Tiene patas de pato, cuerpo de castor y se lo considera una combinación entre un ave, un mamífero y un reptil. Aunque desde hace seis años está en la lista de especies casi amenazadas, todo indica que los ornitorrincos se verán aún más en peligro: continúan perdiendo su hábitat, siendo depredados y sufriendo los efectos del cambio climático.
El mamífero más raro que existe, es semiacuático y autóctono del este de Australia y de la isla de Tasmania. Por su extraña anatomía, una leyenda aborigen dice que es producto de la cruza entre una rata de agua y un pato.
Los ornitorrincos tienen pelaje, pico, patas palmeadas y una cola parecida a la de un castor, y ponen huevos. El único otro mamífero que pone huevos es el equidna, también endémico de Australia. Son animales nocturnos, que normalmente se despiertan al atardecer. Son rápidos y buenos nadadores (y difíciles de atrapar). Los machos tienen un espolón en sus patas traseras que libera un veneno que —aunque no es letal para los humanos— causa un dolor que puede llegar a durar meses.
Los ornitorrincos jóvenes viven con sus madres hasta los cuatro meses. Evolucionaron hace 120 millones de años y ofrecen una visión del vínculo entre mamíferos y reptiles: son muy valiosos para la ciencia.
- Su leche contiene una proteína antibacteriana única que podría dar lugar a nuevos antibióticos superresistentes a los insectos, según científicos de la Universidad de Deakin en Australia consultados por The New York Times.
- Su veneno podría ayudar a combatir la diabetes tipo 2; en 2016, los científicos de la Universidad Flinders y la Universidad de Adelaida descubrieron que el veneno de los ornitorrincos contiene una hormona de larga duración que promueve la liberación de insulina.
A pesar de su enorme valor, estos extraños mamíferos continúan siendo depredados y padeciendo con creces las terribles consecuencias del cambio climático, como la sequía y los incontrolables incendios forestales.
© FOTO : PIXABAY/HEIDELBERGERIN
El mes de diciembre de 2019 fue el diciembre más caluroso y seco de que se tenga constancia en Australia; 2019 fue el año más caluroso y seco jamás registrado; a ese panorama se suma que el país ha estado experimentando una grave sequía durante tres años.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur y la Universidad de Melbourne estimó que el cambio climático podría hacer que el número de ornitorrincos disminuyera hasta en un 73% en los próximos 50 años, según el periódico estadounidense.
Los ornitorrincos se encuentran principalmente a lo largo de la costa oriental de Australia, que ha sido la zona más afectada por los incendios.
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