martes, 14 de septiembre de 2021

¿Qué opina sobre China?
Actualizado 2021-09-14 12:12 GMT
CGTN en Español

Ismail Bashmori

Actualizado el 5 julio, 2021.

Fuente: Ismail Bashmori, nacido en 1988, es un observador egipcio que vive en Toronto, Canadá. Este artículo fue publicado por primera vez en Quora (un sitio web de preguntas y respuestas en los Estados Unidos) en junio de este año y se actualizó en julio. Se dio su propia respuesta a un tema candente discutido por Quora, "¿Qué piensas sobre China?".

De acuerdo, escúcheme. Le voy a ofrecer un resumen sobre mi impresión de China como un observador egipcio. He estudiado intensamente este país durante el pasado año - su gobierno, sociedad, historia y transformación – y en los últimos 3 meses he hablado en esta página web con cientos de chinos y personas que odian a China, y he oído todo lo que tenían que decir al respecto. Hasta la fecha he aprendido más o menos todo lo que alguien puede aprender sobre China sin hablar el idioma o vivir en el país, y he llegado a una conclusión. Puede que piense que estoy loco. No me importa. He visto los hechos y mi opinión de la verdad es sólida. China atrae a muchos detractores, ignorantes y expertos de andar por casa.

La verdad es que China es el mejor país sobre la faz de la Tierra. Hace que todos los demás países parezcan insignificantes y despreciables. Es el país más brillante, más trabajador, más ambicioso, mejor educado, meritocrático y tecnocrático, más moderno, sofisticado y civilizado y mejor gobernado de nuestra época, con diferencia. Es el primer país no blanco y no occidental en alcanzar este estatus desde el siglo XVI. La determinación de este país es indescriptible, sobrenatural. No hay fuerza que pueda impedirle lograr cualquier cosa que se proponga. Puede fijarse una meta, aparentemente extravagante, inducida por drogas o alucinatoria, y hacer que ocurra. Esto es precisamente lo que ha estado haciendo. Cuarenta años atrás, un inodoro en China era un lujo. Hoy posee una estación espacial de construcción propia. Créanme cuando les digo que este es un minúsculo ejemplo de las capacidades de China.

Soy un patriota egipcio y de Oriente Medio. Pero, he de admitir abiertamente que, en comparación con los chinos, somos simplemente monos. Una raza de animales primitivos. No importa quienes seamos, egipcios, sirios, pakistaníes, indios, africanos, e incluso americanos. En comparación con los chinos, somos patéticos. No podemos hacer lo que ellos hacen. Tendríamos una montaña, un Everest de cambios que hacer, y nos quejaríamos, discutiríamos, y fracasaríamos en cada uno de ellos. La historia de China desde la década de 1980 ha sido una metamorfosis casi divina. En comparación con China, todo el mundo occidental, desde Alaska a Nueva Zelanda, se ha estancado. En comparación con China, todo el mundo en desarrollo, desde Brasil a Madagascar, ha progresado lentamente. China, amigos míos, es la madre de todos los colosales trenes bala. Cada día consigue crear algo nuevo e increíble. A diferencia de Estados Unidos, el Imperio Británico, los franceses, holandeses, alemanes, españoles, portugueses, y cualquier otra nación occidental que ha sido una superpotencia en los últimos cuatro siglos, China no necesita arrollar a nadie o arrebatar nada a nadie para emerger majestuosamente. 

China también se está enfrentando ella misma al mundo occidental. Occidente odia y teme que China despegue hasta la cima. No pueden creer que se esté desafiando sus cuatrocientos años de supremacía mundial. Esperaban que cuanto más se desarrollase China, más se sometería a su influencia, intereses y liderazgo. Esto no ha sido así, por lo que ahora harán todo lo posible, menos una guerra nuclear, para parar a China. Su objetivo es destruir este país. Es por eso que, pese a que Estados Unidos haya matado a millones de personas y convertido varias regiones del planeta en paisajes del infierno en los últimos 30 años, su televisión, periódicos, fuente de noticias de Google y redes sociales maldicen, condenan y se doblegan al pánico y el odio hacia China las 24 horas del día. China es el peor temor de los amos occidentales de nuestro planeta. Quieren que usted odie y tema a un país que no ha hecho nada en su contra, que no ha invadido, bombardeado o sancionado a nadie, que no ha derrocado ningún gobierno extranjero, o usado sus fuerzas armadas desde 1979. Odiará a China y rezará por su colapso, para que Occidente continúe haciendo lo que ha hecho desde la época de Hernán Cortés y Francisco Pizarro – violar y saquear tierras, desde América Latina al Sudeste Asiático, y maquillar su imperialismo manchado de sangre con su poder blando y propaganda de la "Civilización Occidental" y liderazgo mundial.      

