"Peor que los nazis": Ex operador de drones militares de EE.UU. evoca las atrocidades de su trabajo y condena la muerte de Soleimani
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El estadounidense Brandon Bryant cree que "nada ha cambiado" desde que dejó su trabajo en 2011.
Brandon Bryant, exoperador de drones de la Fuerza Aérea de EE.UU., ha vuelto a rechazar los bombardeos con vehículos no tripulados lanzados por las Fuerzas militares estadounidenses, a las que acusa de hacer cosas "peor que los nazis", según lo ha denunciado en una entrevista con el medio británico The Sun.
Bryant, que ahora tiene 34 años, dejó su trabajo en 2011 tras participar durante cinco años en misiones de bombardeo de objetivos en Pakistán, Irak y Afganistán con drones operados por control remoto. El mismo año que abandonó las fuerzas militares, a Bryant se le diagnosticó trastorno por estrés postraumático. En 2013 ya denunció las practicas de EE.UU. ante de un grupo de expertos de Naciones Unidas, e incluso ante el relator especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo.
Ahora el exoperador ha vuelto a expresar su indignación por la operación de EE.UU contra el mayor general Qassem Soleimani, el jefe de la poderosa Fuerza Quds de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, que fue asesinado el pasado 3 de enero en un ataque lanzado por un avión no tripulado que disparó misiles contra su convoy, mientras se desplazaba cerca del aeropuerto de Bagdad.
"Cuando leí por primera vez sobre Soleimani, pensé: 'no puede ser, no podían ser tan estúpidos'", comentó Bryant. "Nada ha cambiado, ellos no escucharon", añadió el exoperador de drones, que calificó el ataque de "orden ilegal". "No hemos aprendido las lecciones del pasado. Todavía estamos haciendo cosas, no como los nazis, sino peor que los nazis, porque deberíamos saberlo mejor", subraya en la entrevista.
Bryant confiesa que la imagen de un niño en su pantalla lo sigue persiguiendo hasta hoy en día. Según explicó, después de lanzar un misil contra un edificio donde se encontraba su objetivo, notó que un niño apareció en la pantalla corriendo hacia la construcción. Se lo dijo a su superior y a otros empleados, pero aseguraron que era un perro y mostraron su indiferencia hacia lo sucedido.
El exoperador de aviones no tripulados ya admitió que vive atormentado por su participación en estos ataques y que siempre recordará como vio desangrarse hasta morir a una de sus primeras víctimas. Al término de su labor, le entregaron una hoja con estadísticas en la que figuraba la cifra de 1.626 personas muertas por estos ataques con drones. Bryant ha pedido disculpas a las familias de las víctimas de los bombardeos aéreos de EE.UU. en los que participó.
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