Compilador
Germán Saltron Negretti.
El
clima extremo dejó su marca por todo el planeta en 2016, el año más caliente
del que se tenga registro. El récord de calor horneó Asia y el Ártico. Las
sequías azotaron Brasil y el sur de África. La Gran Barrera de Coral sufrió el
peor blanqueamiento que se recuerde, lo cual provocó la muerte de una gran
franja de coral. En la actualidad, los climatólogos están comenzando a entender
cuáles de las calamidades del año pasado se pueden o no se pueden relacionar
con el calentamiento global.
En
una nueva serie de trabajos que se publicaron recientemente en Boletín of the
American Meteorological Society, investigadores de todo el mundo analizaron
veintisiete eventos climáticos extremos de 2016 y encontraron que el cambio
climático que ha provocado el hombre era un “motor significativo” en veintiuno
de ellos. El esfuerzo es parte del creciente campo de la atribución del cambio
climático, el cual explora las conexiones que hay entre el calentamiento y los
eventos del clima que ya han tenido lugar.
Para
juzgar si el calentamiento global aumentó la probabilidad de que ocurriera un
evento climático extremo, los científicos suelen comparar datos del mundo real
—de momentos en los que el aumento de los gases de efecto invernadero calentó
el planeta durante el siglo pasado— con un mundo contrafactual modelado en el
que no hay esas emisiones crecientes. Esta técnica ha ganado una aceptación
generalizada entre los climatólogos en la última década.
Los científicos atribuyen principalmente al
calentamiento global: Temperaturas récord en el planeta. Dos estudios
concluyeron que las temperaturas inusualmente elevadas en Asia y el Ártico en
2016 “no habrían sido posibles sin el cambio climático que causó el hombre”.
Este tipo de aseveraciones son particulares: lo que suele suceder es que los
científicos solo llegan a decir que el calentamiento global propició la
ocurrencia de un evento climático extremo. En estos casos, fueron más allá al
encontrar que este calor extremo no habría podido pasar en un mundo sin
emisiones en aumento.
El
calentamiento inusual de las aguas en el Pacífico ha provocado que se blanquee
la Gran Barrera de Coral, un fenómeno en el que el coral expulsa algas vitales de
su tejido y toma un espectral aspecto blanco. Si persisten las temperaturas
calientes del agua, muchos corales se pueden extinguir, lo cual tendría
terribles consecuencias para los ecosistemas marinos que dependen de ellos.
Sequía en África. En los primeros meses de 2016, sequías intensas y olas de
calor azotaron la mayor parte del sur de África y ocasionaron escasez de comida
y agua a nivel local que afectó a millones de personas.
Incendios
en EE.UU y Canadá en mayo de 2016. La “mancha” cálida en el océano Pacífico. En
los últimos años, ha aparecido una gran masa de agua caliente inusual en las
costas de Alaska, a la cual se le conoce popularmente como “la mancha”. Estas
aguas cálidas han permitido que prolifere un alga tóxica en toda la región, la
cual ha provocado la muerte de miles de aves marinas y ha forzado el cierre de
pescaderías locales.
Un
nuevo estudio que encabezó John E. Walsh de la Universidad de Alaska mencionó
que la mancha “no tenía precedentes” y argumentó que “no se podía explicar salvo
por el calentamiento climático antropogénico”, aunque los factores naturales
como El Niño y la variabilidad atmosférica también tuvieron un papel
importante. El estudio también concluyó que era probable que se presentaran más
de ese tipo de manchas si aumenta el calentamiento, lo cual “tendrá como
resultado un cambio profundo en la gente, los sistemas y las especies”. Sin
embargo, la atribución climática sigue siendo compleja
La
atribución climática es más sencilla en algunos eventos climáticos que en otros.
Lo más fácil es relacionar las temperaturas récord con el cambio climático. No
obstante, puede ser más difícil ligar las sequías con tendencias de
calentamiento puesto que reciben la influencia de una interacción compleja de
temperatura, precipitación y humedad del suelo. En el caso de los huracanes es
aún más complicado debido a que suceden pocas veces. Con todo, en general, la
ciencia de la atribución ha mejorado de forma significativa desde que hace seis
años Bulletin of the American Meteorological Society comenzó a publicar sus
investigaciones anuales sobre eventos climáticos extremos, mencionó Heidi
Cullen, directora científica de Climate Central, una organización noticiosa que
se enfoca en climatología.
“En
2011, la gente seguía pensando que no se podía atribuir cualquier evento
individual al cambio climático”, señaló Cullen. “Pero con cada suceso
subsecuente, la gente puede asegurar que el cambio climático en realidad está
aumentando el riesgo” de ciertos eventos extremos. Sin embargo, lo importante
es que la revista no pretende demostrar de forma explícita la relación entre
los eventos climáticos extremos específicos y el calentamiento global. En
cambio, los editores aceptan las propuestas para investigar ciertos eventos
climáticos antes de que se conozcan los resultados, con el fin de minimizar las
preferencias editoriales.
En
algunos casos, los científicos descartaron o no pudieron encontrar que el
cambio climático tuviera un papel significativo, con el argumento correcto de
que un evento climático extremo determinado podría haber ocurrido en un mundo
sin calentamiento global. Así ocurrió en el caso de la sequía brutal de Brasil,
la cual tuvo una enorme influencia de El Niño y de una inmensa tormenta de
nieve en la mitad del Atlántico por Estados Unidos.
“Hubo
unos pocos eventos el año pasado con una magnitud de modo que se determinó que
no habrían podido ocurrir en el clima de hace unos cientos de años atrás”,
comentó Martin P. Hoerling, un meteorólogo de la NOAA que editó la
recopilación. Sin embargo, agregó que “no se puede demostrar que todo es más
grave debido al cambio climático”. En el futuro, los científicos esperan
refinar y estandarizar sus métodos de atribución, para que las comunidades
afectadas por tormentas, incendios forestales u otros eventos extremos puedan
aprender mucho más rápido cómo ese evento pudo estar influenciado por el
calentamiento global y tomar acciones para adaptarse. (Crédito de The New York Times) Diciembre 2017.
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