Durante el Foro Económico Internacional en Davos, el multimillonario George Soros eligió a un nuevo enemigo: los principales consorcios tecnológicos estadounidenses Google y Facebook.
"Las redes sociales engañan a sus usuarios manipulando su atención y dirigiéndola hacia sus propios intereses económicos", declaró el inversionista de 87 años en Davos (Suiza).
El especulador financiero de origen húngaro agregó que las redes sociales tienen un impacto en la manera de pensar y comportarse de las personas.
"Esto tiene consecuencias negativas de gran alcance para el funcionamiento de las democracias, pero sobre todo para la impecabilidad de las elecciones".
Soros, por su parte, comparó las redes sociales con los casinos, que generan conscientemente dependencia en los jugadores. Según el multimillonario, esto es especialmente dañino para los jóvenes.
"Algo muy dañino y posiblemente irreversible le está sucediendo al pensamiento humano en nuestra era digital", afirmó el inversor, quien añadió que no se trata solo de una distracción de la atención ni de dependencia, sino de "una fuerza que está moldeando el pensamiento de las personas como pretenden unas empresas".
"Esto puede conducir a la creación de una red de control totalitario que ni siquiera Aldous Huxley o George Orwell podrían haberse imaginado", advirtió.
Sin embargo, Soros pronosticó tiempos difíciles para los monopolios tecnológicos estadounidenses debido a una combinación de regulación, altos impuestos y acciones de la UE para asegurar un mercado competitivo. Es solo cuestión de tiempo que su dominio termine, opinó.
"Davos es un buen lugar para proclamar que sus días están contados", declaró el multimillonario.
Conocido por sus declaraciones inusuales y llamativas, así como por sus exitosas especulaciones contra la libra esterlina en la década de 1990, Soros no ha tenido excesivo éxito con sus últimos pronósticos, observa el columnista.
El año pasado en Davos, el analista de mercados financieros pronosticó el final del 'boom' bursátil respaldado por Trump. Desde entonces, el índice bursátil estadounidenses ha crecido hasta alcanzar cada vez un nuevo nivel récord, concluye Schafer.
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