El papa Francisco asombró al mundo con un mensaje de Navidad, sereno y muy severo, en el que instó a los cardenales a hacerse un “examen de conciencia” ante las 15 enfermedades que padece la Curia Romana, entre ellas la rivalidad, los chismes o incluso el “Alzheimer espiritual”. Señalo fuertes críticas, expresando a los sacerdotes, obispos y cardenales a cargo de la Curia (la administración central de la Iglesia Católica Romana) que para promocionarse se valen de la intrigas y la codicia que los infectó de un “Alzheimer espiritual”.
“La Curia debe mejorarse. Una Curia que no se autocritica, que no se pone al día, que no cura su cuerpo enfermo”. Francisco, el primer pontífice no europeo en los 1.300 años, ha rechazado en varias ceremonias de la administración y ha dejado en claro su determinación, de lograr que las jerarquías de la Iglesia se unan a los 1.200 millones de fieles católicos, quienes en su inmensa mayoría son pobres.
El Papa implementó medidas para reformar a la Curia, históricamente dominada por italianos y cuyas luchas por el poder y filtraciones fueron señaladas como la consecuencia de la decisión de Benedicto XVI el año 2013 de convertirse en el primer Papa en 600 años en renunciar.
Francisco enumeró “las quince enfermedades” de la Curia, un catálogo de fallas y vicios con el fin de sacudir a la maquinaria de la Iglesia. Mencionó “las quince enfermedades” protagonistas de numerosos escándalos, tanto financieros como sexuales, para lograr así que sea “más armoniosa y unida”.
Este escribidor sugiere que la sanación de estas quince enfermedades, señaladas por el Papa Francisco a las autoridades eclesiásticas, debemos hacerla también los ciudadanos que tenemos responsabilidades de gobierno en este planeta para lograr la justicia social para los seres humanos, atraves de un sistema económico socialista.
Germán Saltrón Negretti
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