lunes, 28 de enero de 2019

¿HASTA CUANDO LOS PRECIOS FUERA DE CONTROL?

¿Hasta cuando los precios fuera de control golpean al pueblo?

Hasta cuando seguimos sin una política económica para la coyuntura mientras se deja al pueblo a merced de los empresarios golpistas. En la calle la gente sigue hablando de la falta de gobierno y esto crea graves sentimientos de frustración, que pueden convertirse en tendencias a la desmoralización ¿por qué hubo gente que por descontento marchó cuestionando al gobierno? Si esto no se para ahora, mañana puede ser tarde. He sido y soy solidario con el presidente Maduro. Volveré a opinar dando opiniones constructivas. El presidente ha privilegiado lo social y eso es un mérito. Pero lo social y lo económico son interdependientes y los articula la política
La solución es integral, no sólo en el largo plazo, sino en cada coyuntura. El aspecto que define a esta guerra en su fase actual es lo económico. Ello no significa que se descuiden los aspectos sociales y mucho menos lo político. Es necesario ver la totalidad y comprender que el todo está en la parte y la parte está en el todo. Los neoliberales han dicho y todavía dicen, que la mejor política social es una buena política económica. Para ellos el mercado es el articulador de todas las relaciones y en última instancia, la totalidad es el capital y la regla de oro es la maximización de los beneficios en un proceso de acumulación a escala mundial.
 Un mundo dominado por un superpoder enemigo de los Estados soberanos.
Un mundo dominado por un superpoder, enemigo de los Estados soberanos y sobre todo de los procesos de desarrollo de la soberanía solidaria, que no se fortalece a través del individualismo, el egoísmo y el miedo, sino mediante el reconocimiento del otro, no como competidor, sino a través de la interdependencia, la solidaridad y el amor. Ese poder, que se mueve agrietado por profundas contradicciones, tiene sus soportes en la articulación del poder financiero, el poder militar y el poder de las mafias de narcotraficantes. Un poder que cada vez más depende de la violencia y de la guerra para mantenerse, cuya conformación amenaza, permanentemente a la humanidad, la naturaleza y el planeta todo.
Sólo una política elaborada desde la visión de totalidad puede tomar en cuenta todos los aspectos y apreciar correctamente quién es el enemigo principal. Estratégicamente el enemigo principal es ese poder mundial que acabamos de caracterizar. En la situation de guerra económica que vivimos hoy, ese enemigo está representado, en Venezuela, por los empresarios transnacionales, como Polar, representantes del capital mundial enemigo de los estados soberanos. Como tales, dichos empresarios son enemigos de la libre determinación de los pueblos, de la no intervención en los asuntos internos de cada país, de la soberanía nacional, y demás principios que protegen a los Estados nacionales.
Por eso, donde los representantes de ese capital son gobierno, son enemigos de los procesos de integración solidaria, por tanto, de Unasur, de la Celac, Petrocaribe… y todo el entramado solidario que el presidente Chávez fue construyendo en nuestra región. Ellos prefieren ser miembros de la OEA, el ministerio de colonias de EEUU y convertirse en asesinos de sus hermanos de la región latinocaribeña. Entonces, no se puede seguir negociando con los representantes de ese capital mundial, que como tales lo que quieren es derrocar al gobierno venezolano.
Negociar con ese capital conduce a que la política de precios sea determinada por los enemigos del pueblo venezolano. Creo que por esa razón el pueblo, en materia de precios, ha quedado desprotegido y a merced de sus victimarios. El presidente Maduro ha tratado de equilibrarlo con una amplia política social, que es anulada por la guerra económica impulsada, entre otros, por la Polar.
La política para enfrentar la guerra económica tiene que partir de una adecuada caracterización del enemigo principal. No basta con enfrentar a Trump, a los gánsteres del grupo de Lima, etc., si en el interior de la sociedad venezolana negociamos con los capitalistas transnacionales, los que se han enriquecido atracando al Estado y al Pueblo venezolanos, constituyendo mediante ese atraco cuentas mil billonarias en los grandes bancos del mundo. La estrategia transnacional, encabezada por Polar, diariamente va asesinando la conciencia popular. El gobierno se muestra impotente.
Se contrabandea hacia Colombia, se acapara y esconden productos, se incrementa la escasez inducida, la inflación hace estragos en el bolsillo, el estómago y la conciencia de la población. Lamentablemente, ni desde la presidencia de la República, ni desde la ANC, ni desde órgano oficial alguno, hay medidas concretas que ofrezcan perspectivas de solución. ¿Por qué?
La preocupación por el pueblo conduce al presidente a entregar diversos bonos que tratan de compensar los efectos de la inflación sobre el salario. Pero los grandes empresarios tienen eso calculado y antes de que el bono sea entregado ya han subido los precios. Luego, los precios se mueven todos los días cosa que los bonos no hacen ni podrán hacer. Algunos escritores anuncian una carta guardada que tiene el presidente. Esa carta no aparece. La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, anuncia unas medidas sorpresa. Ojalá esa sorpresa se materialice. Mientras, sólo tiene efectos políticos adversos.
Caracterizar correctamente quién es el enemigo principal, permite aproximarse a la configuración del bloque de fuerzas antiimperialistas, que marchan rumbo al socialismo
Sin duda el socialismo es un proceso que se va realizando día a día, pero durará un buen tiempo e irán participando en él diversos sectores de la sociedad, que se enfrentarán al imperialismo sin dejar de ser capitalistas. Es una transición compleja.
El capitalismo seguirá existiendo, pero no tiene otra opción que ser antimperialista y defensor de la soberanía nacional, si es que quiere una patria independiente y próspera. Debemos aislar al capital transnacional y fortaleciendo la producción y la vida comunal.
Si no le arrebatamos al capital transnacional el control de importantes sectores de la economía como la banca, el comercio importador, servicios estratégicos como la electricidad, influencia en la dirección de las empresas básicas, particularmente en la industria petrolera y la minería. El camino hacia el socialismo puede irse pervirtiendo.
Esto no significa que no se puedan establecer empresas mixtas con reglas de juego bien claras, preservando los intereses nacionales y el rumbo estratégico. Como no discutimos estos temas, como en torno a ellos hay un tremendo vacío teórico y político, se deja, de hecho, la política de precios en manos de Polar y otras transnacionales mimetizadas a través del mercado y diversas cuotas de poder, que la quinta columna corrupta les facilita.
Creo que preservando y fortaleciendo el camino comunal, el poder popular, el papel protagónico de los trabajadores, manteniendo una alianza preferente con los empresarios consecuentemente antiimperialistas, se puede tener flexibilidades que no atenten contra el rumbo hacia el socialismo.
No creo haber dejado claro, ni conceptualmente ni políticamente, un programa, una estrategia de lucha y la base clasista del proyecto revolucionario. Lo que he querido es plantear temas y problemas que están detrás de la discusión sobre los precios y los bonos para defender los ingresos de los trabajadores y trabajadoras.
Quizás con más claridad teórica y política se pueda negociar con mayor propiedad con las distintas clases sociales que conviven en la sociedad venezolana. Si no, podríamos estar traicionando al pueblo sin ni siquiera saberlo. Podríamos detectar con más precisión qué se puede negociar y qué no. Hasta dónde podemos negociar, con quién, etc. Hacerlo sin temor y sin prejuicios.
Los responsables de esas negociaciones deben ser citados urgentemente a rendir cuentas por la ANC. Es deber de la ANC proteger al pueblo. Además, ya el presidente Maduro lo señaló en su discurso del 10-01 ante la ANC. Es decir, que también hay una petición del Presidente Maduro. 

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