Por qué los brotes de covid-19 en países que usan vacunas chinas no significa necesariamente que las vacunas hayan fallado.
(CNN) -- En Mongolia, los hospitales están abrumados. En el diminuto archipiélago de las Seychelles, cada día se registran más de 100 nuevos casos de covid-19. Y en Chile, se levantó el confinamiento a nivel nacional esta semana, pero el país todavía reporta miles de casos diarios.
Lo que vincula a estos países es que cada uno de ellos ha vacunado completamente a más del 50% de su población, en gran parte con vacunas contra el coronavirus fabricadas en China, generando dudas sobre la eficacia de las vacunas.
Si las vacunas chinas no funcionan, es un gran problema, y no solo desde una perspectiva de salud. Beijing ha apostado su reputación por proporcionar vacunas a otros países.
Mientras las naciones occidentales acumulaban suministros para sus propias poblaciones, China envió vacunas al extranjero; en junio, el Ministerio de Relaciones Exteriores anunció que el país había entregado más de 350 millones de dosis de vacuna contra el covid-19 a más de 80 países. Esa misión resaltó los insuficientes esfuerzos occidentales en un momento en que las tensiones aumentaban entre China y muchas de las principales democracias.
Las preguntas sobre la eficacia de las vacunas Sinopharm y Sinovac de China ahora ponen en peligro esa victoria de influencia diplomática para Beijing, aunque el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, ha descartado tales críticas como una "difamación motivada por prejuicios".
Los expertos dicen que si bien estas vacunas chinas pueden no ser tan efectivas como algunas, no son un fracaso. Ninguna vacuna brinda una protección del 100% contra el covid-19, por lo que se esperan nuevos casos.
La métrica crucial para medir el éxito, dicen, es prevenir muertes y hospitalizaciones, no apuntar a cero contagios por covid-19.
¿Por qué se enferman las personas vacunadas?
China tiene dos vacunas autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para uso de emergencia; Sinopharm y Sinovac. Ambas usan virus inactivados para provocar una respuesta inmune en el paciente, un método de vacuna probado y comprobado.
Pfizer y Moderna, por el contrario, utilizan una tecnología más nueva llamada ARNm, que enseña a las células del cuerpo cómo fabricar una parte de la proteína de espiga de coronavirus que desencadena una respuesta inmunitaria.
"Si queremos reducir los casos graves (y) el número de muertes, Sinopharm, Sinovac pueden ayudar", dijo el profesor Jin Dong-yan, virólogo de la Universidad de Hong Kong.
Hasta ahora, los ensayos muestran que Sinopharm y Sinovac tienen una menor eficacia contra el covid-19 que sus contrapartes de ARNm. En ensayos brasileños, Sinovac tuvo aproximadamente un 50% de eficacia contra el covid-19 sintomático y un 100% de eficacia contra una enfermedad grave, según los datos del ensayo presentados a la OMS. La eficacia de Sinopharm tanto para la enfermedad sintomática como para la hospitalizada se estimó en un 79%, según la OMS.
Tanto la vacuna de Pfizer/BioNTech como la de Moderna son más del 90% efectivas contra el covid-19 sintomático. Los estudios de eficacia global de la vacuna Johnson & Johnson demostraron que era un 66% eficaz contra enfermedades moderadas a graves, un 85% eficaz contra enfermedades graves y un 100% eficaz para prevenir la muerte. Los ensayos se llevaron a cabo en diferentes momentos y en lugares donde circulaban diferentes variantes.
Los expertos dicen que los brotes de covid-19 en lugares que usaron vacunas chinas están acorde con lo que se espera de las tasas de eficacia.
"Si queremos reducir los casos graves (y) el número de muertes, Sinopharm, Sinovac pueden ayudar", dijo Jin Dong-yan, profesor de virología molecular en la Universidad de Hong Kong.
Ben Cowling, profesor de epidemiología de enfermedades infecciosas en la misma universidad, dijo que las vacunas chinas parecían estar limitando el número de infecciones graves y muertes.
"Creo que las vacunas ciertamente están funcionando y ciertamente están salvando muchas vidas", dijo.
¿Qué está pasando en Chile, Mongolia y Seychelles?
Chile reporta miles de nuevos casos de covid-19 cada día. Ahí, el 55% de la población está completamente vacunada, y entre ese grupo casi el 80% recibió Sinovac.
Pero según el Ministerio de Salud, el 73% de los casos en la unidad de cuidados intensivos entre el 17 y el 23 de junio no fueron vacunados por completo.
Es una situación similar en las Seychelles, donde las autoridades dijeron que casi todos los casos críticos y graves de covid-19 ocurrieron en personas que no habían sido completamente vacunadas. El país utiliza Sinopharm en adultos menores de 60 años, mientras que los mayores de 60 reciben Covishield, la vacuna de AstraZeneca fabricada en India, que tiene una tasa de eficacia del 76% contra el covid-19 sintomático y del 100% de eficacia contra el covid-19 grave o crítico.
