La Duma del Estado rusa —Cámara Baja del Parlamento— prohibió a los militares rusos el uso de teléfonos inteligentes durante el servicio.
A los militares se les prohíbe transmitir a los medios de comunicación o publicar en internet datos sobre sí mismos y sus colegas, o información que permita revelar el lugar donde se encuentran.
La restricción se aplica únicamente a situaciones relacionadas con el desempeño de "determinadas funciones del servicio militar, por ejemplo, durante operaciones de combate, mientras se está de servicio, mientras se está en el territorio de una unidad militar, etc.", se destaca en el proyecto de ley.
La adopción de esta norma está perfectamente justificada, ya que con la ayuda de los teléfonos es posible determinar no solo la ubicación de determinados soldados, sino también de las unidades militares, opinan algunos expertos rusos, entre ellos Víctor Murajovski, miembro de la Comisión Militar Industrial. Y esta hipótesis fue confirmada por un reciente experimento de la OTAN.
La OTAN revela un modo fácil (y barato) de manipular a los militares
El Centro de Comunicaciones Estratégicas de la OTAN realizó un estudio sobre la posibilidad de manipular a los militares a través de las redes sociales. Las conclusiones fueron publicadas por la revista Wired.
El grupo "intentó responder a tres preguntas", comentó Nora Biteniece, una ingeniera de software que ayudó a diseñar el proyecto.
Las preguntas fueron las siguientes: ¿qué se puede averiguar sobre un ejercicio militar a partir de datos abiertos?, ¿qué se puede averiguar sobre los participantes de los ejercicios a partir de datos abiertos? y ¿se pueden usar todos estos datos para influir en el comportamiento de los participantes para que violen sus órdenes?
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Desgraciadamente, los investigadores descubrieron que los datos abiertos, incluyendo los perfiles en Facebook y sitios web de búsqueda de personas, revelan mucha información sensible. Y sí, se puede utilizar para influir en los miembros de las fuerzas armadas y su comportamiento en el campo de batalla.
"Estamos hablando de soldados profesionales que supuestamente están muy preparados", dice Janis Sarts, director del Centro. "Si fuera un ciudadano común, sería mucho más fácil".
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Para reclutar soldados para ciertas páginas, utilizaron publicidad personalizada en Facebook. Esas páginas, a su vez, promocionaban los grupos cerrados que los investigadores habían creado. Dentro de los grupos, los investigadores usaban perfiles falsos para hacer preguntas a los militares reales sobre sus batallones y su trabajo. También utilizaron los mismos perfiles para hacer amigos con los militares.
Los investigadores también rastrearon las cuentas de Instagram y Twitter, y buscaron otros datos disponibles en internet, especialmente los delicados. Por ejemplo, la información sobre engaños en matrimonios.
Al final, los investigadores identificaron 150 soldados, ubicaron a varios batallones, rastrearon los movimientos de las tropas y obligaron a varios militares a participar en "comportamientos indeseables", incluyendo el abandono de sus posiciones en contra de las órdenes.
La OTAN lleva varios años intentando prohibir el uso de teléfonos inteligentes que puedan utilizarse para realizar un seguimiento de la disposición de sus fuerzas armadas.
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