China es el único principal país no blanco del mundo en vías de desarrollo que resiste a Occidente. El único que mira a los ojos cuando es desafiado o amenazado, y dice: "no, no tengo miedo. Haz lo peor de ti, soy igual de grande que tú". El resto de países del Sur Global son simplemente marionetas de Occidente que se sometieron hace tiempo, incluso los más poderosos, como Arabia Saudí, Brasil e India. Sus líderes están ocupados escuchando a Estados Unidos, lápiz y papel en mano, anotando todas sus exigencias, y diciendo: "Sí, señor, señor Yankee, señor. Déjeme encargarme de ello".  

Los siglos XV y X a. C. fueron la época de Egipto. La antigüedad pertenecía a los griegos y romanos. El siglo XVII perteneció a Francia, y el XIX fue de los británicos. Desde 1945 hasta el presente, el mundo ha estado bajo el dominio estadounidense. Ellos lo llaman la Paz estadounidense, pero créame, no ha habido mucha paz. Bueno, sí la ha habido en Europa o Australia. Pero, y ¿en Oriente Medio? ¿Lo ha habido en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Irán y Yemen en los últimos 20 años? ¿en América Latina? Han destruido esa parte del mundo más allá de toda esperanza de recuperación. ¿África? Solo ha sido excluido por desinterés. Estados Unidos ve África como un nada. Todo Occidente lo hace.    

Pero en el siglo XXI, somos testigos del crecimiento de China. Estamos a décadas de que China se convierta en la mayor potencia del planeta. Este será el momento de China, y nadie puede evitarlo. Ataque a China todo lo que quiera, insulte, rumoree o cree histeria, pero la verdad es que ninguna de sus acusaciones está respaldada por pruebas, porque usted es un títere de la prensa occidental controlada por los gobiernos occidentales que quieren permanecer en lo más alto del mundo por toda la eternidad. La verdad es que China no se ve afectada por el ruido y las maniobras de sus enemigos. Lo que está ocurriendo ahora, esta estúpida nueva Guerra Fría, no es nada. Durante sus primeros 30 años, desde 1949 a 1979, China fue básicamente bloqueada y aislada económica y políticamente por Occidente. No tenía siquiera un asiento en la Asamblea General de la ONU. Era muy pobre en esa época, apenas era una pizca de la economía global, ni una pequeña fracción del PIB de Japón o Alemania, no pudo evitar ni siquiera la hambruna, y aún así no se sometió a la presión ni recibió ninguna orden. ¿Por qué debería hacerlo ahora? 

China será la próxima potencia mundial. No hay nada que pueda hacerse al respecto. Lo primero es que su economía necesita solo crecer a un 4,7 por ciento anualmente para convertirse en la mayor del mundo en 2035. Eso significa que el mínimo histórico habitual del 6 por ciento ya es excesivo. Estados Unidos puede construir todas las bases que quiera, imponer tantas sanciones como quiera, reconocer todos los falsos genocidios que quiera. Es lo que lleva haciendo todo este tiempo. ¿Algo de eso ha marcado alguna diferencia? China puede adaptarse a todas las situaciones. China tardó apenas diez años, desde que el Congreso de Estados Unidos le prohibiera participar en la Estación Espacial “Internacional”, en construir desde cero su propia estación espacial. 

Estados Unidos posee un presupuesto militar de 800 mil millones de dólares, 800 bases militares, 13.000 aeronaves, 500 buques de guerra, 6.000 armas nucleares – pero no tiene lo que China posee: una determinación nacional invencible. Estados Unidos tardó cerca de 5 años en renovar un puente, y China lo hizo en 43 horas. Simplemente no hay comparación. China no necesita ser una superpotencia militar o un imperio. Eso nunca formó parte del plan. Las tropas estadounidenses, Dios bendiga sus almas, continuarán sentadas en sus bases, rascándose la cabeza, costando a su Gobierno 800 mil millones de dólares cada año para nada. Mientras, China seguirá desarrollándose.  

Esa es la parte de la ecuación que Estados Unidos ha pasado por alto completamente, porque, desde los días de Reagan, apenas se ha desarrollado. China es un lugar mejor para vivir hoy en día que en cualquier momento previo de sus 5.000 años. Los estadounidenses tuvieron sus mejores estándares de vida en la década de 1960, y esos días no volverán jamás.

Sí, China será la próxima potencia mundial, y los chinos son muy superiores a nosotros en todos los sentidos. Esto es un hecho que cualquiera puede atacar, pero que nadie puede cambiar, como la teoría de la evolución. La diferencia entre otras personas y yo, es que yo me planteo por qué esto es un problema. ¿Por qué esto es algo que hay que temer? ¿Por qué no significa que el mundo será finalmente un lugar mejor? 

