Por: Iván Oliver Rugeles
Piñera pretende huir hacia adelante con sus ataques a Venezuela…
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, arremetió en su discurso ante la ONU en contra del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros como nunca antes lo había hecho, llamándolo no menos que un atroz dictador que no “respeta ninguno de los principios democráticos ni libertades” e insistió en “que el país caribeño atraviesa una crisis política, económica, social y humanitaria”, la cual, señaló, que el dictador Maduro, como lo calificó, se niega a reconocer, agregando, además , que muchos venezolanos “están perdiendo literalmente sus vidas por falta de alimentos y medicamentos”, para añadir que miles de ellos han sido enviados a las cárceles del régimen por ser opositores, para reiterar que su gobierno ha sido y es un contumaz violador de los derechos humanos…
La agresiva fogosidad de sus palabras hace más que evidente que Piñera lo que intentó allí no ha sido otra cosa que huir hacia adelante ante los graves señalamientos que le ha hecho el Gobierno de Maduro de que su gobierno o al menos funcionarios diplomáticos de su país acreditados en Caracas, están implicados en el fallido plan magnicida que fue ejecutado el pasado 4 de agosto, con ocasión de un desfile militar para festejar un aniversario más de la Guardia Nacional Bolivariana, para acabar con su vida, con la vida de todos los integrantes de los altos mandos políticos y militares de su gobierno, que se encontraban en el festejo, junto a numerosos invitados especiales, entre los cuales es importante resaltarlo, había allí embajadores y otros diplomáticos de países amigos, mediante el uso de una potente carga explosiva de C4 mediante el uso de Drones…
Las delaciones de los terroristas detenidos hasta la fecha, que ya van veintiocho, comprometen a ese país austral, sin la menor duda y por ello consideramos muy acertado que el Presidente Maduro en su alocución en el mismo Foro de la ONU, solicitara la designación por parte del Organismo de una Comisión Especial Internacional para que se adelante una investigación independiente que permita esclarecer la verdad acerca de ese criminal atentado que a Dios gracias, resultó fallido, solicitud esa que se condice con el Comunicado del Gobierno de los Estados Unidos del 17 de agosto pasado, en el que textualmente leemos: “Nos unimos a la comunidad internacional en el llamado a una comisión independiente de expertos que investigue el incidente del 4 de agosto” y, por supuesto, como parte de la obsesión contra nuestro país, no podía faltar en ese comunicado que Washington se refiriera al intento de magnicidio como un simple hecho de “violencia política” que lo condena y le exige al “régimen” de Maduro a “respetar el imperio de la ley, ejercer moderación y salvaguardar la presunción de inocencia para todos los acusados” del ataque.”
Según las declaraciones de los terroristas detenidos, en los planes contemplados para huir del lugar, una vez ejecutadas las acciones de la voladura del Dron en la tarima colocada para ese festejo, ocupaba por el Presidente, las cabezas del resto de los Poderes del Estado y como ya agregamos, sus ministros, el alto mando militar, el cuerpo diplomático y demás invitados especiales, para garantizar que no fuesen descubiertos por los cuerpos policiales, ya tenían confirmada su protección en la embajada de Chile, a través de uno de sus funcionarios que, por las precisiones que hicieron en sus confesiones, vive en la urbanización la Lagunita Country Club del este de Caracas…
Desde nuestra óptica consideramos que ha sido un grave error del Gobierno chileno, en caso de que, efectivamente, como lo ha dicho el canciller de ese país, que su Gobierno nada tiene que ver con ese atentando, no haber tomado la lógica y racional postura de ofrecer su mayor cooperación a nuestro Gobierno para investigar lo sucedido a partir de esos señalamientos que comprometen a su país en tan gravísimo atentado terrorista…
Nos queda claro, eso sí, que a partir de ese rumbo que decidió transitar el Gobierno de Chile, de evadir sus responsabilidades en un acto propio de gobiernos dictatoriales como lo fue el de Pinochet, que inauguró en nuestra tierra Suramérica los asesinatos exprés de sus connacionales comunistas, socialistas y de otras tendencias políticas que lo adversaban y que habían tenido que abandonar el país y residenciarse en el extranjero, como sucedió con el General Carlos Pratts, ex comandante del ejército en el gobierno de Allende y de su ex canciller, Orlando Letellier, los cuales fueron asesinados brutalmente con explosivos C4 colocados en sus respectivos automóviles, el primero, en Washington en 1976 y el segundo, en Buenos Aires, en 1974, pronosticamos, si más, que las relaciones entre Venezuela y Chile terminarán en un rompimiento ineludible, pues nuestras autoridades policiales y judiciales no descansarán hasta develar lo más intrincado de esa siniestra trama terrorista que llevó adelante ese plan magnicida y que de haber tenido éxito, los muertos y heridos los habríamos contado por cientos y nuestra Patria habría quedado convertida en un campo de horror por la violencia incontenida de un pueblo que tiene historia de luchas y sacrificios heroicos por la conquista de sus libertades, panorama ese perfecto para justificar la tan ansiada ayuda humanitaria de la que ha venido soñando el Comando Sur y sus títeres de la OEA, con Almagro a la cabeza, junto a los once perritos falderos de Washington, con Colombia, Chile y Argentina en primera fila…
A los amigos lectores aquí les dejamos los vídeos que recogen de viva voz la confesión de dos de los terroristas detenidos por el magnicidio fallido: https://www.laprensalara.com.
De la libre confesión de esos dos implicados, podrán advertir allí que el sujeto conocido con el “alias” de Morfeo, suministra muchos detalles de su participación en el plan criminal, lo que invariablemente conducen a la conclusión demasiado obvia de que, efectivamente, funcionarios de la embajada chilena debían cumplir en el mismo el papel de cooperantes para proteger y ayudar a los terroristas a huir del lugar del atentado, con el fin de impedir que fuesen capturados por la policía venezolana, pero ocurre que esa fase de protección a los terroristas no ocurre, dado que el plan se frustró y obviamente, los responsables de la embajada chilena al día siguiente 5 de agosto le “sacaron el bulto” a su compromiso por esa misma causa, como se lo escucharán al propio “Morfeo” en el vídeo, cuando relata en su confesión que encontró cerrado el lugar fijado para su protección y cuando fue, entonces, a la Lagunita Country Club a buscar en su casa al diplomático chileno, siguiendo las instrucciones que recibió vía telefónica de sus compinches, el guardia de seguridad le informó que no se encontraba, que estaba enfermo y que por ello había viajado al exterior, lo cual configura una coartada que había que “fabricar de urgencia”, para dejar “pruebas” de que jamás la Embajada chilena tuvo trato alguno con los terroristas del atentado, y si a eso le agregamos que la otra opción de encontrar refugio en una iglesia católica que él la identifica plenamente, le falló, pues tampoco estaban allí los curas que debían recibirlo, es otra evidencia más de que al fulano Morfeo había que desconocerlo, dejarlo solo y quizás hasta planeaban asesinarlo, como parece ser que hasta allá apuntan las resultas de las pesquisas que han venido adelantando las autoridades…
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