Trump y el muro: "Lo que está haciendo se enmarca en su estrategia electoral para 2020"
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El muro fronterizo entre EEUU y México, tan prometido por Donald Trump, está tensando cada vez más la relación entre el Capitolio y la Casa Blanca, particularmente tras el estado de emergencia decretado por el mandatario para obtener la financiación que el Congreso negó. Sputnik consultó al analista Arturo López Levy para conocer más al respecto.
La medida presidencial fue tomada a semanas del acuerdo que permitió destrabar el cierre gubernamental más largo en la historia de EEUU debido a los diferendos entre el Parlamento y el Ejecutivo, precisamente sobre los fondos solicitados por la Casa Blanca para la construcción del muro.
Sin embargo, un nuevo obstáculo se puso en el camino de Trump: en las últimas horas, fiscales generales de 16 estados presentaron un recurso judicial para que se frene la directiva presidencial. Para los denunciantes, la información del propio Gobierno federal "prueba que no hay una emergencia nacional en la frontera sur que requiera la construcción de un muro".
De acuerdo con Arturo López Levy, profesor de la universidad Gustavus Adolphus College en Minnesota, "hay un intento de la rama ejecutiva de circunvalar o evitar las regulaciones lógicas impuestas por el proceso por el que se hacen las leyes y el presupuesto de EEUU".
"Lo normal según los principios de separación [de poderes] y frenos y contrapesos entre la rama ejecutiva y legislativa es que el Congreso apruebe el presupuesto de la Unión, excepto en situaciones de emergencia súbita, al rigor y necesidad de una respuesta rápida", explicó el analista.
Esto está pensado así porque en situaciones "inminentes" de fuerza mayor, el Ejecutivo "no puede ir bajo el proceso normal" de aprobación por vía del Congreso. En la situación actual, la complejidad del asunto, subrayó el analista, tiene ribetes legales y políticos.
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Por el lado legal, "el presidente tiene una autoridad bastante amplia para declarar situaciones de emergencia", que varios mandatarios han ejercido. Por ejemplo, sobran casos en asuntos exteriores y al día de hoy rigen emergencias para limitar las relaciones con Cuba o Irán. En el plano interior, aún perdura la emergencia establecida tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Luego de los escándalos de Watergate, quedó en evidencia que los presidentes habían recurrido constantemente a esta herramienta. Por eso, en 1976 el Congreso aprobó una ley para establecer de manera clara los procedimientos para que la Presidencia apruebe una emergencia nacional, así como los límites que se pueden poner a esta prerrogativa del Ejecutivo.
Para López Levy, en los tribunales habrá una discusión "sobre las especificidades de la Ley de Emergencia Nacional y no sobre la cuestión de principio, que es si hay una emergencia o no". De hecho, los Estados denunciantes subrayan en su escrito que no existe un fundamento para la medida que pretende llevar adelante Trump.
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El profesor recordó cómo uno de los asesores, Stephen Miller, ha defendido a capa y espada la iniciativa de Trump en los últimos días. Para este funcionario la emergencia se justifica presuntamente por crímenes y episodios vinculados a indocumentados, que incluyen por ejemplo accidentes de tránsito.
Más allá del manejo cuestionable que hace Miller de esos datos, el Congreso sabe "que esto no pasó de un momento a otro o desde que aparecieron las caravanas", pues el Gobierno tiene esa información hace rato, subrayó López Levy. Y de hecho, los estados que buscan frenar la emergencia también recalcan este punto.
"Los datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) muestran que las entradas ilegales están cerca del mínimo de 45 años. El Departamento de Estado reconoce que hay una falta de evidencia creíble de que los terroristas usen la frontera sur para entrar a EEUU. Los datos de agencias federales confirman que los inmigrantes cometen crímenes menos probablemente que los nacidos estadounidenses", subrayan los fiscales generales estatales en su denuncia.
"Información de la CBP demuestra que las drogas peligrosas son mucho más pasibles de ser traficadas a través —y no entre— puestos oficiales de ingreso, lo que volvería a un muro inútil a los efectos de prevenir su entrada a este país", abundan en el escrito judicial.
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A la luz de esta evidencia, ¿qué hay detrás de esta medida? Es probable que sea un paso más de la pulseada entre Trump y el Congreso, y así desde el Legislativo se podría emitir una resolución para rechazar el estado de emergencia, opinó López Levy.
También dentro del Partido Republicano no hay una postura unánime. El excandidato presidencial Mitt Romney se manifestó contrario a lo que le parece "un abuso del presidente", recordó el experto cubano.
El senador Marco Rubio, agregó el profesor, consideró que "le parecería preocupante crear un precedente en el que después otro presidente demócrata tome estos poderes de emergencia para hacer cuestiones en las que el Congreso rechace entregarle el presupuesto".
"Eso no es nuevo: hay un sector dentro del Partido Republicano que come a Trump pero no lo digiere y saben que el presidente fue un candidato insurgente contra el grupo dominante del partido en ese momento", aseveró López Levy.
No obstante, el muro es "la promesa insignia" que el magnate desplegó en su campaña hacia la Casa Blanca. Para el académico, Trump "mintió demagógicamente al decir que México pagaría el muro, pero en tanto y cuanto él haga lo posible por construir la barrera él va a disfrutar de un aura de ser un político no tradicional", a pesar de que no ataque de raíz los problemas que pretende.
"Cumpliendo con esas propuestas desorientadas o incorrectas no está resolviendo los problemas de migración, seguridad o droga. En la medida que haga eso [apoyar el muro], esa apariencia le va a seguir dando una buena voluntad de la base dura que está cerca del 35-38% por ciento del electorado, que es más de la mitad del Partido Republicano", opinó el analista.
Con esa base electoral dura y "la propaganda negativa para ahuyentar al republicano moderado" asustando respecto de otras propuestas en su partido o en filas rivales, obliga a que ese elector "escoja por él asustado por la posible alternativa demócrata".
"Lo que está haciendo funciona y se enmarca en su estrategia electoral para 2020", concluyó Arturo López Levy.
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