Jueves, 06/11/2014
Por: Richard Anderson
Crédito: BBC
Imagine una industria que genera
el margen de utilidad más alto y a la que no es extraño que multen por malas
prácticas. Agregue acusaciones de colusión y sobreprecios e inevitablemente
pensará en la industria bancaria. Pero la industria descrita es responsable del
desarrollo de medicinas que salvan vidas y alivian el sufrimiento, no de la
generación de ganancias.
Las compañías farmacéuticas han
desarrollado una amplia gama de medicinas conocidas por toda la humanidad, pero
han lucrado enormemente al hacerlo y no siempre bajo parámetros legítimos. El
año pasado, el gigante estadounidense Pfizer, la compañía de drogas farmacéuticas
más grande del mundo según sus ingresos, alcanzó un 42% de ganancias. Como dice
un veterano de esta industria: "No sería capaz de justificar (ese nivel de
márgenes)".
Excluyendo los US$10.000 millones
que genera por cuidado de la salud animal, queda un margen de 24%, espectacular
para cualquier estándar. En Reino Unido, por ejemplo, hubo un escándalo cuando
el regulador de la industria predijo un aumento del margen de beneficio de las
compañías de energía de 4% a 8% este año. El año pasado, cinco farmacéuticas
obtuvieron una ganancia de 20% o más: Pfizer, Hoffmann-La Roche, AbbVie,
GlaxoSmithKline (GSK) y Eli Lilly.
Ganancias excesivas
Con algunos remedios a más de
US$100.000 por tratamiento completo, y cuyo costo apenas alcanza una mínima
fracción de esto, no es difícil darse cuenta del porqué. El año pasado, 100
destacados oncólogos de todo el mundo escribieron una carta abierta para
disminuir el precio de los medicamentos contra el cáncer. Brian Druker,
director del Instituto Knight y uno de los firmantes, pregunta: "Si ganas
US$3.000 millones al año con (la droga para el cáncer) Gleevec, ¿no podrías
ganar US$2.000 millones? ¿Cuándo se cruza la línea a las ganancias
excesivas?"
Y no pasa sólo con estas drogas.
Entre abril y junio pasado, la firma Gilead vendió US$3.500 millones por
Sovaldi, una nueva medicina contra la hepatitis C. Las farmacéuticas justifican
sus altos precios argumentando que sus costos en investigación y desarrollo
(I&D) son altísimos. En promedio, sólo tres de diez drogas lanzadas al
mercado son rentables, una de ellas convertida en éxito de ventas con ingresos
anuales de US$1.000 o más. Muchas otras ni siquiera salen al mercado.
Pero las farmacéuticas gastan
mucho más en mercadeo de sus remedios -en algunos casos, incluso el doble- que
en desarrollarlos. Además, el margen de utilidad ya toma en cuenta los costos
de I&D. La industria argumenta que el valor de las medicinas también debe
ser considerado. "Las drogas ahorran dinero a largo plazo", dice
Stephen Whitehead, director ejecutivo de la Asociación de Industrias
Farmacéuticas Británicas.
"Ejemplo: la hepatitis C, un
traumático virus que requiere trasplante de hígado", explica. "Con un
tratamiento a unos US$55.500 por 12 semanas, 90% de los pacientes están
curados, nunca necesitaron cirugía y pueden seguir sosteniendo a sus familias.
Es un ahorro gigantesco".
Cierto, pero poder cobrar un
precio alto no necesariamente significa deber hacerlo, especialmente cuando
tiene que ver con la salud, dicen los críticos como Drucker. A los accionistas
a quienes responden las grandes farmacéuticas, no les preocupa demasiado ese
argumento.
Frasco de remedios
"Las drogas ahorran dinero
al largo plazo", dice Stephen Whitehead, director ejecutivo de la
Asociación de Industrias Farmacéuticas Británicas (ABPI).
Sin lealtad
Las grandes farmacéuticas también
dicen que cuentan con tiempo limitado para generar utilidades. Las patentes
generalmente son otorgadas por 20 años, pero entre 10 y 12 de ellos se gastan
en desarrollar la droga a costos de entre US$1.500 millones y US$2.500
millones. Esto deja entre ocho y diez años para hacer dinero antes de que la
fórmula pueda ser utilizada por compañías de medicinas genéricas, que las
venden por una fracción del precio.
