18 de octubre de 2015
German Saltrón Negretti
Somalia
ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), lo que
dejó a Estados Unidos como el único Estado miembro de la ONU que no
ha ratificado este tratado de derechos humanos. El secretario general
de la ONU Ban Ki-Moon y la totalidad de los países han solicitado a
EE.EE que ratifique este importante tratado. Muchos estadounidenses
no entienden el por qué.
Esa renuencia parece ser parte del fenómeno
de “excepcionalismo estadounidense”. EE.UU sostiene que el resto
del mundo está obligado por los tratados y convenciones de derechos
humanos, pero EE.UU no, porque tiene una gran Constitución y leyes
progresistas que muchas veces son superiores a los propios tratados
internacionales, mentiras de ellos y de todos los medios de
comunicación.
EE.UU
tampoco ha firmado, el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional, ni la Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de Discriminación contra la Mujer, ni la Convención
Americana de Derechos Humanos, sin embargo, es el primero en
presentarse como el campeón de los derechos humanos. Barack Obama
reconoció la vergüenza que implica para Estados Unidos encontrarse
junto con Somalia donde no existe ley. Obama se comprometió a firmar
ese tratado para reanudar su liderazgo mundial en derechos humanos y
no lo hace.
Ahora
que Somalia ratificó la CDN, sigue siendo el líder solitario del
mundo. Pero también ocupa los últimos lugares con respecto a la
pobreza infantil relativa, la brecha entre ricos y pobres, partos de
madres adolescentes, bajo peso al nacer, mortalidad infantil, niños
víctimas de la violencia armada y el número de menores de edad en
la cárcel. La gravedad de esta situación de violación de los
derechos humanos en EE. UU, es que no está refleja en los medios de
comunicación del mundo y la ONU no lo publicita tampoco. La una
explicación es que EE.UU aporta el 25% del presupuesto anual de la
ONU. Dinero gringo mata derechos humanos.
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