El compatriota German Saltrón Negretti dio en el clavo con este artículo…
¿La ONU fue creada para evitar la guerra o para organizarla?
La Red Voltaire acaba de obtener una copia de esas instrucciones. El contenido de ese documento está en contradicción flagrante con los principios recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, cuyas prioridades invierte. Mientras que la Carta de las Naciones Unidas estipula que el principal objetivo de la ONU es «mantener la paz y la seguridad internacionales», las instrucciones de Feltman anteponen a ese objetivo son «respeto de los derechos humanos» pero esos derechos humanos se utilizado siempre como instrumento contra la paz.
La Carta de ONU menciona 6 veces la expresión «derechos humanos», pero no la convierte en un ideal en sí. Sólo la paz puede garantizar el respeto de los derechos humanos. La guerra ¿acaso hace falta recordarlo? es un periodo caótico que anula los derechos individuales. Es una situación inhumana que sacrifica a todo un pueblo. Es precisamente por eso que existe una diferencia entre la policía y el ejército. La policía protege los derechos individuales mientras que el ejército protege los derechos colectivos. Parece que sean ignoradas esas diferencias elementales.
Desde hace un siglo, su interpretación imperialista se convirtió en la ideología que justifica la destrucción de las estructuras mismas del Estado-nación. Tratan de convencernos de que, para que nuestros derechos sean respetados, tenemos que ser «ciudadanos del mundo» y aceptar una sociedad abierta, sin fronteras, bajo la administración de un «gobierno mundial» dirigido por los EE.UU. En este nuevo documento de Jeffrey Feltman, los «derechos humanos» aparecen otra vez como pretexto. Este personaje fue miembro de la «Autoridad Provisional de la Coalición» una entidad que gobernó Irak siendo en realidad una empresa privada concebida según el modelo de la Compañía de Indias, mostrando así el poco respeto que sentía por los derechos de los iraquíes.
En el caso de Siria, Feltman expresó su verdadero objetivo en una serie de documentos conocidos como el «Plan Feltman» [5]. En ese «Plan», Feltman se plantea abrogar la soberanía del pueblo sirio e instaurar en Siria, como se hizo en Irak, una administración extranjera. Ahora, Feltman escribe con la mayor tranquilidad: «El Plan de Acción Humanitaria debe seguir siendo humanitario para garantizar que la ONU pueda llevar a cabo las actividades humanitarias esenciales para salvar vidas y garantizar las necesidades esenciales de los pobladores. Jordanos, libaneses, turcos y europeos se sorprenderán al leer: «La ONU no favorecerá el regreso de los refugiados y personas desplazadas pero apoyará a los repatriados para garantizar el carácter seguro, digno, informado, voluntario y duradero del regreso y de la reintegración, así como el derecho de los sirios a buscar asilo.» retomando la teoría del profesor Kelly Greenhill [6], Feltman no desea ayudar a los exilados a regresar a su Patria sino que pretende utilizar el éxodo para debilitarla. Eso no es el ideal expresado en la Carta de las Naciones Unidas. Notas: www.todosobrederechoshumanos.blogspot.com
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