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A principios de la primavera de 2022, el conflicto entre Rusia y Ucrania conmocionó ferozmente el orden mundial.
Durante este conflicto, que ya dura más de un mes, millones de refugiados ucranianos inundaron Europa occidental. Esta es la crisis geopolítica más grave en Europa desde el final de la Guerra Fría. Podría remodelar las opciones políticas de la UE en los próximos años e incluso décadas, e incluso podría remodelar el orden mundial.
Cuando la gente mire hacia atrás, encontrará que este desastre podría haberse evitado, pero también que fue una crisis inevitable. En los 30 años posteriores a la Guerra Fría, la OTAN no detuvo su expansión hacia el este. Y ahora las repentinas llamas de la guerra en Europa del Este son el reflejo de esta fuerza fría y retorcida.
El iniciador de la crisis, Estados Unidos, no solo está cosechando los dividendos de la guerra, sino que también está tratando de manipular una narrativa histórica y la opinión pública sobre la crisis. Mientras se une a una docena de aliados para sancionar a Rusia, EE. UU. ignora por completo los antecedentes históricos de los conflictos entre Rusia y Ucrania. Washington ha inventado la narrativa de la "batalla entre la democracia y la autocracia" con un intento de buscar la hegemonía del caos.
La guerra se ha convertido en un 'dividendo' para EE. UU.
"Sin conflicto, sin beneficio". Desde que estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania, el principal complejo militar-industrial de Estados Unidos ha visto dispararse sus cotizaciones bursátiles.
El presidente estadounidense Joe Biden simplemente dejó que estallara la guerra, para que Estados Unidos pueda "imponer sanciones draconianas a Rusia y establecer firmemente una nueva Guerra Fría que cosechará beneficios interminables para el Complejo Industrial-Militar en las próximas décadas".
La excongresista estadounidense Tulsi Gabbard dijo que la administración de Biden "puede prevenir muy fácilmente una guerra con Rusia al garantizar que Ucrania no se convertirá en miembro de la OTAN", pero el presidente estadounidense no lo hizo y simplemente dejó que estallara la guerra, para que Estados Unidos pueda "imponer sanciones draconianas a Rusia y establecer firmemente una nueva Guerra Fría que cosechará beneficios interminables para el Complejo Industrial-Militar en las próximas décadas".
Las finanzas pueden obtener más beneficios que la venta de armas. Después de que EE. UU. anunciara sanciones a las instituciones financieras rusas, algunas instituciones financieras misteriosas en Wall Street no se vieron restringidas por la orden de sanciones y compraron casi el 40% de las acciones del Sberbank de Rusia a un precio muy bajo, del 99,98% por debajo de su valor, a un costo de menos de $100 millones. En el futuro, una vez que se levanten las sanciones, los gigantes financieros de Wall Street obtendrán enormes ganancias de cientos de miles de millones de dólares.
Entre 1960 y 2017, la participación del sector financiero de EE. UU. en el PIB aumentó del 14% al 21%, mientras que la del sector manufacturero cayó del 27% al 11%. Mientras, las ganancias en el sector financiero aumentaron del 17 al 30%, y los beneficios en el sector manufacturero cayeron del 49 al 17%, reduciéndose en dos tercios. Entre 1947 y 2012, el PIB de EE. UU. creció 63 veces, la manufactura aumentó 30 veces y las finanzas 212 veces.
Por lo tanto, Estados Unidos, cuyas políticas y cultura están dominadas por el complejo militar-industrial y el capital financiero, es más belicista que cualquier otro país en la historia.
Avivar la llama de la guerra tiene como objetivo cambiar las contradicciones y ganar puntos políticos. Para mayor sorpresa, EE. UU. está, por un lado, echando gasolina al fuego, y, por el otro, está creando polémica en la opinión pública internacional, con China como objetivo. Estados Unidos ha colocado a la fuerza a China en un campo hostil inexistente para manchar la imagen internacional de China y frenar el desarrollo de su principal rival.
El pueblo chino se opone firmemente a las acusaciones y especulaciones sin fundamento, y nunca aceptará campañas de coerción y presión. Las personas de todo el mundo son conscientes de que la supuesta justicia de los Estados Unidos en realidad tiene como objetivo defender sus propios intereses y hegemonía.
Treinta años de juego de expansión hegemónica
Actualmente, con la actual crisis de Ucrania, el vínculo energético que ha estado manteniendo las relaciones Rusia-UE se está debilitando y distorsionando a gran velocidad. Habrá una línea más clara entre Occidente y Rusia: esto es lo que preocupa a la comunidad internacional, pero lo que Estados Unidos espera.