El Ministerio de Salud de Seychelles dijo en una publicación de Facebook el mes pasado que de las 63 personas que habían muerto por covid-19 en el país en ese momento, tres habían sido vacunadas con dos dosis. Los tres tenían entre 51 y 80 años. CNN se ha comunicado con el Ministerio de Salud para obtener comentarios.
Mongolia ha vacunado completamente al 53% de su población, y el 80% de esas personas recibieron Sinopharm, según Enkhsaihan Lkhagvasuren, jefe de implementación de políticas de salud pública del Ministerio de Salud. Una quinta parte de los casos de covid-19 de Mongolia han sido completamente vacunados, pero el 96% de las muertes por covid-19 ocurrieron en personas que no estaban vacunadas o que habían recibido una sola dosis, indicó Lkhagvasuren.
Para alcanzar la inmunidad colectiva, Lkhagvasuren dijo que más del 80% de la población necesitaba ser vacunada. El país de 3 millones todavía tiene 1,6 millones de personas vulnerables al covid-19, dijo.
Y sostuvo que Sinopharm había sido muy eficaz.
"No podemos diferenciar entre las vacunas contra el covid-19, diciendo que esta es mala o la otra buena. Todas las vacunas disponibles reducen el riesgo de enfermedad grave", afirmó Lkhagvasuren.
Odgerel Chuluunbat, propietaria de un negocio que está completamente vacunada en la capital de Mongolia, Ulaanbaatar, dio positivo por covid-19 hace dos semanas y se recuperó en su casa, dijo que creía que su infección podría haber sido mucho peor sin la vacuna Sinopharm.
"No me arrepiento de haber recibido la inyección", comentó. "Sin ella, la situación en el país sería muy mala".
Con la escasez de vacunas en todo el mundo, muchos países en desarrollo tenían pocas otras opciones. A Mongolia se le asignaron más de 112.000 dosis de AstraZeneca y 126.000 dosis de Pfizer a través de COVAX, pero los problemas de producción y el brote en la India han retrasado las entregas.
¿Por qué las personas vacunadas están muriendo?
Algunas personas que se vacunan con Sinovac o Sinopharm están muriendo de covid-19, aunque estos novedosos casos son posibles con cualquier vacuna.
En Indonesia, en donde la Cruz Roja advirtió esta semana que está "al borde de la catástrofe", al menos 88 médicos murieron de covid-19 entre febrero y el 26 de junio. Al menos 20 estaban completamente vacunados con Sinovac, según el Dr. Adib Khumaidi, el jefe del equipo de mitigación de riesgos de la Asociación Médica de Indonesia. Otros 35 no habían sido vacunados y todavía se investigan 33 muertes.
Se estima que 1.600 médicos en Indonesia se infectaron con covid-19 tan solo en mayo y junio, aunque no está claro cuántos de ellos se vacunaron.
Adib dijo que la mayoría de los trabajadores médicos murieron porque estaban en una circunstancia única: estaban abrumados con los pacientes, lo que significa que tenían que trabajar muchas horas con poco descanso.
"Según los datos de nuestra investigación, la muerte de los trabajadores médicos no tiene nada que ver con la vacuna Sinovac", dijo Adib. "Lo más importante es tomar la vacuna contra el covid y la gente debe seguir los protocolos de salud".
El Dr. Hermawan Saputra, epidemiólogo y miembro de la Asociación de Expertos en Salud Pública de Indonesia, dijo que las cepas más agresivas del covid-19 pueden haber reducido la eficacia de las vacunas.
La razón por la que personas vacunadas mueren a causa del covid-19 no está vinculada con las vacunas chinas. Un informe de salud pública de Inglaterra publicado en junio encontró que de las 117 personas que murieron dentro de los 28 días posteriores a la prueba positiva para la variante Delta en el Reino Unido, 50 habían recibido dos dosis. Pero tales muertes son raras, en total hubo 92.029 casos positivos de la variante delta, de los cuales el 58% de las personas no estaban vacunadas. El Reino Unido utiliza las vacunas de Moderna y Pfizer/BioNTech, que son vacunas de ARNm, y Oxford/AstraZeneca, que utiliza una tecnología diferente.
En un artículo de The Guardian, los estadistas David Spiegelhalter y Anthony Masters dijeron que se esperaban algunas muertes debido a vacunas buenas, pero no perfectas.
El virólogo Jin advirtió que podría haber problemas subyacentes en estos casos graves. Algunas personas vacunadas hospitalizadas con covid-19 podrían estar inmunodeprimidas, lo que significa que su cuerpo no puede producir una respuesta inmune fuerte, dijo.
¿Han fallado las vacunas chinas?
Las vacunas Pfizer y Moderna parecen ser más efectivas que Sinovac y Sinopharm para limitar la transmisión, pero si las dos vacunas chinas aprobadas por la OMS han fallado depende de las métricas de éxito.
Jin dijo que la eficacia de las vacunas chinas podría no ser lo suficientemente alta como para detener la circulación del virus en una comunidad, poniendo así la inmunidad colectiva fuera de alcance. Eso aumenta el riesgo de que surjan variantes resistentes a las vacunas.
