Exclusiva de RT: Habla el colombiano acusado de difamar al Ejército ruso.
Alberto Enrique Giraldo Saray, un colombiano detenido anteriormente en Moscú, fue acusado este lunes de difundir información falsa sobre las Fuerzas Armadas de Rusia a cambio de dinero, declaró el Comité de Investigación del país. De esta manera, se convirtió en el primer extranjero en ser acusado por las autoridades rusas de difamar al Ejército ruso.
"Se le acusa de difundir información deliberadamente falsa sobre las acciones de las Fuerzas Armadas de Rusia en el marco de la operación especial militar en Ucrania. Según los datos de la investigación, él junto a sus cómplices, organizó un envío masivo de mensajes no confiables bajo instrucciones desde el extranjero y a cambio de una recompensa financiera", declaró Svetlana Petrenko, jefa de prensa del organismo.
Giraldo Saray, que tiene ciudadanía rusa y también un visado abierto estadounidense, fue detenido en su domicilio el 9 de abril, después de que se vigilaran estrechamente sus actividades. Durante el registro fueron encontrados numerosos celulares. Según la investigación, fue responsable de la preparación técnica y posterior colocación encubierta de dispositivos móviles en uno de los centros comerciales de Moscú. Se utilizaron para enviar mensajes a distancia deliberadamente falsos sobre las acciones de los militares rusos en Ucrania, incluida la supuesta matanza de civiles.
"Me dicen que es para colaborar con la libertad de prensa, para la democracia"
El equipo de RT tuvo la oportunidad de hablar en exclusiva con Alberto y conocer su versión de la historia.
Reveló que todo comenzó a finales del 2019, con un mensaje de un conocido, que después utilizaba el seudónimo de 'Madrid'. Le ofreció dinero extra a Alberto, o 'Berlín', como le apodaban en los chats. Giraldo Saray explicó que lo necesitaba, ya que su negocio turístico empezaba a sentir los primeros efectos de la pandemia.
"Después llega la orden de que vamos a hacer un chat en el programa Signal para que no pudiera ser interceptado, para que no lo leyeran otras personas. En ese momento entiendo que era para que los órganos de control no tuvieran acceso. Después entra esa persona con el seudónimo de 'Bill Brice' y empieza a coordinar toda la operación", recuerda.
El acusado contó que los operadores eran ciertas personas que a través de 'Bill Brice' daban las órdenes de cuándo apagar y encender los dispositivos. Así se empezó a formar una jerarquía, que eran los que controlaban.
En el marco de su labor, Alberto debía comprar los celulares, seguir las instrucciones para instalar las aplicaciones de control remoto, así como encender los teléfonos en el momento exacto y dejarlos en lugares públicos, como este centro comercial, para que la señal se mezclara con otros usuarios y no llamara la atención.
"Mi función era prender [encender], apagar, dejar y alejarme. Por eso nunca estaba al tanto. Cuando yo pregunto de qué se trata y para quién es, me dicen que es para colaborar con la libertad de prensa, para la democracia. Que periodistas jóvenes que no tienen voz todavía, que no pueden expresarse para noticias en realidad", asegura.
Vínculos con la USAID
Cabe destacar que, según los resultados de la investigación, al otro lado de la comunicación estaban los miembros de Digital Humanity, una organización sin fines de lucro, que tiene vínculos con la USAID, institución del Departamento de Estado estadounidense. La USAID, conocida en el mundo por promover intereses de EE.UU. entre los sectores sociales e influir en la opinión pública, cerró sus actividades en Rusia en el 2012, después de que las autoridades del país la acusaran de actividad destructiva que amenaza la seguridad nacional.
Alberto también reveló que no sabía el contenido de los mensajes: solo pudo ver parte de ellos cuando llegaban notificaciones, ya que el sistema no permite interactuar con el celular, por lo que no podía ampliar las notificaciones para ver los detalles.
"Yo veo que llegan muchas notificaciones, trozos de mensajes de texto con discusiones del tipo 'tus comandantes te engañan', 'esto que estás haciendo no es correcto', 'ellos están bien y tú estás mal'. Pero en ese momento no le di la suficiente importancia y no lo asocie con la operación que ha comenzado por parte de las Fuerzas Armadas de Rusia", afirmó.
Posteriormente, los investigadores han descubierto miles de mensajes que buscaban convencer a los ciudadanos de oponerse a la operación militar o sembraban miedo con información falsa.
Además, tras completar su misión, Alberto fue instado a destruir los teléfonos, pero no se lo tomó en serio. "La tarea era destruirlos, destruirlos de que no quedara nada en el teléfono", dijo, señalando que muchos de los aparatos que le ordenaron comprar, no fueron destruidos, sino enviados para su reventa en el mercado a través de 'Madrid'. "Porque en ese momento no le dábamos tanta importancia a la destrucción del material, hoy en día la evidencia. Pero sí había que destruir los teléfonos y enviar la fotografía de que los teléfonos fueron destruidos", concluyó.
Imitar la injerencia de Rusia en las elecciones de 2020 en EE.UU.
Cabe destacar que después de que los aparatos fueran confiscados y examinados, el peritaje de los números técnicos permitió establecer vínculos con cuentas en las redes sociales y correos electrónicos.
El Comité de Investigación informó que se pudo determinar que "el mismo grupo criminal usó un esquema parecido con dispositivos móviles y tarjetas SIM de operadores de comunicaciones rusos con el objetivo de comprometer los comicios presidenciales en EE.UU. en el 2020 e imitar la injerencia de Rusia en esa campaña electoral". La portavoz añadió que ahora debe determinarse si estos hechos constituyen un delito contra la seguridad nacional.
En los correos electrónicos vinculados con estos teléfonos se descubrieron mensajes que contenían instrucciones y explicaban cómo se podía manchar la campaña del expresidente estadounidense, Donald Trump, o buscaban contratar a nuevos empleados para una supuesta agencia analítica en Rusia.
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