El expresidente de Ecuador, concedió una entrevista al diario español El País, en la que no descarta volver a la primera línea “si las circunstancias lo ameritan”.
Las palabras resultan hoy premonitorias. En febrero de 2017, días después de la primera vuelta presidencial en Ecuador, Rafael Correa (Guayaquil, 1963) convocó a la prensa internacional en el Palacio de Carondelet en Quito. El expresidente dijo que estaba de salida tras una década en el poder, a punto de instalarse en Bélgica, pero advirtió: “Si gana la oposición, probablemente tendré que regresar más pronto y estar en el momento histórico que se requiere”. Finalmente, se impuso su candidato, Lenín Moreno. Sin embargo, el que fuera número dos de su Gobierno durante seis años comenzó a distanciarse muy pronto de su proyecto, y traicionó la línea política marcada por la Revolución Ciudadana.
La figura de Correa siempre ha despertado pasiones antitéticas más allá de su posición política, enmarcada en el socialismo del siglo XXI, pero ayuda a entender el pasado reciente del país. El expresidente busca promover una lista para los próximos comicios y abre la puerta a regresar en un futuro, quizá como asambleísta, incluso como vicepresidente.
—Hemos tenido que afrontar un proceso electoral en las peores condiciones. A nosotros nos robaron el partido Alianza País que yo fundé, con el cual ganamos todo desde 2006, 14 procesos electorales en los diez años de mi Gobierno. Y no nos permitieron inscribir a Revolución Ciudadana, sabiendo que somos la mayor fuerza política. Muchos de nuestros dirigentes se fueron a movimientos afines. Y recién hace dos meses pudimos llegar a un acuerdo con un partido que existía, la lista 5 [Fuerza Compromiso Social], para que nos permitieran participar. En estas condiciones hemos participado. Y pese a eso el gran triunfo el domingo ha sido para nosotros. En nuestro peor momento ganamos dos de las tres provincias más pobladas, casi ganamos la alcaldía de Quito, ganamos 9 de 21 concejales. En total en el país tenemos cerca de 60 concejalías. El apoyo es enorme.
Correa se pregunta, de forma retórica, por qué no le dejan regresar al país. “Porque saben que con mi presencia allá ganamos. No me dejan regresar porque saben que, si pudiera ser candidato para presidente, me inhabilitaron, les gano de nuevo en una sola vuelta. Cuando vienen las votaciones les demostramos que siempre estuvo la gran mayoría con nosotros. Es un gran aliciente, una gratitud enorme, pero no hay motivo para estar más contento porque la destrucción del país continúa”.
Pregunta. Ante el panorama que dibuja, es evidente que van a tratar de seguir con vistas a las próximas presidenciales. ¿Cómo? Usted tiene varias causas abiertas…
Respuesta. Permítame una acotación. Cuando vine acá a residir, primero lo anuncié hace tres o cuatro años. Segundo, vine sin ningún problema, con el 70% de apoyo popular. Después de que en octubre de 2017 en Perú Moreno dice que me quiere ver preso, empiezan a lloverme procesos criminales por cosas increíbles, por mal uso del avión presidencial, por haber ido a traer el presidente de Surinam para una cumbre de la Celag, culpan al presidente y juicio penal. En esas, tengo 23. Como no les alcanzó la corrupción, empezaron con represión, que he mandado a asesinar, mandado a secuestrar, traer testigos falsos y una serie de barbaridades. Entonces, ¿por qué no regresa a dar la cara? Yo estoy dando la cara a la justicia. Estamos dando la cara ante la justicia internacional. Y verá a quién le da razón esa justicia como ya nos la ha dado. Interpol negó la alerta roja diciendo que atenta contra los derechos humanos. Bélgica no le ha hecho el menor caso. Y estamos ante el Comité de Naciones Unidas de Derechos Humanos. Estamos dando la cara a la justicia internacional, porque en el Ecuador hace rato se acabó la justicia. Yo sigo con mi vida cotidiana donde estaba residiendo.
