruela del mono en Estados Unidos se han registrado en el estado de Nueva York, y se ha declarado una emergencia de desastre. Las autoridades afirman que la ciudad de Nueva York es actualmente el epicentro del brote.
"Felicito a la gobernadora por llamarlo estado de emergencia, es muy importante, liberará cosas que ella puede hacer, creo que es crucial hacerlo", dijo Eric Adams, alcalde de la Ciudad de Nueva York.
También se declaró un estado de emergencia en San Francisco la semana pasada, ya que los casos continúan aumentando allí.
"Al hacer sonar la alarma lo que decimos es que esto no se va a ignorar, que se trata de una crisis de salud pública, que necesitamos desesperadamente vacunas para apoyar a la gente de San Francisco", dijo London Breed, alcaldesa de San Francisco.
La frustración se ha ido acumulando por la respuesta del gobierno federal al brote de viruela del mono. Muchos culpan a los trámites burocráticos por el acceso limitado a pruebas, vacunas y tratamientos. Pero, las autoridades afirman que hay más ayuda en camino.
La viruela del mono puede afectar a cualquiera y se transmite a través del contacto cercano. En Estados Unidos se ha propagado predominantemente entre hombres que tienen sexo con hombres. Los expertos en salud pública dicen que se necesita hacer más en todo el país para proteger a las comunidades marginadas.
"Parece que hay un poco de práctica discriminatoria en nuestro país con ciertas comunidades, ya sea la comunidad LGBT o las comunidades de color. No respondemos tan rápido como deberíamos", dijo Kara Eastman, directora General, Test Positive Aware.
La Organización Mundial de la Salud afirma que esta emergencia sanitaria mundial puede detenerse si los países, las comunidades y las personas se toman en serio los riesgos e implementan los pasos necesarios para detener la transmisión.
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