Claramente, un éxito de ventas
puede recuperar en unos meses los costos de desarrollo. Cuando se termina la
exclusividad, las ventas caen un 90%. "A diferencia de otros sectores, la
lealtad a una marca se esfuma cuando la patente expira", explica Joshya
Owide, director del área de salud de GlobalData.
Remedios
El gobierno británico podría
ahorrar más de US$1.500 millones anuales si sus doctores recetaran genéricos,
según un estudio. Por eso las firmas farmacéuticas hacen esfuerzos
extraordinarios para extender la duración de sus patentes, con "pisos
completos de abogados" dedicados a este propósito, cuenta un ejecutivo de
la industria. Para una medicina que provee US$3.000 millones trimestrales,
incluso un mes extra vale la inversión.
Nuevas fórmulas que combinan dos
drogas existentes para un uso más amplio y los enantiómeros -un reflejo del
mismo compuesto- son algunas de las vías legales para extender patentes. Pero
algunas compañías, incluida la británica GSK, han sido acusadas de tácticas
menos honestas, como pagar a los genéricos para que atrasen sus lanzamientos.
Como la pérdida en ventas de una farmacéutica es mucho mayor a las ganancias de
los genéricos, puede ser un buen arreglo para ambas partes.
A la conquista de los médicos
Pero las farmacéuticas han sido
acusadas de cosas mucho peores... y lo han admitido. Hasta hace poco, pagar comisiones a los
doctores por prescribir sus remedios era algo aceptado y común para las grandes
farmacéuticas, pese a que la práctica no es bien vista e incluso es ilegal en
muchos lugares. GSK fue multada por soborno en US$490 millones en China en
septiembre y ha sido acusada de prácticas similares en Polonia y Medio Oriente.
Las reglas respecto de regalos, becas educativas y auspicio de charlas, por
ejemplo, son menos claras, pero representan prácticas comunes en EE.UU.
Grandes multas a farmacéuticas
US$3.000 millones. Glaxo
SmithKline, 2012, por promover Paxil para la depresión en menores de 18 años
US$2.300 millones. Pfizer, 2009, por etiquetar mal
el analgésico Bextra. US$2.200 millones Johnson & Johnson, 2013, por
promover drogas no aprobadas como seguras. US$1.500 millones Abbott, 2012, por
promoción ilegal del antipsicótico Depakote. US$1.420 millones Eli Lilley,
2009, por promover erróneamente el antipsicótico Zyprexa. US$950 millones
Merck, 2011, por promoción ilegal del analgésico Vioxx.
Fuente: ProPublica Getty.
Un estudio reciente mostró que
los doctores que recibían pagos de compañías farmacéuticas eran dos veces más
proclives a recetar sus drogas. Y esto puede ser una de las causas del gasto
excesivo de los gobiernos en remedios. Un estudio reciente de Prescribing
Analytics sugiere que el Servicio Nacional de Salud británico podría ahorrar
hasta US$1.585 millones anuales si los doctores recetaran la versión genérica
de ciertas medicinas. Todo esto podría cambiar cuando nuevas normas en EE.UU. y
Reino Unido obliguen a los médicos a revelar sus regalos y pagos realizados por
la industria. También se acusa a las farmacéuticas de complicidad con las
farmacias para cobrar más por sus remedios y publicar datos que destacan más lo
positivo que lo negativo.
Y se les ha encontrado culpables
de etiquetar mal y promover erróneamente varios medicamentos, con multas
millonarias como resultado. Parece que las recompensas son tan grandes, que las
farmacéuticas siguen empujando los límites de la legalidad.
"Influencia indebida"
No sorprende que la Organización Mundial de la Salud hable del "conflicto intrínseco" entre las metas empresariales legítimas de las farmacéuticas y las necesidades médicas y sociales del público. El Consejo de Europa iniciará una investigación para "proteger a los pacientes y la salud pública contra la influencia indebida de la industria farmacéutica". Analizará "prácticas particulares como el patrocinio de profesionales de la salud... o recurrir a instituciones de la salud pública para el conocimiento de especialistas en las nóminas de la industria". No importa el resultado de tales investigaciones; la industria farmacéutica enfrenta cambios fundamentales, pues el modelo tradicional de desarrollo se ve amenazado por los altos costos y avances científicos.
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