Domingo, 11/10/2015
Germán Saltrón Negretti
El papa Francisco asombró al
mundo con un mensaje de Navidad, sereno y muy severo, en el que instó a
los cardenales a hacerse un “examen de conciencia” ante las 15 enfermedades que
padece la Curia Romana, entre ellas la rivalidad, los chismes o incluso el
“Alzheimer espiritual”. Señalo fuertes críticas, expresando a los sacerdotes,
obispos y cardenales a cargo de la Curia (la administración central de la
Iglesia Católica Romana) que para promocionarse se valen de la intrigas y la
codicia que los infectó de un “Alzheimer espiritual”.
“La Curia debe mejorarse. Una
Curia que no se autocrítica, que no se pone al día, que no cura su cuerpo
enfermo”. Francisco, el primer pontífice no europeo en los 1.300 años, ha
rechazado en varias ceremonias de la administración y ha dejado en claro su
determinación, de lograr que las jerarquías de la Iglesia se unan a los 1.200
millones de fieles católicos, quienes en su inmensa mayoría son pobres.
El Papa implementó medidas para
reformar a la Curia, históricamente dominada por italianos y cuyas luchas por
el poder y filtraciones fueron señaladas como la consecuencia de la decisión de
Benedicto XVI el año 2013 de convertirse en el primer Papa en 600 años en
renunciar.
Francisco enumeró “las quince
enfermedades” de la Curia, un catálogo de fallas y vicios con el fin de sacudir
a la maquinaria de la Iglesia. Mencionó “las quince enfermedades” protagonistas
de numerosos escándalos, tanto financieros como sexuales, para lograr así que
sea “más armoniosa y unida”.
Este escribidor sugiere que la
sanación de estas quince enfermedades, señaladas por el Papa Francisco a las
autoridades eclesiásticas, debemos hacerla también los ciudadanos que
tenemos responsabilidades de gobierno en este planeta para lograr la justicia
social para los seres humanos, a través de un sistema económico
socialista.
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