"Depresión oscura": a qué tipo de invierno tendrá que enfrentarse Europa.
Unos pocos grados centígrados es todo lo que se interpone en el camino de los apagones locales en Europa, mientras que la temporada de frío apenas ha comenzado, consideró Javier Blas, columnista de 'Bloomberg'.
"El problema es que los mercados energéticos están tan ajustados que solo unos pocos grados centígrados, o unos pocos días sin viento, son los que separan a Europa, que se enfrenta a apagones, de tener energía suficiente para pasar el invierno", escribió el autor del artículo.
Añadió que sigue existiendo un riesgo de que se pida a los consumidores que reduzcan la demanda de la electricidad. Además, según el analista, es muy posible que se produzcan apagones localizados en Francia, Finlandia, Irlanda y Suecia.
"A partir de ahora, el escenario temido es lo que los profesionales de la energía en Alemania llaman un
Dunkelflaute, que literalmente significa '
depresión oscura', un periodo con poca electricidad solar y eólica y alta demanda debido a las bajas temperaturas. Si un episodio de
Dunkelflaute llega a Europa —y algunos operadores y meteorólogos creen que hay muchas probabilidades de que se produzca esta semana o la próxima—
la región estará en apuros",
enfatizó Blas.
25 de noviembre, 00:50 GMT
Destacó también que una razón esencial más de por qué Europa tiene que preocuparse es que la región ya gastó 700.000 millones de euros en subvenciones para mantener los precios minoristas de la electricidad y el gas por debajo de lo que dicta el mercado, y la factura sigue subiendo. En opinión de Blas, eso, de todos modos, se convierte en una deuda que habrá que sufragar con futuras subidas de impuestos.
"La realidad es la siguiente: los precios de la energía siguen siendo altísimos, el continente está a merced del clima, el coste de las subvenciones aumenta a un ritmo insostenible y las empresas advierten de la desindustrialización. Llámenme pesimista, pero no me parece que lo peor haya pasado", concluyó.
Con la imposición de
las sanciones contra Rusia, los países europeos se encontraron en una
crisis energética profunda, teniendo que aumentar precios hasta niveles récords y enfrentando una
alta inflación.
Además, el 2 de diciembre la Unión Europea tomó la decisión de imponer un tope al precio del petróleo ruso. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, reiteró que Moscú no suministrará petróleo a los países que se sumen a tal medida, lo que puede llevar a Europa a una crisis aún más severa.
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