lunes, 10 de febrero de 2020

ECONOMÍA
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El mundo sigue viviendo la crisis que comenzó en 2007, cuando se agotó el modelo económico que estábamos usando, asegura el economista español Santiago Niño Becerra. En su nuevo libro 'El crash. Tercera fase', el catedrático de la Universidad Ramón Llull analiza qué le espera al mundo en los próximos años y cómo será el nuevo modelo.

Un nuevo modelo

De acuerdo con Niño Becerra, la 'tercera fase', que empezó en 2018, representa "el despertar" y es acompañada por una deuda impagable y una guerra comercial.
Por lo tanto, es inevitable la llegada de un nuevo modelo que provoca al principio cierta desconfianza y un cambio en la conceptualización financiera y en la valoración de los recursos. Con el nuevo modelo viene "una crisis de la deuda, una crisis tecnológica y la percepción de que ya no hay vuelta atrás", explica el autor del libro.
Luego, según Niño Becerra, "'la calle' se enterará de lo que significa ese nuevo modelo: desempleo estructural, subempleo, aplicación de la inteligencia artificial, robotización, concentraciones de compañías, delimitación de zonas viables y polarización social", entre otras cosas.
"Pienso que una de las consecuencias del nuevo modelo será la dilución del concepto de Estado que conocemos y que ha estado vigente desde el siglo XIV con escasas variaciones. Pienso que vamos hacia áreas de colaboración  entre países, y no solo a nivel productivo y logístico, sino también monetario", comentó Niño Becerra a Sputnik.

España y América Latina

Según el economista, en ese tipo de escenario "España lo tiene mal".
"No tiene tecnología preponderante, ni grandes compañías de extensión planetaria, ni geográficamente se encuentra integrada en un área con posibilidades, tan solo el País Vasco y la franja de Cataluña hasta el puerto de Sagunto pienso que pueden formar parte de un área europea potente", señaló en declaraciones a la agencia.
Mientras tanto, en Latinoamérica la situación es aún peor, agregó Niño Becerra.
"Salvo excepciones, su economía se basa en la exportación de 'commodities' dependiendo, además de la inversión extranjera y, en concreto, del dólar USA. A eso hay que añadir las históricas pugnas entre países que les ha impedido formar un área de libre cambio para toda la región".

Sistema capitalista

Es lógico que con el cambio de modelo cambie el sistema capitalista, pero no lo hará inmediatamente.
"El sistema capitalista no cambiará de momento porque sus principios conceptuales continuarán siendo los mismos: propiedad privada de los medios de producción, defensa jurídica de la propiedad privada, existencia de trabajo asalariado", pronosticó Niño Becerra.
No obstante, del mismo modo que el capitalismo de 1968 no era igual que el de 1845, el capitalismo del 2030 no será igual que el de 1968, de hecho el de hoy ya no es igual que el de 1968, explicó el economista.
"Continuará la propiedad privada de los medios de producción, pero así como hasta ahora una empresa minera podía adquirir diez camiones, la tendencia está siendo ya que esa empresa pueda disponer de los camiones que necesite, cuando los necesite y por el tiempo que los necesite. Adquirirlos era el 'viejo modelo', pagar por acceder a su uso será el nuevo modelo".
"De todos modos es verdad que el capitalismo acabará muriendo lo mismo que murieron otros sistemas a lo largo de la historia, como el feudal y el mercantilista, y algo estamos viendo ya de eso: antes, hace veinte años, el individuo era lo fundamental, el centro de todo, hoy cada vez más la colaboración incluso entre competidores tiene una mayor importancia, y será creciente. Es un hecho que el capitalismo acabará desapareciendo", concluyó Niño Becerra.

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