¿Es necesario reducir el consumo de carne?
Alejandro Cuevas Vidal. CREDITO SPUTNIK MUNDO.
Corresponsal en España
El vídeo del ministro español de Consumo, Alberto Garzón, ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de reducir el consumo de carne. Los nutricionistas abogan por minorizarlo, sin eliminarlo. Los ecologistas claman por una rebaja drástica en pro del medioambiente.
"Estoy preocupado por la salud de nuestros conciudadanos y de nuestro planeta. Sin planeta no tenemos vida, ni salarios ni economía, y nos lo estamos cargando", asevera el ministro de Consumo,
Alberto Garzón, a través de un vídeo publicado en redes sociales. Se trata de la campaña "Menos carne, más vida", en la que alerta del excesivo consumo de este alimento y la necesidad de
reducir su ingesta para mejorar la salud personal y planetaria. Un mensaje que ha suscitado críticas del sector ganadero y de los partidos de la oposición, además de provocar una confrontación entre Garzón y su homólogo de Agricultura, Luis Planas. Incluso, ha derivado en la compartición de
gustos culinarios entre el dirigente de Izquierda Unida y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Bon Appétit.
A pesar de los comentarios negativos vertidos contra su propuesta, Garzón seguirá trabajando en ella. "Yo no lo voy a hacer en la línea personal, pero creo que el Gobierno tampoco lo va a hacer porque es un Gobierno comprometido con la transición ecológica", ha admitido el titular de Consumo. Y es que, chuletones aparte, nutricionistas y ecologistas en su mayoría recomiendan una alimentación con una menor presencia de productos cárnicos.
"Sin duda, una reducción en el consumo de carne sería beneficioso para nuestra salud y medio ambiente", señala la nutricionista Yolanda García a Sputnik Mundo. A nivel individual, la toma excesiva de este producto puede desembocar en obesidad, sobrepeso, ácido úrico, colesterol o un aumento de los triglicéridos. Además, distintos estudios concluyen que un consumo descontrolado, especialmente de carne roja, se asocia con mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 o cáncer colorrectal.
En 2020, los españoles devoraron cerca de 50 kilogramos de carne por cabeza, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Más alto apuntó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FA0), entidad que situó en 100 kilogramos por año y persona en España. En ambos casos, lejos de los 21 kilos que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, el último informe del comité científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aconseja dos o cuatro raciones a la semana de carne, preferiblemente de pollo o conejo y no más de dos platos de carne roja.
Para aminorar la cantidad de carne en la dieta, los nutricionistas apuestan por las legumbres, el pescado y los huevos como vía alternativa para la obtención de proteínas. Eso sí, parte del colectivo opina que esta tampoco debe ser suprimida de la mesa, salvo que la persona así lo desee. "No se trata de centrar el mensaje únicamente en una visión restrictiva y catastrofista, estamos hablando de una disminución ante un consumo excesivo que hace desequilibrar nuestra dieta y salud. Tenemos que aportar nuevas ideas a la población desde una perspectiva más positiva, fomentando el consumo de otros productos más saludables como legumbres, cada vez menos consumidas en nuestro país y que favorecen el enriquecimiento de los suelos en los que se cultiva", comparte la nutricionista Tatiana Medina vía teléfono.
La médico y dietóloga Ana Luzón centra su atención exclusivamente en la disminución de la toma de las carnes procesadas, aquellas a las que se añaden otros componentes como nitritos o conservantes. "Que se sepa hasta el momento, la carne de ave no parece problemática. Tampoco es tan perniciosa la carne roja, siempre que esté sin procesar. Añadiría incluso que es mejor la carne de un animal maduro que no la de un lechal, ya que al ser lactante contiene más grasas", indica. Al igual que el resto de profesionales consultados, Luzón subraya la importancia de una dieta con presencia de vegetales y proteína de origen animal.
