Lunes, 17/11/2014
La Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles fue adoptada por la Asamblea de la ONU el 10/12/1984, y comenzó su vigencia el 26/06/1987. Son parte de esta Convención por ratificación o adhesión 156 países, de los 193 que la integran. Actualmente, hay 10 países que firmaron la Convención y están a la espera de su ratificación. O sea, hay 23 países que no han firmado. Se define la tortura como cualquier acto que inflige dolor o sufrimiento severo, físico o mental, intencionalmente con el propósito de castigar por un acto que él o una tercera persona haya cometido o se sospeche.
Por parte de la Comunidad internacional se observa una doble moral entre la postura pública y la práctica efectiva de la mayoría de los Estados firmantes. La Convención contra la Tortura fue aprobada sin mayores polémicas, pero fue firmada hasta por países como el Chile de Pinochet en 23/09/1987 y por Venezuela cuando la tortura formaba parte de una práctica institucional de esos Estados, así como de todos los países de América Latina. Debemos de lamentar que ni la Organización de Estados Americanos y ni la ONU se pronunció en contra de estas dictaduras que violaban los derechos humanos.
El Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura fue presentado para su firma y ratificación el 18/12/2002. Éste implementa un sistema de inspecciones de parte de entidades internacionales o nacionales, a los lugares donde las personas están privadas de libertad, con el fin de impedir tales prácticas crueles. Hasta la fecha ni Rusia, China, Israel ni los Estados Unidos lo han ratificado. Venezuela firmó ese Protocolo Facultativo el 01/07/2011 y falta la ratificación.
Debo señalar que Venezuela ante de ratificar este Protocolo Facultativo, debe analizar bien los artículos 20, 21 y 22 de la Convención, que expone al país a las denuncias infundadas y políticas de las ONG’s venezolanas y extranjeras ante un Comité de tortura. Entre algunos países que han rechazados los artículos antes mencionados, esta Cuba, China, Israel, Estados Unidos y Rusia. Este Protocolo Facultativo contra la tortura, ha sido ratificado por 75 Estados parte, de los 156 Estados que han firmado. Existen 81 Estados que no han firmado ese Protocolo.
Debemos reflexionar sobre lo siguiente: Si a 12 años de la firma del Protocolo Facultativo aún no ha logrado mejorar sustancialmente las condiciones de detención de las personas privadas de libertad. Además, a 20 años de la Convención contra la tortura la situación empeora, significa que ese Comité no está haciendo su trabajo de manera efectiva. Demuestra que existe una falta de transparencia y de sinceridad debida para discutir el tema de la tortura que es parte de las violaciones de los derechos humanos como es la pobreza mundial existente. Los EE.UU e Israel no han ratificado el Protocolo Facultativo. Por razones obvias. Cómo justificaría Estados Unidos el campo de tortura de Guantánamo en Cuba e Israel el campo de concentración más grande del mundo en Gaza.
Algunas ONG¨S venezolanas presentaron ante el Comité contra la Tortura de ONU, hechos de tortura ocurridos durante acciones de violencias convocados por los partidos de la oposición venezolana que denominaron “la salida o guarimbas”, donde causaron la muerte de 45 personas y miles de heridos y lesionados entre el 12/02/2014 hasta finales del mes de mayo. Venezuela fue defendida por una Comisión, dirigida por el Vice Ministro de Relaciones Interiores José Vicente Rangel Avalos, quienes presentaron un informe extenso y detallado ante esta Comisión en Ginebra, Suiza, el 6 y 7 de noviembre. Venezuela reconoció que durante estos hechos violentos se produjeron algunos excesos, por parte de algunos miembros policiales que fueron considerados y sentenciados por los tribunales venezolanos.
El Estado venezolano espera que esta Comisión, integrada por once países, pueda dictar una resolución imparcial y apolítica, condenando estos hechos de violencias no justificada por existir en Venezuela amplias libertades públicas de manifestación y protesta, mientras las mismas se realicen de manera pacífica y sin armas.
De no ocurrir una decisión imparcial de este Comité contra la Tortura, es el momento de analizar la conveniencia de ratificar el Protocolo Facultativo contra la tortura. Venezuela como país que ha respetado los derechos humanos como pocos en los últimos quince años, debe continuar denunciando ante el Sistema Internacional de Derechos Humanos esta campaña de descrédito en su contra.
Germán Saltrón Negretti
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