Domingo, 06/04/2014
Por: Eleazar Díaz Rangel
El general Vladimir Padrino, jefe del Comando Estratégico Operacional, algo así como el Nº 3 de la Fuerza Armada, en declaraciones exclusivas a este diario dijo: Estamos transitando de la subversión violenta no armada a la fase de la insurgencia armada. Comprenderán la gravedad de unas declaraciones como esas, que no pueden ser producto de una ligera opinión de un oficial de tan alto grado. Pudieron surgir de alguna evaluación en el seno del Comando Estratégico Operacional, donde la situación del país, a propósito de la violencia desatada en varias ciudades, habría sido examinada a la luz de los diversos informes de inteligencia y pudieron llegar a esas conclusiones. Pero también puede ser una opinión individual, bien pensada, eso sí, del general Padrino. Esa sería su percepción. En fin, el caso es que lo dijo: estamos entrando a una fase de insurgencia armada. Es evidente que se trata de un cambio cualitativo. No es que tales hechos han crecido o se han extendido o multiplicado. No, se trata de otra situación, donde la característica será la tenencia y uso de armas de guerra por parte de esos grupos. La subversión violenta, que se ha expresado en barricadas y guarimbas, en obstaculización del tránsito, y que causó la muerte de varias personas en destrozos a la propiedad pública y privada, muebles e inmuebles, que ha destruido instalaciones y vehículos, todo por un valor estimado en 15 mil millones de dólares, y que excepcionalmente empleó armas de fabricación casera y otras convencionales, que han provocado la muerte selectiva de oficiales y efectivos militares, etc. Esta fase ha comenzado a declinar; si estuvo repartida en unos 15 municipios gobernados por alcaldes opositores, de los 335, hoy, en declinación, subsisten en unos cuatro o cinco, pero como advertía hace una semana el gobernador Istúriz, ese fracaso los hace más peligrosos, capaces de acciones criminales más audaces. Si están en retirada, derrotadas, ¿cómo es que tienen capacidad de transformarse en una insurgencia armada? ¿Quién o quiénes dieron la orden de ese cambio? ¿Desde dónde les llega el financiamiento? Es imposible que se mantengan durante tanto tiempo solo con ayuda de los vecinos. ¿Y quiénes les suministran las armas? Son preguntas cuyas respuestas supongo maneja el CEO. ¿O quizás las respondió Maduro el viernes cuando dijo que las bandas criminales de narcotraficantes y paramilitares de la frontera están directamente involucradas en dirigir, planificar y ejecutar las guarimbas?
Similitudes
No se si ustedes leyeron unas declaraciones de unos ambientalistas, que ahora no ignoro si eran tales o supuestos, a propósito de la denuncia del presidente Maduro de que habían sido talados 5 mil árboles por los guarimberos, particularmente de Zulia, Mérida, Táchira y Guayana. ¡Pidieron que presentara las pruebas! Y dijeron que era mayor el ecocidio cometido por el Gobierno, que poco o nada se preocupaba por la destrucción de bosques enteros, etc. Ni una palabra de condena al crimen contra la naturaleza de esos guarimberos. Parecían identificados con tales acciones, imitadores del silencio universitario y académico luego de la destrucción total de la Unefa en Táchira. Conducta pareja con la de quienes desde la oposición acusaron ante el Tribunal Supremo de Justicia al gobernador Vielma Mora por no garantizarle la tranquilidad a los tachirenses. Me dicen que uno de los firmantes de ese recurso es uno de los responsables de montar barricadas y guarimbas en San Cristóbal. Como para no creerlo.
En la Gaceta Oficial Nº 40.380 aparece el ministro general Omar Barrientos Fernández designando a Gilberto Barrios Contreras como presidente de Cemento Andino, en sustitución de Crisanto Silva Aguilera (en el cargo desde julio de 2011), y en la Gaceta Oficial Nº 40.382 aparece el ministro José Cabello Rondón revocando la decisión anterior que designaba a Gilberto Barrios Contreras, presidente de Cemento Andino. Pareciera que estos nombramientos tuvieron alguna o mucha relación con la remoción del ministro de Industria, general Barrientos.
La votación municipal opositora en San Cristóbal fue dominante en una proporción que hace impensable una victoria del chavismo (82 a 35). Algo parecido ocurre en San Diego (Car), dondefue de 71 a 29. La incógnita está en los eventuales cambios de conducta del electorado después de los hechos violentos ocurridos. Uno se pregunta, ¿cómo podrán influir la quema de una universidad o la destrucción de un centro comercial?, para mostrar dos ejemplos de actos vandálicos que más repudio merecieron de la mayoría de la gente de ambos centros urbanos.
Todo el país, creo no exagerar, sigue en espera de la lista total o parcial de las empresas de maletín o no, que estafaron al Estado venezolano y extrajeron de Cadivi algo más de 20 mil millones de dólares. Estas cifras pueden ser más altas, y en todo caso han sido suministradas por dos altos funcionarios: el ministro de Planificación y la presidenta del Banco Central. De manera que no hay dudas de su magnitud. Se tiene sabido que en el Ministerio Público se investiga el caso. Lo que nos sorprende a todos es que, pese a la promesa oficial de suministrarla, hasta la fecha no trasciende ni un solo nombre. Todo lo cual estimula los rumores de que esa lista debe estar acompañada de nombres de funcionarios que tuvieron mucha o alguna responsabilidad en tan graves hechos.
El incremento de 25% del PIB en los países de Petrocaribe, anunciado esta semana, y el mejoramiento del Índice de Desarrollo Humano de 069 a 060, revelan el éxito de una política solidaria con países hermanos. Aunque en la oposición la repudien.
Editados por la Universidad Bolivariana recibí varios libros, de los cuales destaco: Nuestra América. Pasado comunitario, de José Gregorio Lima; Educación popular, trayectoria y actualidad, de Alfredo Torres Carrillo; Teleóptica on line, para una semiología de los medios, de Rocco Mangieri, y reediciones de Venezuela, potencia emergente, de Haiman El Troudi y Fausto Fernández, recopiladores, y El reportaje y el ensayo, de Earle Herrera, y el divulgado librito sobre el fascismo, de Luis Navarrete. Y de su autor, Pastor Heydra, recibí El Comandante Elías, con la vida de Baltazar Ojeda Negreti.
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