Mirad bien, tontos insensatos, hablando de China como si fuera a convertirse en la próxima Alemania nazi. Incluso muchos habitantes de Oriente Medio entrarían también en esta absurda categoría. ¿No os percatasteis cuando los EE. UU. invadieron o derrocaron a los gobiernos de 20 países en los últimos 32 años (lo que llevo de vida)? ¿Lo sabíais acaso? ¿Pensáis que porque estéis dispuestos a olvidar todo eso por Beyoncé, Juego de Tronos, Snapchat y otros productos culturales de EE. UU., eso hará que no haya pasado o que no siga pasando?

Pero, pero ¡tengo miedo! ¡China es grande y mala! ¡Porque los EE. UU. me están metiendo miedo con historias de Hong Kong, Taiwan, Tibet, la plaza de Tiananmen, el Gran Salto Adelante! Yo no veo ningún cadáver, no puedo mostrarte ni una sola invasión ni un ejemplo de un cambio de régimen hecho por China. Ni siquiera puedo señalar dónde está Hong Kong en el mapa o contarte algún hecho detallado acerca de la plaza de Tiananmen, pero el Departamento de Estado de los EE. UU. y todos los medios a su favor me están diciendo: ¡CHINA ES MALA! ¡Bu, bu!

Incluso en el Occidente no blanco, muchos millones de personas no tienen un conocimiento real de ningún tipo sobre las historias de terror de Occidente que les han generado ese sentimiento de aversión hacia China. Así que imagina lo cegado que estará el típico occidental. El no querer ver las cosas no va a detener los prejuicios y la ignorancia. Eso es lo que le ocurre a muchos de los que odian a China. Son tan ingenuos como los niños a los que les hablan del coco para que tengan miedo y obedezcan.

¿Ni siquiera tienes curiosidad por ver qué tipo de mundo sería uno liderado por un país no occidental, no blanco, después de 400 años? Porque está claro que ese líder no seremos nosotros. No será Brasil, ni África, ni Oriente Medio, ni India, ni Indonesia o Nigeria o Pakistán. Todos somos un desastre. China era un desastre también. Pero el resto seguimos siendo un desastre décadas después de haber conseguido la independencia, y los chinos siguieron su propio camino. Solucionaron su desastre y crearon su propio destino. Nosotros no estamos hechos de la misma pasta que los chinos. Podríamos llegar a estarlo algún día, si dejamos de obedecer y de acomodarnos ante los titiriteros occidentales. No creo que eso vaya a ocurrir en el corto plazo. 

¿Dónde está tu concepto de "todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario"? ¿Haces la vista gorda con el país que te ha dado docenas de naciones destrozadas y millones de cadáveres para demostrarte su brutalidad, ¡porque también te ha dado increíbles series de televisión! Mientras que un país del que prácticamente no sabes nada, ya es para ti la Alemania nazi porque sus adversarios, que son también tus antiguos y actuales opresores, te dicen que así es? 

Vamos, hombre. ¡Espera a ver algún cadáver, alguna invasión, alguna operación de cambio de régimen de los chinos antes de saltar al pánico y la histeria ante ellos! ¿Es tanto pedir? Hemos visto siglos de horror de los EE. UU. y todavía le damos a la "Gran América" el beneficio de la duda, ¡aun cuando la brutal realidad está tan clara!

En cambio, yo veo a China como la esperanza. La esperanza de que un país colonizado, abusado, primitivo y humillado pueda alzarse más allá de su pasado, rechazando seguir siendo débil, reconstruyéndose desde la nada con determinación de hierro, y convirtiéndose en un país tan fuerte que ya no puede ser invadido por Occidente de nuevo.

Espero que un país no occidental, no blanco, pueda mirarse bien adentro y encontrar sus propias soluciones a sus propios problemas, ¡demostrando que confiar "tontamente" en Occidente para que ellos nos guíen es innecesario! 

Probar que si podemos hacer lo que los chinos han hecho, no habrá límites para nosotros. 

Imagina un mundo en el que los EE. UU., Francia, Gran Bretaña o Australia no fueran más importantes que Uzbekistán o Paraguay. 

Un mundo en el que la sede general de la Corte Internacional de Justicia esté en Kuala Lumpur, el Banco Mundial en Nueva Delhi, las Naciones Unidas en Yakarta, y el FMI en El Cairo. 

Un mundo liberado del sistema bancario estadounidense y del dólar como su divisa de reserva, para que Washington ya no pueda decirles a otros 200 países con quién pueden o no pueden comerciar. Un mundo en el que un ciudadano norteamericano pueda ser juzgado por crímenes de guerra en el Tribunal de la Haya, y no solo un iraquí o un ciudadano de Liberia o de Serbia. Un mundo en el que no oigamos hablar de una vacuna no occidental y emitamos un quejido pensando: Debe de ser veneno.

