jueves, 29 de julio de 2021

POLITIZAR EL RASTREO DEL ORIGEN DE LA COVID-19 ES PELIGROSO. CREDITO CGTN EN ESPAÑOL.

CGTN en Español

Puede que Estados Unidos haya reemplazado a Donald Trump, pero el trumpismo sigue reinando en el país.

La semana pasada, el mundo fue testigo del enconado intercambio entre el senador republicano Rand Paul y uno de los principales científicos estadounidenses, el Dr. Anthony Fauci, quien ha estado a la vanguardia de la lucha contra la COVID-19 desde sus inicios.

En una etapa del intercambio, el Dr. Fauci, en presencia de los colegas de Paul en el Senado, tuvo que decirle públicamente: "Senador Paul, francamente usted no sabe de qué está hablando".

Mientras el resto del mundo intenta combatir la pandemia utilizando la ciencia, algunos en Estados Unidos han optado por politizar la pandemia de COVID-19.

Esto ha sido especialmente evidente en el rastreo del origen de la pandemia. Una de las recomendaciones hechas por el equipo de investigación internacional que visitó China, sobre el rastreo del origen, en enero y febrero de este año, fue que la futura investigación del rastreo de origen también debería expandirse a otros lugares fuera de China.

En particular, el laboratorio de Fort Detrick en Estados Unidos ha sido identificado como uno de esos lugares donde se debe investigar seriamente sobre el posible origen de la COVID-19. Se ha instado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a realizar una investigación en este laboratorio, un sitio del Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EE. UU. que ha cerrado repentinamente.

Los informes sugieren que el laboratorio había almacenado varios virus mortales como el Ébola, la viruela, el SARS, el MERS y el nuevo coronavirus. Otros informes incluso sugieren que la bacteria del ántrax había sido robada del laboratorio en el pasado y, además, en el otoño de 2019 se registró un incidente de fuga, justo antes del brote global de COVID-19.

Sin duda, esto también debe recibir la atención de los investigadores de la OMS en el rastreo del origen.

Sin embargo, a pesar de esta evidencia, el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en particular, ha estado bajo presión de Estados Unidos para mantener el enfoque en China y garantizar que continúe la narrativa estadounidense de que la COVID-19 surgió en Wuhan.

A pesar de publicar un informe, compilado por 28 científicos internacionales en marzo, que afirmaba que una fuga de laboratorio era "extremadamente improbable", Ghebreyesus tuvo que retractarse recientemente y asumir que podría haber sido una fuga de laboratorio.

Acorralado por preguntas de periodistas internacionales en la conferencia de prensa de la agencia de salud de la ONU, se cita al director general de la OMS diciendo: "Yo mismo era técnico de laboratorio, soy inmunólogo y he trabajado en el laboratorio, y ocurren accidentes de laboratorio." Si bien la prensa occidental se apresuró a utilizar la respuesta como un medio para devolver el golpe a China, es lamentable que Washington haya politizado lo que debería ser un ejercicio puramente científico.

Desde el estallido de la pandemia, hace casi dos años, la OMS ha advertido contra la politización de la respuesta y la lucha contra la COVID-19. Sin embargo, parece que finalmente ha comenzado a ceder bajo la presión de la Casa Blanca.

Después de todo, fue Estados Unidos quien pagó más de 200 millones de dólares en cuotas de membresía al organismo mundial a fines de marzo de este año. Sin duda, quiere un retorno de su inversión.

En abril del año pasado, Donald Trump acusó a la OMS de "administrar y encubrir gravemente la propagación del coronavirus".

El expresidente estadounidense señaló que la OMS estaba haciendo un mal uso de los fondos de membresía de Estados Unidos y se estaba acercando a China, y por eso estaba sacando a su país de la organización.

La politización continua del rastreo de origen, la propaganda contra China y la actuación de Rand Paul apuntan a una cosa: Estados Unidos tiene algo que ocultar.

La politización continua del rastreo de origen, la propaganda contra China y la actuación de Rand Paul apuntan a una cosa: Estados Unidos tiene algo que ocultar.

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2021-07-28 10:48 GMT

 

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