miércoles, 20 de febrero de 2019

EEUU fue a Europa por lana y volvió trasquilado

QUÉ PASA
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Javier Benítez
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Reproches, reclamos, exigencias y amenazas. Fue el repertorio que llevó el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, en su bolso de entrenamiento de boxeo para repartir golpes a sus sparrings –líderes europeos– de turno en el Foro de Seguridad de Munich. Pero lo que no esperaba es que le devolvieran golpe por golpe, y más.
Ni un solo aplauso se escuchó. Ni siquiera los grillos. Eso fue lo que ocurrió cuando Mike Pence transmitió a su auditorio los saludos de su presidente, Donald Trump, al iniciar su intervención en la Conferencia de Seguridad de Munich. Tal vez en ese momento en todas las cabezas estuvieran tronando las palabras del presidente de Rusia, Vladímir Putin, el discurso que dio en la edición 2007 de ese evento.
En aquella ocasión Putin criticó el modelo unipolar promovido por EEUU y la expansión forzosa de sus mecanismos jurídicos a otros países y advirtió contra el uso de fuerza unilateral sin contar con la Carta de la ONU. Asimismo, dejó constancia del acercamiento de la infraestructura de la OTAN hacia las fronteras de Rusia.
"Traigo saludos del 45° presidente de los Estados Unidos, el presidente Donald Trump", dijo Pence e hizo la pausa de manual para dejar espacio a los aplausos. Pero nunca llegaron. Las que sí llegaron puntuales a las redes sociales fueron las burlas, las bromas y las carcajadas de parte de los usuarios.
​Luego de permanecer expectante con la cabeza agachada por varios segundos, arrancó con los ataques, más vehementes quizá debido a la humillación pública a la que acababa de ser sometido porque nadie hincó la rodilla ni hizo reverencias ante la sola mención de Trump.
Pero además, antes la canciller alemana, Angela Merkel, le había afeado que EEUU tomara decisiones unilaterales en temas sensibles para todos, como la salida de las tropas norteamericanas de Siria. "No podemos prescindir sin más de las decisiones entre todos, de los órganos internacionales, porque nos enfrentamos a retos que ninguno de nosotros puede superar en solitario". Esas palabras sí que arrancaron la ovación de los presentes… menos de Pence, por supuesto, que en su turno intentó esquivar el golpe y contraatacarle con un gancho al estómago.
"EEUU seguirá trabajando con todos sus aliados para perseguir los remanentes de ISIS dondequiera que estén y cada vez que asomen la cabeza". Y llegó el contragolpe: "Ya es hora de que nuestros aliados europeos se pongan de nuestro lado, el régimen iraní promueve un Holocausto y debemos impedirlo". 
El columnista de Sputnik y exdirector de Euronews, Luis Rivas, reconoce que hay desencuentros entre EEUU y sus supuestos aliados occidentales.
"Por un lado EEUU exige a los europeos que aplaudan y sigan su política, como en los casos de Irán o Siria. Y por otro lado los europeos critican la política exterior de Donald Trump, pero al mismo tiempo le necesitan, o dicen necesitarle, en asuntos como en Siria, donde los europeos han tomado muy mal la decisión de EEUU de retirar sus tropas y le reprochan haberles dejado solos en una situación como los restos de Daesh. […] De parte de los aliados occidentales de Trump hay una cierta hipocresía", observa el periodista. 
Tras lanzar un llamado a China a ayudar a salvar el tratado INF de misiles de Mediano y Corto Alcance que EEUU decidió abandonar, Merkel calificó como muy interesante la nueva constelación que surge en el mundo después de la pérdida de protagonismo del país norteamericano con Trump al mando.
Pero Pence se revolvió como gato panza arriba con ese golpe. Como si estuviera leyendo una novela de ciencia ficción situada dos décadas atrás, dijo que "EEUU es hoy en día más fuerte que nunca antes y vuelve a liderar el mundo, pero no podemos garantizar la defensa de Occidente si nuestros aliados se vuelven dependientes del Este". Esto último fue una clara injerencia en los asuntos internos de Alemania por el Nord Stream 2, del cual dijo sentirse complacido de que algunos socios europeos se posicionaran en contra del proyecto.
Entonces, la memoria le jugó una mala pasada: se vanaglorió del apoyo del grupo de Visegrado al respecto. Un grupo que integra Hungría, y cuyo canciller, Peter Szijjarto, le dijo en la cara al secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, que "el mundo no se convertirá en un lugar mejor si algunos países [léase EEUU] se dedican a intervenir en los asuntos políticos internos de otros". 
Y por si no le había quedado claro el mensaje, Szijjarto insistió en que Budapest puede tener relaciones transparentes con Moscú, Pekín y Occidente, y tildó de "enorme hipocresía" que Hungría esté siendo señalada por sus lazos con Rusia. "Mientras que en la superficie hay críticas, por debajo se hacen tratos entre Europea occidental y Rusia por miles de millones de euros", remachó el jefe de la diplomacia de Hungría.
En este sentido Rivas explica que EEUU quiere imponer la división permanente entre europeos y rusos. "Pero al mismo tiempo, los europeos deberían pensar que si reaccionan sobre sus derechos a comerciar con Rusia solamente cuando les ataca Trump, también deberían empezar a pensar que esos embargos comerciales que mantienen con Moscú, son válidos y van a seguir siendo válidos en un futuro".
Y como tal vez los líderes europeos no respiraron por donde Washington pretendía, el último día de la conferencia, Trump salió a escena desde su cuenta de Twitter: "EEUU pide a Reino Unido, Francia, Alemania y otros aliados europeos que recobren a los más de 800 combatientes del Estado Islámico que hemos capturado en Siria y los juzguen. El califato está a punto de caer. La alternativa no es buena pues nos veremos forzados a liberarlos. EEUU no quiere ver cómo esos combatientes del Estado Islámico permean Europa, que es donde se espera que vayan. Hacemos tanto y gastamos tanto, es hora de que otros avancen y hagan el trabajo que son muy capaces de hacer. ¡Nos vamos después de una victoria 100% al califato!" ​En Europa hubo todo tipo de reacciones al respecto: desde Alemania o Francia que afirmaron que esos terroristas tienen derecho a volver al país, hasta el rechazo absoluto de Estados como Reino Unido o Dinamarca que ven un gran peligro en el retorno de estos yihadistas a territorio europeo. Y es que las alarmas saltaron tras declaraciones de algunos terroristas que no temen ser juzgados en sus países de origen al no haber cometido allí sus delitos.
"Si ese retorno no está organizado y si los que están ahora bajo custodia recuperan la libertad, eso significa que son bombas ambulantes y que pueden volver a Europa y actuar como actuaron en el pasado, o incluso peor. Porque ahora están en una situación mucho más difícil, sin apoyos ya en bases de Oriente Medio y absolutamente a la desesperada. Pero es un problema que tiene que resolver cada país europeo. No sólo su acción política, sino también su sistema judicial", concluye Luis Rivas.

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