Un mundo en el que no tengamos que emigrar a los mismos países que nos convirtieron en lugares infernales, para trabajar de personal de mantenimiento o de taxistas, o incluso aunque tengamos maravillosos empleos, para exprimir nuestros cerebros desde nuestros hogares, en el mejor de los casos, y usar eso para hacer más ricos a los países occidentales y reforzar su supremacía a cambio de un cheque inflado, en lugar de usarlo para hacer que nuestros propios países sean lugares semihabitables. 

Cuando escucho que China ha construido su propia estación espacial, que ha colocado un vehículo explorador en Marte, que ha acabado con la pobreza extrema, que ha construido la ciudad más grande, la presa más grande, el telescopio, la red de 5G, la autopista, el purificador de aire más grandes del planeta, o lo que sea que venga más adelante, me siento igual de orgulloso que si fuera chino. 

No está ocurriendo con todos nosotros, pero está ocurriendo con uno de nosotros y eso ya es un comienzo. 

Tiene que haber algo como un nacionalismo de país en desarrollo, un sentimiento común de nacionalismo para todos los países que fueron colonizados y saqueados, y que permanecen siendo capturados económicamente y políticamente por sus antiguos opresores. Un nacionalismo para el sur global.

Estamos demasiado divididos, nuestros cerebros están demasiado lavados, estamos demasiado engañados y debilitados, muchos de nosotros todavía adoramos a los países que nos destruyeron, muchos somos no occidentales por fuera, pero occidentales por dentro, muchos estamos odiando y comprando las mentiras del único de nosotros que las ha creado, y estamos abandonando nuestros países en masa para dejarlos reducirse a cenizas, mientras nosotros nos "construimos una vida mejor" en los países occidentales. ¿Quieres vivir en un país dominado por Occidente por otros 400 años más? Si es así, continúa haciendo lo que estás haciendo, ¡pero yo no estoy dispuesto!

¿Sabes lo que nos pasaría a todos nosotros si los enfermizos deseos de los EE. UU. se hicieran realidad y su mafiosa actividad global hiciera que China colapsara? Nada. Sería la eterna repetición de la situación actual. Más esclavización, el robo de nuestros recursos y débiles gobiernos corruptos, neocolonialismo, invasiones, cambios de régimen, sanciones, MISERIA. ¿No hemos visto esto ya? Libia, Cuba, Venezuela, Yugoslavia, Bielorusia, Irak, Irán, Vietnam, la Unión Soviética. Descansen en paz. ¡Incluso FRANCIA y JAPÓN, por el amor de dios! ¿Qué hacen los Estados Unidos cuando otro país les dice NO, o simplemente se vuelve demasiado poderoso, demasiado bueno para una competición justa?

LOS APLASTA COMO A UN INSECTO. Japón era una democracia al estilo occidental, infestado de tropas americanas, con una constitución pacifista autorizada por los EE. UU., sin casi ejército y con un Gobierno y una población extremadamente proamericanos, e INCLUSO ASÍ acabó también aplastado cuando parecía que se convertiría en la primera economía del mundo en los años 80. Creen realmente los indios que si China cae, se le permitirá a India convertirse en una superpotencia? ¿Es que no ven que una India fuerte y rica caería inmediatamente víctima de las mismas tácticas despreciables de los EE. UU.?

No me hagan reír. Me acuerdo que hace 10 o 15 años, cuando China era todavía relativamente pobre e indefensa, Bush y Obama hablaban de China con la dulzura de los cisnes. 

Obama tuvo una desenfadada cena con Xi Jinping a finales de 2015, y definió a China como un socio crucial de los Estados Unidos, y dijo que los EE. UU. daban la bienvenida al ascenso de China: todo era una patraña.

Ahora, Biden, que estaba allí con Obama como vicepresidente a finales de 2015, le responde enfadado a cualquier reportero que simplemente mencione que él y Xi eran viejos amigos. Los Estados Unidos se han quitado la máscara. China lo ha conseguido, se suponía que no debía conseguirlo, así que ahora debe ser eliminada. Hay que ver la diferencia que marcan 5 años. China ha pasado de "socio crucial" a "amenaza número uno". 

Deberíamos ayudar y apoyar a China para seguir subiendo a lo más alto, y ofrecerle nuestra seria solidaridad mientras resiste la nueva Guerra Fría del imperialismo occidental. Han pasado 400 años. China es el primer país no occidental que se ha acercado siquiera a un estatus de importancia global definitiva. Es el equivalente al primer miembro de una familia empobrecida que va a la universidad. Esa es nuestra familia de naciones. Y cuando China llegue a lo más alto, créanme, no será una repetición de lo hecho por los imperios francés, británico o estadounidense. Ni un solo país en desarrollo va a estar peor porque China llegue a ser la número 1. Habrá algo bueno en todo esto para todos nosotros, ¡así que despertemos y adelante!

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