P. ¿Y cómo piensan hacerlo?
R. Uno de los objetivos del domingo era mantener el registro de la lista 5. Lista 5 estaba en el borde de la eliminación, porque para mantenerse en el registro hay que sacar al menos el 4% de la votación nacional, y por supuesto hemos superado con creces eso. Al tener una organización nacional podemos participar en elecciones nacionales y esas se pueden dar de un momento a otro. El Gobierno no va a terminar.El Gobierno se está cayendo a pedazos. Lo sostiene la prensa. No solo, hay causales constitucionales para el revocatorio de mandato por el engaño de Moreno, al que el pueblo ecuatoriano votó por un proyecto político, lo tiró al tacho de la basura y aplicó exactamente lo contrario. Pero no todo traidor es corrupto, no todo canalla es deshonesto, pero hace dos meses saltó un caso de corrupción impresionante. Hay pruebas contundentes.
El expresidente enseña el número de una cuenta bancaria. “Cuenta offshore secreta de la familia presidencial 100-4-1071378 del Balboa Bank de Panamá que pertenece a INA Investment CORP. ¿Qué es INA Investment Corp? La compañía que creó en Belice, paraíso fiscal, el hermano de Moreno en 2012 y que se llama como sus hijas, Cristina, Irina, Karina. De aquí han salido los fondos para comprar apartamentos en Alicante, muebles antiguos, alfombras para cuando vivía en Ginebra, vajillas de lujo, carteras de lujo para su cuñada, transferencias en efectivo, tiquetes aéreos. Pero además no solo es importante a dónde fue la plata. ¿De dónde vino? Cuando se abre esta cuenta se dan cuenta de que vino de las comisiones que Sinohydro le daba a un amigo íntimo de Moreno. Corrupción pura y simple y lavado de dinero. No se va a salvar. La cuenta la bloquearon la semana pasada y hoy día se ha aprobado una comisión en la Asamblea. No lo va a resistir Moreno. Y va a irse preso”.
Según su lectura, esta situación puede abocar a elecciones anticipadas. “Yo pienso que en el corto plazo es muy probable el escenario de tener elecciones nacionales ejecutivas y legislativas. Tenemos una organización política para participar y eso cambiará radicalmente la relación de fuerzas en la política en Ecuador y ya verá cómo se solucionan los problemas legales, porque no son problemas legales. Son problemas políticos. Lamentablemente, a eso nos volvieron a América Latina. No solo a Ecuador. Brasil lo mismo, Argentina lo mismo etcétera”.
P. Lenín Moreno fue su vicepresidente y su candidato en 2017. Usted tenía confianza en él y ahora le acusa de corrupción.
R. Por supuesto, porque, si no, no hubiera sido vicepresidente y no lo hubiera apoyado como candidato. La traición es tan vieja como la humanidad. Esto demuestra lo que ha podido hacer Moreno hasta ahora, perseguir, romper la Constitución. Todo lo ha podido hacer con la complicidad de la prensa. Es la mayor traición de la historia ecuatoriana, no solo de sus compañeros , sino del pueblo ecuatoriano que votó por otra cosa. Por ejemplo, según él todo ha sido corrupción en el anterior Gobierno. Él fue diez años parte del anterior Gobierno, seis años como vicepresidente. ¿No se dio cuenta? Ha sido una traición muy profunda, que vino desde antes, ya está claro eso. El 3 de mayo de 2017 ya se reunía con Paul Manafort, que está preso en EE UU, para tratar de venderle las empresas públicas a los chinos mediante la intermediación de Manafort y para ofrecerle entregar a Assange a EE UU con tal de que aliviaran la deuda. ¿Qué queremos hacer? Cuando te traicionan, la culpa no es del traicionado, la culpa es del traidor. Me pueden acusar de ingenuo, lo acepto, pero sepamos poner la responsabilidad en su debido lugar.
P. Pero usted era el máximo responsable de lo que sucedía en el Gobierno y un presidente siempre tiene una responsabilidad de carácter político.
R. Yo soy presidente, no parapsicólogo. No sé de dónde vendrá la responsabilidad. Claro, si yo soy responsable de la seguridad del país y asesinan a un ciudadano en la esquina del palacio de Gobierno, soy responsable porque soy el encargado de la seguridad del país. Lo que no soy es culpable. Y si soy responsable de haber apoyado a este señor, que resultó un traidor, y un inepto. Bueno, tengo una responsabilidad política, pero no es que sea culpable de esto. Los traicionados no somos responsables de la traición.
