Efecto dominó: el COVID-19 revienta la cadena productiva global
China está en el ojo del huracán por una reacción en cadena. Tener la doble condición de ser el país de origen del coronavirus, y a su vez, 'el taller del mundo', provocó un frenazo en la cadena de producción global. Haber mantenido cerradas muchas fábricas por tanto tiempo ha causado un corte en la llegada de productos a destino.
Reacción en cadena
La caída en el volumen de producción que se ha localizado a nivel global debido al coronavirus está dejando ver su impacto, que en particular se ve exacerbado debido a la paralización en las fábricas chinas, debido al carácter del gigante asiático de 'fábrica del mundo'.
Un claro ejemplo de los efectos de desabastecimiento, o el pánico de quedarse sin suministros en esta guerra transversal en que se ha convertido el combate al coronavuris, han dejado al descubierto esta situación.
Hay casos paradigmáticos, algunos de ellos dignos de guion cinematográfico de un thriller de acción en plena Guerra Fría. A principios del mes de abril, dos hechos tuvieron a Francia como protagonista, de un lado y del otro de la trinchera: EEUU le robó una partida de mascarillas en plena pista de despegue en China, y a renglón seguido, Francia se quedó con partidas de mascarillas destinadas a España e Italia, aprovechando una escala del reparto en su territorio.
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¿Triunfo de Trump?
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"El coronavirus aceleró los procesos de una crisis mundial que viene gestándose desde 2007-2009 y que encontró respuestas en los cierres comerciales, el proteccionismo de 'America first' en EEUU, pero también del Brexit británico, y muchas tendencias al proteccionismo, al nacionalismo, por eso había quedado China con la bandera de la globalización", apunta el economista.
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