"Es posible que el fin de la pandemia se retrase o que tengamos que trabajar con estas enfermedades similares a la gripe durante un período de tiempo más largo", dijo Jin. "(Las vacunas Sinovac, Sinopharm) son buenas, pero no lo suficientemente buenas. Queremos que la vacuna ayude a ponerle fin a la pandemia, y si ese es el caso, Pfizer y Moderna están haciendo un trabajo mucho mejor".
Dijo que los fabricantes de las vacunas Sinopharm y Sinovac tienen la responsabilidad de mejorar, lo que podría ser solo una cuestión de aumentar la dosis o agregar una tercera dosis.
También hay indicios de que China podría no depender completamente de las vacunas de cosecha propia en el futuro. Shanghai Fosun Pharmaceutical de China dijo en una presentación de la Bolsa de Valores de Hong Kong que trabajaría con BioNTech para producir hasta mil millones de vacunas al año.
Pfizer y Moderna pueden llegar a más países el próximo año después de que se incremente la capacidad de fabricación. Pero en este momento, simplemente no hay suficiente para todos.
Aun así, recibir una vacuna china es mejor que nada, dijo Scott Rosenstein, director del programa de salud global de Eurasia Group.
"En lugares donde esa es la única opción, sigue siendo la mejor decisión tomarla", dijo.
Y le preocupa que las críticas a las vacunas chinas puedan alentar a las personas a esperar hasta que estén disponibles vacunas más efectivas.
"Eso en sí mismo crea desafíos para la implementación, significa que se vacuna a las personas más lentamente", indicó.
¿Cómo influye la política en esto?
Mientras Beijing exporta vacunas a todo el mundo, el país asiático ha promovido las inyecciones de Sinopharm y Sinovac como "vacunas chinas", relacionándolas con el gobierno de China de una manera que no se ve en Estados Unidos o Reino Unido.
Después de que la OMS validó Sinovac y se publicaron más datos sobre la eficacia de Sinopharm en junio, por ejemplo, los medios estatales Xinhua publicaron un artículo con el titular: "La evidencia más reciente reafirma los beneficios de las vacunas chinas para el mundo".
Cuando las vacunas son un éxito, eso se refleja bien en el Partido Comunista de China, a pesar de que Sinovac es una empresa de propiedad privada (Sinopharm es de propiedad estatal). Pero debido a que las inyecciones de China a menudo se comparan con "vacunas chinas", cuando hay dudas sobre la eficacia, eso las afecta a todas y también perjudica al partido.
Ninguna compañía de vacunas ha hecho públicos los datos de los ensayos, lo que permite que continúen las preguntas sobre la eficacia.
"Lo máximo que puedo decir sobre esos datos es que esas vacunas parecen funcionar bien", dijo Rosenstein. "Estás volando parcialmente a ciegas aquí porque el estándar de oro es una prueba aleatoria, y no tenemos mucho con qué trabajar para eso".
La falta de datos ha alimentado el escepticismo. Ahora los informes de casos incluso entre personas vacunadas están provocando un retroceso. En Mongolia, donde ya existe un sentimiento en contra de China desde hace mucho tiempo, en parte gracias a la creencia de que la vecina China quiere socavar su soberanía, muchos están frustrados por la tasa de infecciones.
Gandi Boldbaatar, una estudiante de 22 años, dijo que estaba completamente vacunada con Sinopharm desde hace un mes, pero dio positivo por covid-19 la semana pasada y ahora está en cuidados intensivos en un hospital del gobierno. Dijo que no creía que la campaña de vacunación de Mongolia fuera muy eficaz.
"Aún así me enfermé gravente", dijo. "Si me dan la opción de vacunarme de nuevo con Sinopharm o cualquier otra vacuna, la rechazaré".
Parte de la respuesta está envuelta en la "contabilidad política" de las vacunas, dijo Rosenstein. Cuando comenzaron los esfuerzos de China, los países occidentales fueron acusados de acumular vacunas. Las preguntas sobre la eficacia de la vacuna china surgieron cuando Estados Unidos anunció sus propios planes para donar millones de vacunas al extranjero.
"Es demasiado pronto para decir que hay un veredicto", dijo Rosenstein. "Las desventajas (de la diplomacia de las vacunas) pueden haber superado el lado positivo... creo que los objetivos de la diplomacia de las vacunas de China en este momento no se están cumpliendo".
Pero el panorama general, dijo Rosenstein, no se trata de política, se trata de salud.
"Es malo para la salud pública tener tantas maniobras políticas en lugar de discusiones de buena fe sobre cuál es la mejor manera de controlar este brote".
Julia Hollingsworth escribió e informó desde Hong Kong, con información de Saruul Enkhbold en Ulaanbaatar, Amy Sood y Sophie Jeong en Hong Kong, Yong Xiong en Seúl, Angus Watson en Sydney, David Culver en Beijing y Cristopher Ulloa en Santiago.
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