jueves, 2 de septiembre de 2021

 

"El bañador equivale al velo islámico": el naturismo, una forma de entender la vida.

Naturistas en una playa de Nueva Zelanda - Sputnik Mundo, 1920, 19.08.2021
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La ausencia de traje baño es una de las claves de la corriente naturista. Una ideología que empodera el cuerpo humano y que crece en España. También lo hace el número de establecimientos pensados para sus adeptos.
La cala de Illa Roja se abre al mar Mediterráneo entre acantilados de bermellona piedra. Los pinos que crecen en las escapadas laderas y el rumor de las olas son los acompañantes de este paradisíaco arenal. Un apartado rincón de la costa gironesa conocido por sus aguas cristalinas, pero también por quienes lo frecuentan. Sus visitantes acostumbran a acudir completamente desnudos. Illa Roja es una de las playas de tradición nudista del litoral catalán.
Durante años el bañador fue un complemento casi desconocido en la cala. Sin embargo, el paso del tiempo ha traído un mayor número de bañistas "textiles". La pandemia ha provocado que cada vez más personas aparezcan en esta alejada playa para evitar las aglomeraciones de enclaves tradicionalmente más concurridos.
La apertura de un chiringuito en Illa Roja ha potenciado la llegada de asistentes tapados. Un establecimiento que ha roto con la tranquilidad de este paraje natural. Y es que no solo atrae más público, sino que también impide a los naturistas acceder a sus instalaciones. Para ello, tienen que vestirse. El local dice que tomó esta decisión por higiene. El Club Català de Naturisme denuncia "discriminación". Días después, en las rocas de Illa Roja apareció una pinta en la que se leía "Platja Nudista". El Ayuntamiento de Begur ha multado con 1.420 euros a su autora.
Al otro lado de la costa mediterránea, la crispación también va en aumento. El motivo es el mismo. La playa de Costa Natura, situada en la malagueña Estepona, es una de las playas nudistas más conocidas de Andalucía. A su vera se levanta la urbanización naturista más antigua de España. Desde hace poco tiempo comparte espacio con un chiringuito. Sus hamacas han comido terreno a las toallas. Pero, al igual que en Begur, el negocio playero no permite a los naturistas alquilar tumbonas si se presentan sin ropa. Los usuarios habituales del arenal sienten que se les expulsa del lugar.

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