P. Ha mencionado a la prensa en varias ocasiones. Cuando fue presidente tuvo una relación más que tirante con la mayoría de los medios de comunicación en Ecuador. Recordamos también lassabatinas, los programas desde los que fiscalizaba el trabajo de los medios. La sensación es que esa confrontación tenía un fin estratégico. Trató de colocar a la prensa en el bando de los poderes fácticos y eso le trajo un beneficio ante la opinión pública, por lo menos entre su electorado.
R. Está equivocado. La lucha contra la prensa es la lucha que más disenso ocasionaba. En América Latina la prensa ha sido la gran defensora de las dictaduras. En el año 64 O Globoaplaudió la dictadura en Brasil, en el 73 El Mercurio apoyó totalmente el golpe de Estado. El Comercio en Perú, por eso Vargas Llosa se peleó con El Comercio, porque apoyaba a Fujimori. Entonces, no nos engañemos. Esto no es estrategia política. Al contrario, es un enemigo poderosísimo la prensa, pero es ineludible si se quieren cambiar las cosas realmente. Mencionó que mantenía una mala relación con la prensa. Hay 800 radios en Ecuador y las radios pequeñas nos adoraban. Otra cosa son las grandes corporaciones mediáticas que pertenecen a la burguesía. Dijo también que fiscalizaba a la prensa. Probablemente, sí. ¿Cuál es el problema? O sea, ustedes se dieron la misión de fiscalizar al poder político. ¿Por qué el poder político no puede fiscalizar al poder mediático? Esa es una discusión que tenemos que tener a nivel planetario. Las democracias se han convertido en democracias mediatizadas. Es un poder sin contrapoder. Yo conozco la realidad de Europa, la realidad de EE UU, y es otra cosa. Hay problemas, pero es diferente. En Ecuador, en Latinoamérica son actores políticos.
P. Pero concederá que es, por lo menos, controvertido este planteamiento y sobre todo el hecho de que su Gobierno sancionara a determinados medios.
R. ¿Por qué? Si tú demandas en EE UU o en Europa a un medio que mintió y le ganas una demanda multimillonaria es normal. Porque ustedes tienen derecho a hacer eso ¿y en Ecuador no se tiene derecho? Además, cuidado. Allí hay unas grandes exageraciones. El otro día un periodista me preguntaba… ¿y todos los periodistas presos? Qué periodistas presos. Es otra cosa que no se dice. Cuando yo llegué al Gobierno había una ley de medios audiovisuales de la época de la dictadura con un consejo con mayoría de Gobierno que podía suspender a los medios de comunicación. Luego hicimos una ley mucho más moderna diciendo no, no se puede suspender a ningún medio, pero sí poner penas pecuniarias, y penas de 800 dólares para un periódico que vale 50 millones de dólares. Modernizamos todo eso, pero hicieron creer que por primera vez tenía una regulación.
P. ¿Cuán viable es que en el futuro Rafael Correa vuelva a concurrir en unas elecciones?
R. Bueno yo estoy inhabilitado para la elección presidencial. Creo en la reelección indefinida. Cuando nosotros hicimos la reforma para la reelección indefinida, pedí expresamente que prohibieran que me pudiera presentar para que no hubiera conflicto de intereses. De todos modos, eliminaron la reforma. Por eso no me puedo presentar. El plan era venirme muchos años a Bélgica, disfrutar de mi familia, escribir, volver a la academia, pero nunca esperé que pasara lo que pasó en Ecuador. Entonces, si las circunstancias ameritan, lo que le decía, que vienen elecciones nacionales y yo me presente a la Asamblea o como vicepresidente, que ganemos la elección Dios mediante, y de ahí hay una Asamblea Constituyente, tendré que hacerlo.
P. ¿Y van a abrir un proceso para que haya una figura que opte a la presidencia?
R. Hay prospectos. Tenemos muchos cuadros y en su momento si se presenta la ocasión, decidiremos en ese momento quién nos pueda representar.
La conversación con Correa termina con algunas valoraciones sobre Venezuela y la grave crisis que sufre el país. El político ecuatoriano estableció una alianza con Hugo Chávez y ahora apoya al régimen de Nicolás Maduro. Admite los problemas económicos , pero los achaca sobre todo a las sanciones de Estados Unidos. Recela de una negociación porque en su opinión sentaría un precedente peligroso. Quiere centrarse en Ecuador. “Tengo mucha gratitud para mi pueblo, pero no puedo estar contento”.
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