10 tips para desmontar “fake news” en redes digitales
Por Luis Delgado Arria
1. Comience a leer la noticia —ver el video o escuchar el audio— por el final, pues precisamente el final de un contenido político digital por lo general transparenta la conclusión argumentativa generalmente velada al principio…. Y tal conclusión, por ende, transparenta la posición de clase de la pieza. Es decir, pone más en claro si está del lado los ricos o, por el contrario, del lado de los condenados de la tierra. Si la conclusión de la pieza en cuestión es que Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana son los principales culpables de la misma guerra capitalista/ imperialista y racista que enfrentan, por favor deje de leer, usted está en presencia de una hábil pieza de laboratorio.
2. Asimismo, si la conclusión es que Trump y Maduro son ambos igual de culpables de todo cuanto de malo acontece en Venezuela, pare de leer… o ver… o escuchar eso, pues dicha campaña no está vehiculada en medios de USA ni en inglés. Por lo tanto, el único descreditado es, de hecho, Maduro. Puede usted jurarlo o apostar lo que quiera: en USA nadie en su sano juicio se atreve a reprochar algo en los medios de comunicación a un Presidente en medio de una guerra imperialista contra otro país. El lema allí es que “los soldados que invaden países del tercer mundo llevan en su morral una parte de la economía’’. Por extensión, u grueso de la población ha sido educada en callar toda crítica pues las invasiones han sido muy exitosamente mercadeadas como parte cardinal del american way of life”.
3. Si el contenido que usted lee, ve o escucha apela al alarmismo, la violencia extrema, el sentimentalismo o hace gala de voceros del todo desconocidos o de voceros políticos, sociales o culturales desprestigiados por su carrera como mercenarios de la propaganda de guerra, por favor, pare de leer. Usted está ante una operación de manipulación teatralizada, es decir, un montaje.
4. Si el contenido se apoya en la autoridad discursiva de un vocero oficial estadounidense, europeo o integrante del autodenominado “Grupo de Lima”, interrumpa lo que está leyendo, viendo o escuchando. Mejor tómese en café con sal o salmuera. Sobre seguro al final de ello se sentirá usted menos confundido, amargado, triste, desilusionado o deprimido.
5. Si el contenido es derrotista, si presenta imágenes para mal poner, denigrar, humillar o hacer parodia o burla del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela o de las FANB, suspenda esa lectura, usted está ante una pieza de propaganda de guerra cuyo objetivo es que usted adore a su opresor histórico de clase; y odie a quien lo está defendiendo en el marco de una nueva modalidad de guerra no convencional y de espectro completo. Es un tipo de guerra cuya ventaja precisamente consiste en que es que es una nueva generación de ofensiva muy difícil de caracterizar pues sus ataques se despliegan atacando simultáneamente por todos lados, generando el efecto aturdidor del ataque de avispero.
6. Si el contenido cita como fuente de autoridad a los ejércitos corporativos de la incomunicación y la desinformación occidental mal llamados “medios de comunicación”, usted está ante una pieza de operación psicológica. Un medio que cita una noticia, que a su vez cita a otra noticia, que a su vez cita a otra, lo que busca es facturar una operación de laboratorio de corte auto-referencial, generalmente con poco o ningún asidero en la realidad.
7. Si el contenido estetiza o melodramatiza la vida personal, sentimental o familiar de líderes de laboratorio (tipo Capriles, López, María Corina, Tintori o Guaidó) evite seguir infectando su inteligencia con tal pócima. Usted está frente a un culebrón dirigido a humanizar a los mercenarios más vende patrias de la historia del país y el continente. ¡Y vaya si hemos tenido en nuestra historia personajillos apátridas, oportunistas, cínicos y denigrantes!
8. Si en plena Hora de los Hornos —cuando usted ve al imperialismo occidental apandillado, y amenazando con invadir, bombardear, balcanizar y saquear el país— aparecen personajes por años supuestamente afiliados a la política de izquierda— ahora denigrando de su tendencia izquierdista radical; y cuadrándose con posiciones aparentemente centristas o “imparciales”, jure usted que este vocero… o es y siempre fue un traidor o es, cuando menos, en el fondo, un burgués con abstractas y volanderas pseudo ideas revolucionarias. Nadie se pone a criticar a su madre o su padre cuando una pandilla de asesinos están en el jardín a punto de derribar la puerta.
9. Si usted escucha un audio que vehicula, por ejemplo, una denuncia sobre diferentes problemas graves y objetivamente existentes en el país pero el denunciante NO se identifica con su nombre y apellido; ni identifica la organización a que pertenece, usted está frente a una operación psicológica (OPSIC). Tal busca hacer pasar esos problemas como el sumun de la totalidad concreta, invisibilizando o borrando todo lo alcanzado y alcanzable por el proletariado, autor de todo cuanto se ha logrado durante los 20 años la revolución.
10. Por último, si la pieza legitima el ataque tras el argumento de que toda la comunidad internacional está contra al Presidente y el Gobierno de Venezuela esa pieza es un faje new, pues no sólo es falsa esa acusación —pues la mayoría de los países y pueblos del mundo respeta y algunos hasta admiran y envidian a la revolución bolivariana—. Una revolución, cuando es genuina, no se hace para agradar a los poderes fácticos o gobiernos imperialista y trasnacionales) ni se imagina desde salones lujosos ni con políticos o intelectuales de salón. Una revolución es la única guerra legítima de una clase —por siglos oprimida, explotada y vejada— contra otra clase poderosa, opresora, cínica y genocida. Por ende, una revolución no puede ser del agrado de los gobiernos y empresarios de los países opresores. Recuerde siempre esta frase de Mia Couto: “Hasta que los leones inventen sus propias historias, los cazadores serán siempre los héroes de los relatos de caza.”
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