A
pocas horas de liberarse el sistema cambiario en Argentina la moneda
local registró una fuerte depreciación frente al dólar.
Las
casas de cambio y bancos argentinos abrieron este jueves sin las
restricciones cambiarias conocidas como “cepo” tras ser
eliminadas por el nuevo Gobierno de derecha presidido por Mauricio
Macri quien justificó la medida para supuestamente poder importar y
exportar libremente.
La medida económica ocasionó una fuerte depreciación del peso argentino y tras 45 minutos de operaciones se registró una devaluación de la moneda local en al menos 47 por cientofrente al dólar en el primer día sin control de cambios.
La
extrema pobreza o indigencia aumentará en tres millones de personas
en América Latina y el Caribe en 2009,
alcanzando a 71 millones de hambrientos, según un informe de la FAO
divulgado el miércoles.
La
región, al enfrentar una crisis alimentaria con una económica,
desembocará a fin de año en un retroceso de los subnutridos al
nivel que tenían hace 20 años:
de 45 millones entre el 2004-2006, a los 53 millones que había a
comienzos de los noventa, afirmó la FAO.
El
Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina
y el Caribe 2009, destaca que los avances de los últimos 20 años,
simplemente se borraron de una plumada.
La
FAO reiteró que los grupos más afectados son los
afrodescendientes, unos
150 millones de personas ubicadas mayormente en Brasil, Colombia y
Venezuela, y los indígenas –entre 40 y 50 millones de personas–,
concentrados especialmente en Bolivia, con cerca del 62% del total de
su población; Guatemala, con 41%, y México, con 10%.
La
FAO cita a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) que
estimó que la crisis económica “impidió que entre 10 y 11
millones de personas dejaran de ser pobres en el 2008 y que el número
de personas en pobreza extrema, medida comúnmente asociada al
hambre, aumentará en 3 millones, para llegar a los 71 millones de
personas”.
El
análisis de la FAO precisa que la última crisis económica global
combinada con el alza en los precios de los alimentos persisten,
“erosionando
casi dos décadas su progreso en el combate contra al hambre en la
región“.
“Se
acelera el crecimiento del número de hambrientos desde el 2006″,
comentó en rueda de prensa José Graziano da Silva, representante
regional de la FAO, con sede en Santiago.
“No
importa si hablamos de la crisis de precios de los commodities
(materias primas) o de la crisis económica; la dimensión
fundamental de la seguridad alimentaria que se ve afectada en América
Latina y el Caribe es el acceso a los alimentos”, añadió.
"Ese
es el talón de Aquiles de nuestra región, que es una exportadora
neta de alimentos para todo el mundo"dijo Graziano da Silva.
A
pesar de que se vislumbran señales de reactivación a nivel global,
“parece indudable que la crisis financiera internacional dejará
secuelas perdurables en la economía de los países y de los
habitantes de la región”.
“Nos
hallamos en un punto crítico, en un escenario negativo,
caracterizado por un desempleo creciente y por precios de los
alimentos (que) aún son elevados, generando una combinación letal
para los sectores más pobres de la región“,
afirma el estudio.
“La
crisis de acceso a los alimentos persiste y se ha profundizado”,
añade.
Se acelera el crecimiento del número de hambrientos desde el 2006″, comentó en rueda de prensa José Graziano da Silva, representante regional de la FAO, con sede en Santiago.
La
FAO precisó que los niveles de desnutrición crónica infantil aún
son altos, especialmente en países como Guatemala, Bolivia, Perú,
Honduras, Haití y Ecuador, donde alrededor de 30% o más de los
niños la padecen.
En
tanto, algunos de los países con bajos niveles de desnutrición
infantil presentan altos niveles de sobrepeso y obesidad: cerca del
10% de los niños tienen sobrepeso en Chile y Argentina, y en países
como Perú conviven ambas situaciones.
Algunos
de los objetivos de la FAO en la región son fortalecer los Programas
Nacionales de Lucha contra el Hambre y la Desnutrición Infantil,
apoyar a la agricultura urbana y periurbana; rescatar los productos
originarios y fortalecer la equidad de género y de minorías.
El
documento señala que la crisis alimentaria se arrastra hace tres
años, por lo que “la agricultura y la seguridad alimentaria” se
han reposicionado en la agenda pública de la región.
En
una perspectiva de mediano y largo plazo, identifica tres focos que
hay que abordar: el dinamismo del mercado interno de alimentos
básicos, la gestión y manejo de riesgos -volatilidad de precios,
riesgos climáticos y financieros- y el reforzamiento de los sistemas
de protección social de precios”.
El
problema no sólo es regional. “Recientes
pronósticos de la FAO indican que por efecto de la crisis
alimentaria, más de 100 millones de personas se sumarían a la
población que padece hambre en
el mundo durante el último año. De cumplirse este escenario, 1.020
millones de personas sufrirían hambre a nivel global al finalizar
2009, de las cuales el 89% se localiza en Asia y el Pacífico y en
Africa subsahariana”.
Las
respuestas están en el campo –dijo la FAO– donde se concentra la
mitad de los indigentes de Latinoamérica y también el potencial de
la agricultura pequeña o familiar, “aún no explorado
adecuadamente. Sector que se constituye como proveedor importante de
los alimentos consumidos en muchos países, aunque tenga niveles de
productividad más bajos que el sector agrícola exportador”.
Agrega
que esos pequeños productores podrían “mejorar la seguridad
alimentaria” y colaborar en el crecimiento económico.
“Estas
políticas permiten transformar lo que para muchos es un problema -la
pequeña agricultura- en parte de la solución…”, añade.
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