jueves, 1 de septiembre de 2022

 Por qué a Chile se le llama 'democracia tutelada' y qué tiene que ver con el plebiscito constitucional.

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La opción del 'Rechazo' a una nueva Constitución que destierre la redactada pinochetismo sigue teniendo adeptos de mucho poder en medios de comunicación, partidos políticos y sectores de clase media y alta.
Por qué a Chile se le llama 'democracia tutelada' y qué tiene que ver con el plebiscito constitucional

Lo que se juega en Chile este 4 de septiembre es su batalla histórica más importante desde el plebiscito que desterró al dictador Augusto Pinochet de la Presidencia de ese país.

Nunca está de más recordar que Pinochet asestó un golpe de Estado militar contra un presidente electo democráticamente, Salvador Allende, y comandó una de las represiones más sanguinarias jamás vistas en el continente americano con el saldo de decenas de miles de desaparecidos, torturados, exiliados y presos.

A pesar de esta impronta, importantes sectores que hoy hacen vida en Chile, así como en el resto de América, le guardan pleitesía a su legado y aún hoy defienden su accionar 'anticomunista'.

El caso Pinochet desnuda a la derecha continental porque demuestra que amplios sectores de ésta no rescatan la democracia como orden social prominente, sino que sobre ella jerarquizan otros valores que pueden oponérsele diametralmente.

Así, este 2022 la opción del 'Rechazo' a una nueva Constitución que de una vez destierre la redactada desde el despacho de Pinochet, sigue teniendo adeptos de mucho poder en medios de comunicación, partidos políticos y sectores de clase media y alta.

La Constitución de Pinochet creó un orden social que la sociología dispuso como "democracia tutelada", en tanto las Fuerzas Armadas contaban con participación directa y un número elevado de curules sin elección democrática en el Congreso.

Estos sectores han demostrado, durante los últimos meses convulsionados que ha vivido el país más austral de todos, sus características racistas y clasistas, rechazando por ejemplo el empoderamiento que lograrían los indígenas y las mujeres bajo el nuevo marco constitucional denominado "plurinacional" en la propuesta que se votará el próximo domingo. 

A los pocos días de la muerte del presidente Allende en plena refriega y en medio de la persecución y encarcelamiento de funcionarios, militantes y seguidores de los partidos que sostenían el gobierno democrático, el dictador creó una comisión para redactar una nueva Constitución, que terminó concretando hacia 1980.

Dicha Constitución y las modificaciones que hizo el general de cara a la transición que se inició en 1990, crearon un orden social que la sociología dispuso como "democracia tutelada", en tanto las Fuerzas Armadas contaban con participación directa y un número elevado de curules sin elección democrática en el Congreso, además de un inmenso poder legitimado por la propia carta magna.

Posteriormente, dicha Constitución sufrió reformas importantes, como la realizada por el presidente Ricardo Lagos en 2005. No obstante, continúa portando lo que juristas llaman el "pecado de origen" para referirse al hecho mismo de haber sido ilegítimamente redactada por una administración protofascista. 

¿Quién ganará?

A pesar de lo recalcitrante del planteamiento conservador contra la nueva Constitución, el resultado sigue siendo un enigma.

Los medios de comunicación, líderes conservadores y encuestadoras vienen posicionando la idea que el 'Rechazo' contaría con mayoría.

El texto propuesto guarda el consenso de las dos terceras partes de los convencionales constituyentes que fueron electos. Aunque ha sido atacado desde diversos flancos, 'fake news', escándalos o peleas internas, es un texto que logra recuperar los planteamientos básicos del gran estallido de 2019, en el que sectores populares develaron al mundo la muerte del modelo neoliberal chileno, hijo predilecto de la escuela de Chicago.

Las encuestadoras han logrado posicionar la idea que el 'Rechazo' podría ganar el domingo, pero los datos histórico-electorales dicen otra cosa.

El pueblo chileno decidirá este domingo si revive el espectro del pinochetismo o si por el contrario puede pasar la página y derrotar a los grupos de poder, que aún le guardan pleitesía al dictador y su sombra.

En octubre de 2020, en el plebiscito nacional para convocar la convención constituyente el 'Apruebo' ganó con el 78 %, frente al 21 % que cosechó el 'Rechazo'. Mientras que, cuando tocó escoger los representantes de la Convención Nacional que redactaría la nueva Constitución, entre la izquierda, la centro-izquierda y los sectores independientes consiguieron más de las dos terceras partes, lo que permitió el necesario consenso para aprobar la Carta redactada por ese órgano. En ese momento la derecha, más o menos pinochetista, prácticamente tendió a su desaparición.

Posteriormente, en diciembre de 2021, el actual presidente chileno, Gabriel Boric, se impuso con un 55 % a su rival, el populista de derecha José Antonio Kast.

Así las cosas, Chile abre esta década con un sorpresivo escenario que trata de plasmar el 'espíritu del estallido' que está generando un conjunto de cambios impensados hace apenas un lustro.

Queda de parte del pueblo chileno decidir este domingo si revive el espectro del pinochetismo o si por el contrario puede pasar la página y derrotar a los grupos de poder, que aún le guardan pleitesía al dictador y su sombra.

Ociel Alí López es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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