"La variedad es lo que mejora la nutrición. ¿Se puede prescindir de la carne? Sí, pero sin dejar el pescado y los moluscos. Se puede vivir solo consumiendo vegetales, pero una alimentación completa es imposible sin los alimentos de origen animal", puntualiza Luzón.
Más allá de la polémica sobre el consumo de la carne, el colectivo reivindica que la mejora de los parámetros alimenticios de la sociedad pasa por incluir la figura del dietista-nutricionista en la Sanidad Pública. Una demanda del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Codinma) para "optimizar los recursos del sistema sanitario".
"Solo con este tipo de campañas no se consigue establecer una alimentación más correcta entre la población. Es necesario que se nos abran las puertas al espectro público para trabajar desde la prevención real y la educación nutricional en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Porque con la mayoría de los nutricionistas trabajando en el ámbito privado, se aparta de la educación nutricional a aquellas personas que no puedan pagar una consulta, siendo las familias con menos recursos las más afectadas por enfermedades como la obesidad"
Tatiana Medina
Nutricionista
Salud planetaria
Además de los efectos en el organismo humano, la campaña "Menos carne, más vida" incide también en la problemática medioambiental desencadenada por la industria cárnica. Según datos de la FAO, este sector económico es culpable del 14,5% de los gases de efecto invernadero expulsados a la atmósfera, incluidos unos 7,1 millones de gigatoneladas de CO2. En España, supone el 67% de las emisiones generadas por la actividad agrícola. "Si queremos frenar el cambio climático, hay que comenzar a reducir el consumo de carne", espeta con contundencia Luis Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España.
La organización acusa a la ganadería intensiva de la pérdida de biodiversidad del planeta, la deforestación o la alteración del uso de la superficie de cultivo. "El 80% del suelo agrícola se dedica a alimentos para la ganadería, no para nuestro suministro", revela Ferreirim a Sputnik Mundo. En el caso de España, el 60% del suelo agrícola se dedica a la plantación de vegetales para las granjas industriales.
El encargado de los temas de agricultura de Greenpeace España resalta también la necesidad de limitar la ingesta de carne para evitar lo que denomina una "crisis del agua". Solo para la producción de un kilogramo de carne son necesarios 15.000 litros de agua, entre la que sacia la sed de los animales y la utilizada para el riego de forrajes. Otro daño sobre el agua es la contaminación por nitratos. Tras una serie de mediciones realizadas por la entidad en 239 puntos de toda España, Greenpeace calificó "los resultados de alarmantes". Precisamente, en 2018, la Comisión Europea abrió un procedimiento de infracción contra España por incumplimiento de la Directiva de Nitratos.
Preocupa también la emisión de amoniacos, un 94% provenientes de la industria ganadera, y el trato dado a los animales en las granjas. "Viven hacinados y en malas condiciones para favorecer un proceso de producción barato y rápido", lamenta Ferreirim. Precisamente, las denuncias de los ecologistas no van dirigidas tanto a la ganadería como al modelo intensivo de esta rama del sector primario.
"No pedimos a las personas que dejen de comer carne. Pero sí que se reduzca drásticamente su consumo y que elijan viandas preferentemente de la ganadería extensiva, de pequeñas granjas, garantes de un modelo más sostenible".
Luis Ferreirim
Responsable de agricultura de Greenpeace España
Como solución, la ONG pide que
no se autoricen más explotaciones de tipo intensivo en España. "Se dan 1,5 permisos al día para plantas ganaderas, especialmente industriales. No es coherente con la situación de emergencia ecológica en la que vivimos", sentencia el cooperante. De fondo, resuena
la contestación del líder de La Moncloa al ministro de Consumo. Los ecologistas no pueden quitársela de la cabeza. "Es totalmente irresponsable que un presidente del Gobierno, que se jacta de combatir la emergencia climática, ante una pregunta sobre la necesidad de reducir el consumo de carne, como avala la ciencia, conteste que un chuletón al punto es imbatible", declara Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España.
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