Actualmente, con la actual crisis de Ucrania, el vínculo energético que ha estado manteniendo las relaciones Rusia-UE se está debilitando y distorsionando a gran velocidad.
La semilla de la agitación necesita ser alimentada con confrontación. La esencia del actual conflicto entre Rusia y Ucrania es un estallido de contradicciones geopolíticas entre Rusia y la OTAN. Fundamentalmente, es la mala consecuencia de la mentalidad de Guerra Fría y las políticas hegemónicas de Estados Unidos. La expansión hacia el este de la OTAN encendió la mecha.
En sincronía con la expansión de la OTAN hacia el este, Estados Unidos todavía está probando y desafiando la seguridad de Rusia de muchas otras maneras, retirándose del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio que mantiene la seguridad estratégica europea, dudando si extender el nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, e incitando o interviniendo en las revoluciones de colores en los países vecinos de Rusia como Bielorrusia, Ucrania y Kazajistán.
La "máxima presión" sobre una gran potencia está destinada a desencadenar un "contraataque desesperado". Se podría argumentar que en un tercio de siglo, EE. UU. y la OTAN finalmente han dejado a Europa con un punto muerto geopolítico tan intratable como el Medio Oriente.
Esto, por supuesto, es un "juego de cartas" controlado por Estados Unidos.
Narrativa histórica inmutable
El conflicto entre los dos hermanos eslavos orientales de Rusia y Ucrania es una tragedia lamentable de la política internacional.
Con Ucrania atravesando años de agitación política y Rusia siendo víctima de constantes sanciones occidentales, los crecientes conflictos entre ellos ciertamente no están en línea con los intereses de los dos países, ni con los intereses de Europa ni del mundo. Resolver las tensiones actuales de la manera más factible y urgente exige diálogo y negociación para lograr el alto el fuego lo antes posible.
El conflicto entre los dos hermanos eslavos orientales de Rusia y Ucrania es una tragedia lamentable de la política internacional.
El continente europeo es testigo de vidas que se desvanecen y de refugiados que sufren, frente a los cuales Estados Unidos ha estado haciendo la vista gorda y ha seguido beneficiándose sin arrepentimiento en la geopolítica, así como en el mercado de armas y energía. Lo que Estados Unidos y la OTAN han estado haciendo en los últimos treinta años después de la Guerra Fría, desde los Balcanes hasta Ucrania, va totalmente en contra de la esperanza común de paz de Europa y el mundo.
La escalada de sanciones no ayudará a aliviar la situación, sino que solo profundizará la brecha y traerá más problemas al mundo en medio de una pandemia devastadora. Sin embargo, Estados Unidos continúa obligando a otros países a condenar y sancionar a Rusia. Para estos países, esto significa cortar los intercambios económicos y comerciales normales con Rusia. Basándose en los valores e intereses occidentales, Washington define a sus amigos y enemigos. Blande el llamado "palo de la justicia", con el objetivo de exacerbar la confrontación a nivel mundial. Todos estos tipos de movimientos locos resaltan que Estados Unidos teme que los esfuerzos de la comunidad internacional para calmar la situación funcionen. Washington hará todo lo posible para buscar el "dividendo" de la guerra.
Quien construye los agravios del mundo es el que se valora solo a sí mismo y desprecia a los demás. Desde "Estados Unidos primero" hasta "Estados Unidos ha vuelto", Estados Unidos cree en la filosofía de "tú pierdes, yo gano" e ignora el bienestar del mundo. Un EE. UU. con tal mentalidad no puede situarse en el lado correcto de la historia.
La justicia prevalece en el corazón de las personas. China siempre ha sido franca y directa sobre el tema de Ucrania, defendiendo la justicia, buscando la paz y adoptando una visión a largo plazo. India, Pakistán, Sudáfrica y muchos otros países también han dejado en claro que no están de acuerdo con EE. UU. y Occidente en instigar a otros países a implementar sanciones contra Rusia. Muchos países europeos también se oponen a elevar aún más las sanciones en los campos energético y financiero de Rusia. Los hechos han demostrado que la posición de China está exactamente de acuerdo con las expectativas y la elección de la mayoría de los países del mundo, es decir, basar la decisión en un tema particular de acuerdo con sus méritos, sin creer fácilmente en la narrativa de ningún creador de conflictos o seguir sus pasos. Solo con los esfuerzos concertados de la comunidad internacional se podrá resolver la crisis de Ucrania lo antes posible. Cuando prevalezca la decisión previsora y racional sobre el pensamiento miope y convencional, y los intereses comunes sobre los intereses egoístas, el conflicto podrá resolverse en una fecha temprana y traer la paz a Europa y al mundo.
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