miércoles, 10 de junio de 2020

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INSÓLITO
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Svetlana Masterskij tenía el sueño de conducir un camión desde hacía años. Hace unos dos, después de su divorcio, Svetlana consiguió un trabajo como taxista para mantener a dos niños y alquilar una casa. Gracias a una casualidad, cambió el coche de pasajeros por uno pesado.
Una vez se subió a su taxi un empleado de una empresa de transporte donde había enviado sin éxito su currículum hacía varios meses. El pasajero resultó ser un camionero y, al oír la historia de Svetlana, prometió ayudarla con la entrevista. "Siempre quise conducir un camión", reconoce.
Svetlana Masterskij
© FOTO : SVETLANA MASTERSKIJ
Svetlana Masterskij
"En la reunión, el empleador comenzó a intimidarme, diciendo que el equipo era solo de hombres. Pero lo dije claramente: quiero conducir un camión porque es mi sueño", relata la camionera a Sputnik.
La enviaron a estudiar para obtener el certificado para los viajes internacionales. La joven de 35 años no podía creer que la contrataran. 
"Pensé que era algo fácil para ellos contratarme, que debía haber una trampa. Voy a pasar un rato aquí y me dirán: 'Sal de aquí mujer'", recuerda Svetlana.
Según la camionera, el equipo tardó mucho tiempo en examinarla y no creía que ella fuera capaz de hacerlo.
"Cuando los conductores me vieron por primera vez, dijeron 'un mes o dos, y ella se escapará de aquí porque es difícil", así comparte con Sputnik sus primeros días de trabajo.
"Había algunos que siempre trataban de ayudar, pero yo decía que venía a trabajar y que no necesitaba ayuda. Si quieres mostrarme cómo hacerlo, muéstrame cómo hacerlo", agrega. 
Svetlana trabaja como camionera hace ocho meses y conduce cuatro vehículos:
  • Man; Mercedes, Scania Y Volvo.
Puede cambiarlos varias veces al día.

El trabajo en un mundo de hombres.

El equipo masculino respeta a Svetlana, la tratan como a una colega conductora, aunque en su presencia tratan evitar decir palabrotas. 
Svetlana Masterskij
© FOTO : SVETLANA MASTERSKIJ
Svetlana Masterskij
Principalmente, Svetlana transporta la carga en la región de Kaliningrado. Para cada viaje, la joven se prepara cuidadosamente. Asimismo respeta el régimen de trabajo y de descanso. 
"Antes de un viaje siempre dibujo una ruta, debo saber de antemano en qué estacionamientos seguros puedo detenerme porque soy responsable de la carga y del vehículo. Cualquier cosa puede pasar en la carretera", señala.
Un camionero no solo entrega la carga, sino que también la asegura y descarga de acuerdo a todas las reglas. Para la frágil Svetlana no hay excepciones. Al igual que los otros conductores, ella sola destapa el lado del toldo, tira de él o lo levanta para que haya libre acceso para la carga.
"Cuando ponen la carga, tengo que ponerle correas que la sujetan para que no se mueva en los giros. A veces me ofrecen ayuda, pero digo que puedo hacerlo por mi cuenta, es mi trabajo después de todo", describe y agrega que a veces puede pedir ayuda y la consigue. 

Una mujer en la carretera

Svetlana nunca se niega a viajar a Polonia. Recordó su primer viaje al extranjero cuando estuvo despierta de nervios toda la noche anterior.
"Los conductores me habían asustado con la mala carretera. Dijeron que era tan estrecha que los camiones apenas podían viajar allí", recuerda al agregar que imaginó algo complicado.
"Cuando conduje no me di cuenta de la carretera, aunque era muy estrecha, tuve que reducir la velocidad, porque estaba zigzagueando, pero no vi nada terrible. Fue un hermoso viaje de ida y vuelta", relata Svetlana. 
La aparición de Svetlana en las carreteras —ya sean rusas o polacas— no pasa desapercibida: le hacen fotos en los semáforos.
"A veces, se asoman por la ventana, empiezan a tomar fotos, levantan los pulgares", cuenta la joven.
En el futuro, Svetlana quisiera viajar por Europa. Por ahora no quiere que el viaje dure más de un día. En casa la esperan una hija de 12 años y un hijo de 9. Ambos la apoyan en todo, asegura.
La joven trata de mantenerse en forma y piensa en la dieta durante sus viajes.
"Los camioneros tienen problemas con el sobrepeso porque les gusta comer", afirma al detallar que a veces cuando esperan su turno en aduanas o durante el descanso pueden disfrutar de algo que por lo general no es muy sano. 
Además, a la mujer le gustan mucho los deportes: juega al voleibol, al baloncesto y dispara con una pistola. "Si hubieran existido las carreras de Kamaz en la región de Kaliningrado, probablemente habría sido la primera", bromea.

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